Detrás de una llamada de emergencia coexisten múltiples factores que se relacionan bajo una lógica de lo inesperado. Ni quien marca el 911 en busca de auxilio, ni quien la recibe para brindar el apoyo, pueden conocer del todo la situación. El primero puede estar involucrado o ser testigo; el segundo, aunque recibe datos de qué, quién, cuándo y dónde, no siempre encuentra la totalidad de la información requerida para enfrentar de la mejor forma una escena de emergencia.
Lo inesperado está siempre en los detalles, en lo no conocido del escenario y en el contexto en que este se desarrolla; asimismo, las causas o factores que dan origen a un incidente no siempre son evidentes, pero generalmente son la consecuencia de una relación irregular o anómala entre un elemento natural y el comportamiento humano, es decir entre las leyes de la naturaleza y las necesidades y propósitos de las personas.
La caída de un elevador dentro de un edificio con personas en su interior; la electrocución con alta tensión de un trabajador de la construcción; la volcadura de un vehículo de transporte público con pasajeros; o el colapso de una vivienda en las faldas de un cerro, son emergencias en las que ambos factores, lo natural y lo humano, interactúan de forma extraordinaria y dejan como saldo daños materiales y quizá pérdidas humanas.
Un elevador puede caerse por el desgaste natural de sus piezas o por una falla mecánica; ambas situaciones atribuibles a la falta de mantenimiento; pero también se puede caer por una mala operación o por el exceso de peso al que es sometido por sus usuarios. Un descuido o el desconocimiento de las distancias mínimas de seguridad con respecto a un campo electromagnético puede ser motivo de una electrocución, pero también una variación de voltaje, producto de la naturaleza inestable de la energía eléctrica.
La volcadura del vehículo del transporte público puede ser por falta de habilidad del conductor o por una falla mecánica; pero las condiciones de la superficie de rodamiento o la inoportuna aparición de un obstáculo en el camino pueden ser también un motivo. Una lluvia torrencial o un sismo pueden ser la causa principal del colapso de una vivienda construida sin respetar los límites de construcción en taludes, laderas inestables y ríos, ya que es una condición de alto riesgo prohibida por la ley, sin embargo, nuestras montañas y ríos están invadidas por asentamientos irregulares en todo el país.
En consecuencia, así como cuando un ciudadano reporta una situación de emergencia y un operador telefónico la recibe, ambos carecen siempre de una parte importante de la información y solo se complementa hasta que los cuerpos de emergencia llegan al lugar y las personas afectadas reciben la ayuda, cuando se analiza por qué ocurren las emergencias y desastres, se debe considerar que siempre hay por lo menos dos historias detrás, una motivada por factores geofísicos, químicos y biológicos; y otra determinada por factores sociales, económicos y políticos.
Por ende, en medida que el desarrollo humano respete y aprenda a relacionarse mejor con las condiciones que la naturaleza determina, las emergencias y desastres disminuirán de manera natural. Conocer e identificar que detrás de un suceso indeseable existen múltiples factores que lo detonan, permite, en igual medida, establecer formas de preverlo, prevenirlo y evitarlo. Esto también es protección civil. ¡Cuídese! ¡Que su semana sea de éxito!
Hugo Antonio Espinosa
Fue Director del Heroico Cuerpo de Bomberos de Toluca,
Subdirector de Protección Civil e Inspección en la SCT Federal.
Actualmente es Subdirector de Emergencias en el Valle de Toluca, en la Coordinación General de Protección Civil, EDOMEX
@CmdtEspinosa
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