Fotografías van y vienen. La primera que veo en las redes es la de Valle de Bravo, la segunda el Lago de Pátzcuaro. Dos lugares emblemáticos por mágicos, ¿no es cierto? Cuando piensas en ellos, te imaginas girasoles, calles empedradas, tardes soleadas, paseos en medio de la laguna o el lago, pero ya no será así. El recorrido se acorta cada día más. De acuerdo al artículo “Crisis hídrica y “Día Cero” ¿Qué regiones se quedarían primero sin agua? El noreste y el centro del país serían las primeras regiones en tener escasez crítica; el norte, por la aridez y la falta de agua y el centro, por la alta concentración de personas y un uso desmedido en la zona urbana.
En el sur también habrá problemas, debido a la sobreexplotación de mantos y el avance de la mancha urbana.
Ciudades como Hidalgo, Puebla, Tijuana, Monterrey y la Ciudad de México sabrán, antes que todos, que el comienzo de estar sin agua potable es una realidad. De hecho, habitantes de la Alcaldía Benito Juárez, denunciaron que el agua sabía a gasolina. Este hecho pone en riesgo la vida de los habitantes, pues ingerir un hidrocarburo puede dañar a los pulmones e incluso se pueden tener daños neurológicos.
Nuestros peores sueños están sucediendo, tener mucha sed y no tener un vaso de agua potable para calmarla.
¿Aparte de asustarnos por la sequía, qué estamos haciendo? Absolutamente nada. Ni siquiera poner en práctica el ahorro de agua, que consiste en no bañarnos más allá de cinco minutos, usar una cubeta para lavar el carro, no desperdiciar el agua lavándonos los dientes, etc.
La seguimos gastando y peor aún, exigimos que no se acabe y que el gobierno solucione esta crisis hídrica. El sistema, a su pesar, nos ha hecho creer que pueden o deben resolverlo todo y no es así. La situación del agua nos toca a todos. Siembra un árbol, cuídalo, ve que crezca. Ahorra agua. No juegues con ella.
Tenemos que cambiar nuestra manera depredadora de usar el agua. Es lindo abrir el grifo y obtener el preciado líquido. A todos nos encanta sentir como cae el agua en nuestra cabeza, en la regadera. No hay nadie que no ame observar el agua correr en ríos y lagunas, pero cuando es el momento de cuidarla, pareciera que damos por sentado que no se va a acabar mañana, o que por lo menos a nosotros no nos va a tocar.
De acuerdo al Informe del Comité Técnico de Operación de Obras Hidráulicas de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), el Día Cero está a cuatro años nada más, en 2028 comenzaremos a notar que no hay agua para la agricultura y que al igual que la Alcaldía Benito Juárez, nuestra agua estará contaminada, no solo por aceites e hidrocarburos, también por heces, detergentes y plásticos. Mientras tanto, veremos como se sigue secando la tierra y le echaremos la culpa a todo, menos a nuestra incapacidad de hacer algo diferente ante los pronósticos apocalípticos.
En 1985 tomar agua embotellada era algo que nos sorprendía a todos, pero estamos a punto de pelear por una botella pequeña de agua o en su defecto acostumbrarnos a tomar agua tratada y a morir de nuevas enfermedades o de sed.