Frecuentemente vemos publicidad oficial promoviendo los servicios del teléfono de emergencias 911, opción que desde hace ocho años es para los gobiernos la más eficiente en cuanto a reacción y tiempos de respuesta ante una urgencia o siniestro.
Lo que no sabemos es que este servicio, cuando baja la instrucción de auxilio a la autoridad municipal mediante los C2 o C4, es cuando el proceso puede sufrir demoras que derivan en emergencias no atendidas.
Lo grandioso es que, para los números alegres de la autoridad, si el servicio solicitado llega, aunque sea tarde, se da por atendido.
Cifras extraoficiales revelan que los municipios del Valle de Toluca con peores tiempos de respuesta son San Mateo Atenco y Lerma. Los mejores en reacción son Metepec y Toluca.
¿Qué entendemos por tiempo de respuesta favorable? Diez minutos de espera como máximo; porque, en teoría, los ayuntamientos organizan sus patrullas de acuerdo al número de cuadrantes en el territorio municipal para dar cobertura completa.
Los peores tiempos de respuesta son después de los 20 minutos.
Y este comentario no es a la ligera. Recientemente, justo en San Mateo Atenco, el que escribe reportó una emergencia de tipo criminal dentro de propiedad privada y los municipales llegaron cerca de 25 minutos después, ya que el inconveniente había finalizado.
Pero además del retraso institucional en el tiempo de respuesta, otro factor que demerita el servicio es que del total de llamadas que se reciben al año, solo el 15 por ciento representaron emergencias reales y el resto fueron improcedentes; algunas de ellas bromas e insultos, de acuerdo con el Centro de Control, Comando, Cómputo y Calidad (C5) del Valle de Toluca.
