“Donde se queman libros, se acabará quemando también a las personas”.
Heinrich Heine (1797-1856).
El refrán popular dice que “lo que mal empieza, mal termina” y ello aplica para los Libros de Texto Gratuitos que, a unos días del inicio del ciclo escolar 2023-2024, se están distribuyendo para educar a más de 14 millones de alumnos en todas las escuelas del país y que, por su contenido deficiente, plagado de errores ortográficos y datos, sin estructura ni secuencia, además de un claro adoctrinamiento político e inadecuada educación sexual, padres de familia de varios estados se han amparado frente a su distribución, mientras que otros han lanzado la provocación de quemarlos. Frente al amparo otorgado, el gobierno federal aduce que no hay impedimento; en el ámbito legal, la controversia ha escalado y tocará pronunciarse en breve a la SCJN. Rehacer los libros o quemarlos, se suman a las disyuntivas.
Históricamente, los libros han sido objeto de críticas de todo tipo, de persecución y hasta de prohibición. Quemar los libros de texto, como ahora sugieren algunos, al ver que una medida legal no puede detenerlos, no es una idea novedosa. Las crónicas dan cuenta de las hogueras que alimentaron libros legalistas, en la antigua China, durante la época del emperador Qin Shi Huang, en el año 213 a.C.; de los libros paganos, destruidos en la era medieval por el Mongol Hulagu Kan; de los 27 códices mayas quemados por el misionero español Diego de Landa, en julio de 1562 y que, dicen, luego se arrepintió; de los libros puritanos protestantes, a fines del siglo XIX en Estados Unidos; por supuesto, de las piras de libros organizadas por estudiantes del partido nazi y la quema de libros de brujería de Harry Potter, apenas en 2022.
La protesta por los nuevos Libros de Texto Gratuitos que se distribuyen en México responde a un descontento nunca antes visto provocado por varios factores. El desacato legal en su proceso de elaboración que tiene su origen desde la omisión en la publicación -en el Diario Oficial de la Federación- de los programas de estudio que les dan sustento, mismos que tienen la obligación constitucional de consultar la opinión de los gobiernos de las entidades federativas y de diversos actores sociales involucrados en la educación, así como de representantes de padres de familia. Aunque se publicaran de último momento, estos programas ya estarían fuera de tiempo y la promesa de la SEP de entregar unos programas sintéticos, para subsanar el requisito, corre el riesgo de ser botín de un mercado negro, según expertos.
Ante el reclamo por la omisión de no consultar a los entes indicados, el gobierno optó por esconder la supuesta información sobre dicho proceso que, dice que sí realizó pero, ocultó por razones de “seguridad nacional” por cinco años, vía ley en la materia (LGTAIPP). El experto en educación Carlos Mancera, aseguró que el gobierno federal está en falta desde hace cuatro años, cuando debió instalar el Consejo Nacional de Expertos para la Elaboración de los Libros de Texto Gratuitos y, a la fecha, no lo hizo.
Además de la ilegalidad, la opacidad y la reducción de las matemáticas al mínimo, se encuentra la enorme cantidad de errores ortográficos, de cifras y datos ya multicitados. Pero también hay ausencia de estructura metodológica, que permita identificar objetivos y avanzar en forma lógica. Los textos de tercero y cuarto de primaria utilizan un lenguaje apto para niños de primero de primaria, dicen docentes que han revisado a conciencia los textos. Y a los niños de primaria les adoctrinan en la ideología de lo común, como la única forma de realización personal, reduciendo el valor individual y explicando su existencia sólo a partir de “lo común”.
Estos textos atizan la lucha de clases, afirman los expertos. Porque dejan claro que “la educación que ha dominado a México ha sido patriarcal, colonialista, homofóbica y racista”, que “la clase en el poder invisibiliza a la clase baja y que la educación neoliberal es inhumana”. Por un lado, insiste en el fraude electoral del 2006 a detalle, pero, por otro lado, confunde a los alumnos hilvanando sucesos inconexos sobre momentos clave de la historia de México
Así las herramientas de la Nueva Escuela Mexicana del gobierno federal que “toma el aula como trinchera de la revolución de las conciencias y a los maestros como militantes” dice Silva Herzog. Agregó entonces que el alumnado queda como botín. Pero la última palabra no está dicha. Si bien el Presidente aduce que no hay impedimento para su distribución, a pesar del amparo que lo ordena, emitido por una jueza ante la impugnación de la Unión de Padres de Familia, el gobierno de Chihuahua ya anunció que no distribuirá los libros de texto porque ganó una controversia constitucional y otras tres entidades han declarado también la suspensión.
Se espera que, en los próximos días, la SCJN se pronuncie para resolver si la suspensión aplica solo para la entidad que interpuso el juicio de controversia constitucional, o se extiende a todo el país por ser inconstitucional su proceso de elaboración. Frente a la quema de libros han surgido voces de padres de familia que invitan a conservar los textos como testimonio o prueba dentro de los juicios de amparo que esperan interponer masivamente a nivel nacional. Y ante las voces que piden su reposición, también falta una respuesta.
@IrmaCruzE