En un acto sin precedentes, enfundada con su toga y birrete, Lenia Batres Guadarrama, tomó protesta el pasado cuatro de enero como nueva ministra, que más bien pareció un mitin de Morena y no un acto protocolario, debido a que asistieron secretarias del gabinete, funcionarios y familiares de Batres, quienes abarrotaron la sala del pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
Recordemos que la nueva integrante de la Corte, fue escogida por el dedo flamígero del mandatario Andrés Manuel López Obrador, debido a que el Senado de la República rechazó en dos ocasiones las ternas enviadas por Amlo. Batres Guadarrama tomó protesta por un periodo de 15 años, que seguramente votará a favor todas las iniciativas que serán turnadas desde el Senado.
A la toma de protesta de Batres, nada más faltó el perico (para estar completos), y, se vio que Amlo, sigue ordenando a su arbitrio y antojo a todos sus subordinados, pues mandó (al ataque), a sus secretarias de gabinete (sus floreros), también a personas de su Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), con la finalidad que se vea “el poder del presidente” y la nueva incondicional en la Corte, continuar cooptando y seguir despedazamiento al Poder Judicial, a la Constitución, a las instituciones, así como a nuestro cada día más, vapuleado país.
Lenia Batres en un discurso soberbio y prepotente, se les fue a la yugular a los ministros que integran dicho Poder, acusándolos de excesos de invadir funciones y atribuciones del Poder Legislativo, así como de ponerse por encima de nuestra Carta Magna.
Hizo un llamado al máximo tribunal de nuestro México a auto limitarse y someterse a las leyes nacionales, a lo que su porra matraquera le aplaudía una y otra vez, su mezquino discurso, absurdamente se presentó como “la ministra del pueblo”, cuando éste no tuvo nada qué ver en su nombramiento. Palabras huecas y discursos absurdos.
Demostrando que estará arropada (al menos hasta septiembre por Amlo), quiso demostrar “músculo”, argumentando: “quien crea que puede ridiculizarme por provenir de este pueblo mexicano, no sabe la fuerza y la grandeza que me está atribuyendo”, a lo que una vez más sus matraqueros, la ovacionaron, como si hubiese ganado la presidencia de la república. Actitudes por demás viles y ridículas.
Es preciso mencionar, que Lenia Batres Guadarrama, no cuenta con el perfil ni la con la vasta experiencia para ocupar dicho encargo, pues fue gracias a los excesos de su jefe y superior que llegó a dicha posición. Una ministra más Morenista, de la 4t y amloista, más no imparcial como debería haber sido.
Batres Guadarrama, es licenciada en derecho por la UNAM, no tiene carrera judicial (que debiera ser un impedimento para nombrarla ministra), posee tres diplomados; hasta antes de dedazo se desempeñaba como consejera adjunta de Legislación y Estudios Normativas en la Consejería Jurídica de la Presidencia. Fue asesora de Claudia Sheinbaum 2015-2018, diputada federal por el PRD 1997-2000; ha militado en CINCO partidos de izquierda y tuvo varios cargos en distintas administraciones perredistas y morenistas, desde el año 2000.
Su experiencia en materia judicia es nula, algo inconcebible para poder desempeñarse como ministra; es por ello que López Obrador desea que el “pueblo” vote por los ministros y magistrados que no es más que una reverenda estupidez.
De reformarse nuestra Carta Magna como lo pretende López Obrador, que enviará en febrero una iniciativa que pretende acotar y apoderarse del Tercer Poder, en los próximos nombramientos a la SCJN el pueblo votará y tendremos al “Tuercas”, al “Chanclas”, al “Pandroso”, al “Chicarcas”, a la “Chilindrina”, a la “Ticher”, o a “Leperucita Roja” de ministros y la creación de la “Nueva, Tremenda y Suprema Corte del Pueblo Sabio”. Lo que será una burda chunga la para todos los mexicanos de parte del macuspano, junto con sus incondicionales legisladores.
De esta manera, Lenia Batres se suma a las ministras, la indiscutible plagiaria Yasmín Esquivel Mossa y a la más que sumisa Loretta Ortiz Ahlf, quienes de hinojos le han votado todo a favor del tabasqueño, tal como lo hizo el otrora morenista investido de ministro Arturo Zaldivar Lelo de Larrea, quien el mismo día que renunció en noviembre del año pasado, se tomó una foto con la preferida de su profesor, la candidata Claudia Shienbaum Pardo, demostrando que carece de convicciones y de honestidad, y sí que la traición, es lo suyo. CLa también designada por López Obrador, aunque digan que su nominación fue “democrática”.
