La Vigésima Cuarta Sesión Ordinaria del Observatorio de Participación Política de las Mujeres en el Estado de México ha revelado una alarmante realidad: a pesar de los esfuerzos para lograr la paridad de género en cargos de representación política, todavía existen municipios en los que, desde 1996, ninguna mujer ha sido electa como presidenta municipal. Pareciera que en pleno siglo XXI, seguimos arrastrando las pesadas cadenas de una democracia a medias.
Municipios como Tenango del Aire, Tianguistenco y, sorprendentemente, Ecatepec, uno de los más poblados del estado, no han visto a una mujer liderar su cabildo en más de dos décadas, si bien les ha ido, porque algunos nunca. Y, aunque los partidos políticos postulan mujeres, la sociedad aún no apuesta por ellas en las urnas. Con tan solo 154 mujeres electas de las mil 610 postuladas desde 1996, equivalente a un 9.56 por ciento, es evidente que la equidad de género en la política local es más una aspiración que una realidad.
Es cierto que desde la reforma electoral se ha registrado un incremento en la representación femenina, y es de reconocerse que en 2021, 50.3 por ciento de las candidaturas fueron mujeres. Sin embargo, no basta con postular, es necesario que ganen, que representen y, sobre todo, que su liderazgo sea reconocido y respaldado.
Si bien es un avance que actualmente 47 mujeres presidan municipios en el Estado de México, no podemos obviar la tarea pendiente.
Las cifras hablan por sí solas: es hora de que los partidos políticos replanteen estrategias para alcanzar la equidad. Si queremos un Estado de México inclusivo, próspero y equitativo, no podemos permitir que casi la mitad de su población continúe siendo relegada en espacios de decisión política. La democracia a medias no es democracia. Es tiempo de completarla.
La llegada de la primera mujer a la gubernatura, Delfina Gómez, después de casi 100 años de que gobernó el PRI que se había caracterizado por no postular mujeres hasta esta elección, Alejandra del Moral, nos habla del largo camino por recorrer, pero con una mujer al frente del gobierno, quizá sea más acelerado.
