“Murió un hombre que anheló ser más que un hombre”
Jaime Torres Bodet
Porfirio Muñoz Ledo murió el domingo 9 de julio, catorce días antes de cumplir 90 años. Luchador político del más alto nivel, abogado y doctor en ciencia política y derecho constitucional, maestro de la UNAM y de universidades del extranjero. De inteligencia brillante con visión de estado, demócrata, embajador, secretario de estado, tribuno extraordinario. Porfirio deja el legado de la reflexión, el debate, la deliberación, el análisis crítico y la divergencia como práctica cotidiana del estudioso y polemista que fue, en la búsqueda de consensos y el impulso de los disensos necesarios para llegar a los propósitos democráticos. Fundador de partidos políticos, durante muchos años dictó la agenda del debate público. Exhibió la traición de lo que antes fuera un proyecto de transformación al que se sumó en su momento, y señaló las alianzas espurias con grupos delincuenciales que pareciera ya son insalvables.
Crítico, cuya opinión guiaba decisiones o detractor que inhibía otras. De filias y fobias agudas, trascendió a presidentes, a politólogos e intelectuales. Cuando le colocó a Andrés Manuel López Obrador la banda presidencial se escribió el destino de México para las siguientes décadas. Distanciado del Presidente López Obrador, en los últimos tiempos, por decisiones tomadas y alianzas censurables, llegó a decir al inicio del sexenio de AMLO que “no le perdiéramos la pista, porque Andrés era un iluminado”. Sentencia que padeceríamos muchos, entre ellos periodistas, mujeres, médicos, niños enfermos, clases medias y muchos pueblos del país.
No fue Presidente de México, no le dieron la Medalla Belisario Domínguez, fue, en cambio, embajador permanente de México en la ONU; diputado por cuatro veces, senador, Secretario del Trabajo y de Educación. Porfirio será referente en la historia democrática del México moderno, su legado se encontrará en libros sobre filosofía política, política y derecho, así como su pensamiento en estas materias. Su actuar político en el PRI, con Fox, en el PRD y Morena, así como en las dos cámaras: la de diputados y la de senadores, fue única. Hay luces que no se repiten en la historia.
Cada vez que una persona como Porfirio Muñoz Ledo muere, algo de la esperanza democrática muere.