Recordemos que ha sido a través del sometimiento total de los diputados federales morenistas y sus rémoras del PT y verde ecologistas en las LXIV y LXV Legislaturas que le han autorizado al jefe del Ejecutivo todas y cada una de sus iniciativas enviadas a la Cámara de Diputados, sin quitarle ni una coma que incluye el menú con tamales de chipilín que tanto le gustan a Amlo.
El servilismo demostrado por los diputados de Morena del PT y del PVEM hacia López Obrador, está a la vista de los más de 128 millones de mexicanos, que hemos corroborado de qué manera le siguen dando más poder al macuspano que busca a toda costa consolidar su anhelada dictadura.
Como era de esperarse, Lenia Batres, llegó “sobradita”, llena de soberbia y arrogancia, a tomar protesta al cargo de Ministra, lugar que dejó el ahora traidor y morenista, Arturo Zaldivar Lelo de Larrea, en noviembre.
La realidad es que a la nueva ministra Lenia Batres, no le alcanzaron los sufragios de los senadores de Morena, por lo que tuvo que ser nominada por su jefe y superior, Andrés Manuel López Obrador.
Su discurso estuvo plagado de lo que siempre ha dicho su jefe Amlo, de reproches por no someterse los ministros de la Suprema Corte a los caprichos del tabasqueño, que en su discurso de toma de protesta, juró y perjuró que iba a respetar a los Poderes de la Unión, que sabíamos de antemano que iba a incumplir López Obrador, debido al discurso mapache, tendencioso y mentiroso que siempre ha manejado.
Batres Guadarrama, también aseguró que nadie debe ganar más que el presidente de la república; esperemos que “la nueva ministra del pueblo”, -así se auto designó- y, como bien lo decía el genial Manuelito “Loco” Valdés, “que buen puntachu”, renuncie a sus 206 mil pesos de salario, a la camioneta blindada que le asignaron y a las prerrogativas para su equipo de trabajo y sigan con sus mentirosas “Auteridad Republicana” y su “Pobreza Franciscana”.,
*Salió en las redes sociales y en algunos medios que Lenia Batres no pagaba renta en donde vivía, actuando muy al estilo de su hermano, el ahora jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Martín Batres Guadarrama, quien es conocido por armar escándalos en restaurantes, como uno que protagonizó en un restaurante del sur del entonces Distrito Federal al reventarle en la cabeza un tarro de cerveza a un mesero.
Los Batres Guadarrama se han caracterizado por prepotentes y arrogantes, fueron perredistas, partido al que le profesaban amor eterno y por el que se desgarraban las vestiduras y defenderlo hasta sus últimas consecuencias. Pero el servilismo profesado al inquilino de Palacio pudo más para desmantelar al instituto del sol azteca, traicionándolo y abandonándolo a su suerte a cambio de recibir puestos administrativos y cargos de elección popular que han ostentado tanto Martín como Lenia, pues su desempeño no ha sido positivo.
Así pues, en los próximos meses seremos testigos del desempeño que tendrá la ministra morenista Lenia Batres Guadarrama, a quien la Segunda Sala de la SCJN le asignó 90 expedientes en materia fiscal, laboral y administrativa. Seguramente su posición será incondicional y defenderá a ultranza todas las iniciativas que le rechazaron los grupos parlamentarios del PRI-PAN-PRD y hasta entonces MC en la Cámara de Diputados a su jefe López Obrador y que los ministros han ratificado por ser inconstitucionales como el perverso Pan Electoral B.
Debemos reconocer el trabajo que ha efectuado valientemente los ocho ministros encabezados por la presidente Norma Piña Hernández, que no han caído en el juego ni se han achicado ante los embates y amenazas del presidente López Orador.
Por lo pronto, -apreciable lector- ya estoy de regreso y con muchas actividades en este naciente 2024, le deseo que sea un año venturoso, repleto de salud, paz, armonía, unión, trabajo y dinero, le envío un fuerte abrazo.