“Para Claudia Paola Garduño Maldonado”
No… Usted nunca escuchará hablar de un hombre empoderado. ¿Y sabe por qué?, fácil, los hombres están seguros, por la educación que recibe su género, que el poder está ahí para que lo ocupen, para que lo hagan suyo, se lo apropien como todos los otros que hubo antes de ellos y lo ejerzan.
En cambio, sí se habla de mujeres empoderadas. ¿Por qué? Sencillo, porque los puestos de poder eran exclusivamente para los hombres. Ellos se dedicaron a lo público y lo diseñaron para ocuparlo, mientras las mujeres se quedaron atendiendo lo privado: la casa, los hijos y los quehaceres derivados de esa condición.
De ahí que, cuando una mujer alcanza un puesto, sube un peldaño, se habla de mujeres empoderadas. Es decir, mujeres que accedieron a un espacio (a través de mucho esfuerzo) que “estaba destinado” para un hombre.
Pero hay buenas noticias: ya podemos hablar de mujeres poderosas. Gracias a la vida y sacrificio de quienes abrieron brecha y de los hombres que no pusieron resistencia. Hablamos de presidentas municipales, empresarias, diputadas, senadoras, secretarias de Estado, nuestra entidad tiene a la maestra Delfina Gómez como gobernadora.
En otro tiempo, hablar de una mujer escritora era tan complicado como hablar de una mujer médica. No podían ejercer su profesión con su propio nombre, por el simple hecho de ser mujeres, debían usar seudónimos, como George Sand, que en realidad era la gran escritora Aurora Dupin, o como Margaret Ann Bulkley, conocida como James Barry, quien se hizo pasar por hombre para poder ir a la universidad a estudiar medicina.
Ayer, de 163 estudiantes que entraron a la Universidad de la Salud (UNSA), se graduaron 47 médicos y médicas. Una de ellas, Claudia Paola Garduño Maldonado, de quien estamos orgullosas. La menciono porque nos consta que quizá, debido a los estereotipos que su padre tiene en mente, jamás debió terminar su carrera. Pero lo hizo porque se esforzó para concluirla, por, lo sabemos, el amor que le tiene a la medicina para poder ayudar al prójimo, y porque hoy es una médica que no debe esconderse tras el nombre de hombre para alcanzar sus objetivos.
Nos emociona pensar en cuántas mujeres como Claudia Paola ya pueden y deben ocupar esos espacios con la seguridad de que nosotras ya pertenecemos y diseñamos lo público.