¿Quiénes encabezarán las secretarías y las dependencias que integran la administración del Poder Ejecutivo mexiquense? Es la pregunta que ronda desde hace semanas en las diferentes oficinas públicas y privadas de la entidad. Para quienes toman decisiones y tienen intereses -de cualquier índole- vinculados con el gobierno estatal, resulta estratégico conocer los nombres de las personas que estarán a la cabeza de las áreas.
En las “reuniones de transición” que se han realizado como parte del proceso de entrega-recepción con la administración del gobernador, Alfredo Del Mazo Maza, empieza a identificarse a quienes podrían formar parte del primer régimen de alternancia en el Estado de México, donde -hasta el próximo 15 de septiembre- siempre ha ejercido el poder el Partido Revolucionario Institucional. Concluye una etapa histórica. Inicia un nuevo ciclo.
Cada encuentro lo han encabezado la gobernadora electa, Delfina Gómez Álvarez, y el gobernador saliente, manteniendo un tono cordial y respetuoso, aunque con solicitudes precisas de datos e información puntual sobre la situación actual de la entidad. Ya sea en la misma reunión o en días subsecuentes, los equipos de uno y otro lado de la mesa se mantienen en comunicación estrecha.
Este martes se realizó la sexta reunión para revisar la política social que se ha desarrollado en el Estado de México, considerando los programas y “las estrategias implementadas para mejorar la calidad de vida y garantizar los derechos sociales de las y los mexiquenses”, dice el comunicado emitido por el equipo de la maestra Gómez Álvarez.
A su vez, el comunicado de prensa del Gobierno del Estado de México -distribuido a través de la Coordinación General de Comunicación Social- indica que se trataron temas relacionados con las Secretarías de las Mujeres y de Desarrollo Social, así como con el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia del Estado de México (DIFEM), “que tienen como eje principal impulsar acciones y programas enfocados en sectores vulnerables”.
El documento generado por la actual gestión indica que la gobernadora electa, Delfina Gómez Álvarez afirmó que “estar al pendiente de núcleos poblaciones como adultos mayores, pueblos indígenas y jóvenes, será primordial para hacer cumplir sus derechos humanos, así como para brindarles más oportunidades de crecimiento y desarrollo”, además de velar por la integridad, el respeto y el empoderamiento de las mujeres.
Para esa y otras tareas -que se traducirán en políticas públicas-, la estructura gubernamental que definirá la primera gobernadora, se arma atendiendo a tres perfiles: 1) Quienes son compromisos políticos. 2) Quienes forman parte del "círculo rojo" de la gobernadora. 3) Quienes -sin ser morenistas- son expertos en sus áreas de conocimiento, porque -como lo ha reconocido en privado el liderazgo del equipo de transición- saben que no tienen cuadros suficientes para atender a la entidad más poblada y compleja del país.
Tienen claro que la resolución efectiva -aunque gradual- de los problemas que aquejan en diferentes frentes al Estado de México, es fundamental para acreditar el verdadero cambio que pidió la mayoría de mexiquenses que votó en junio pasado, al decidir la primera alternancia política de la entidad.
Adicionalmente -por el contexto que se vive en el ámbito nacional, consistente en un proceso de sucesión presidencial (tanto en morena como en sus opositores) y que está muy adelantado por iniciativa del propio presidente, Andrés Manuel López Obrador, sumado a la cercanía de las elecciones locales y federales de 2024-, la administración entrante deberá operar rápidamente para que "se sienta" el nuevo gobierno y mantenga, en la mayoría de la población, el ánimo para votar por la 4T.
Los resultados del nuevo gobierno deberán ser casi inmediatos y altamente percibidos por la gente, e incluso deberán ser notorios para el propio presidente, quien sabe que hay poco tiempo y tiene una alta expectativa, porque mantener el poder presidencial en las elecciones de 2024, es lo que le permitirá fijar -desde su óptica- la relevancia de su gestión. En esa ecuación, el Estado de México es fundamental.
PERCEPCIÓN
Al interior del Partido Revolucionario Institucional se avecina una tormenta perfecta. La recomposición de la estructura de poder en el priismo mexiquense es irreversible y demandado por las estructuras. La pregunta es ¿quién tendrá el liderazgo suficiente y la autoridad moral para dirigir ese instituto político de cara a las elecciones de 2024? La respuesta muchas personas la tienen clara, aunque por ahora guardan silencio. Tiempo al tiempo.