Nuevamente nuestros indocumentados, al emigrar a los EUA son tratados por la patrulla fronteriza como indeseables. Los deportan a todo nivel policiaco de autoridad la de la frontera. Los sancionan en cualquier lugar de Texas en que se encuentren. Greg Abbot, el Gobernador, lo ha establecido así.
La Ley SB4 de los Estados Unidos está vigente y se puede aplicar en el territorio pero también está en suspensión hasta que haya una definición en el estado y su Corte.
Prometió no molestar a nuestra gente viajando por Texas a trabajar allá –ese fue el acuerdo-, pero la vejación, el denuesto, de mentira, a pesar de contar como muchos de ellos con su credencial que los acredita como norteamericanos que pueden vivir o estudiar allá, no les sirve de nada.
La discriminación de quienes cruzan la frontera vuelve a ser tema de intensa preocupación del trato entre los países. Texas, en estos momentos gobernado por Greg Abbot en su búsqueda por la elección presidencial a la que se suman otros estados amigos del Partido Republicano, desequilibrando al Partido Demócrata. Joe Biden hace todo lo posible porque no sea así pero también es pieza en el ajedrez de la elección no sólo de Estados Unidos, sino de México.
Los mexicanos en EUA representan 22 millones de votos a favor de Joe Biden. Para Donald Trump los votos del odio sembrado en México, del resentimiento, del sometimiento y de la violencia con los que menos tienen, contra los migrantes que empezaron a construir el muro, ya se vio hace cuatro años como encabezaron los trumpistas un movimiento en contra de los migrantes. Los obligaron a todo.
La coincidencia de los procesos electorales en EUA y México complica las decisiones de la ciudadanía, convirtiendo la lucha de los partidos de cada país en rehenes de argumentos espurios.
Doce millones de mexicanos trabajando en Estados Unidos con identidad propia que están contribuyendo a construir EUA. Canadá, el TEMEC, lo necesitan pero el juego está en riesgo.
Joe Biden sabe que llega tarde a la fiesta, cansado, añoso pero con toda la experiencia, apoyo, poder y ganas de ganar lo que para México implica la posibilidad de un futuro del apoyo a los planes y programas de la candidata que gane las elecciones presidenciales del 2024.
