Mientras sorbe de su café americano sin azúcar, el periodista reflexiona que viajar en transporte público de Toluca, o andar en sus calles a cualquier hora, es muy peligroso. Recuerda que en la semana, abordó el autobús una joven de no más de 25 años llorando, dijo que un par de sujetos la habían empujado contra un muro sobre la avenida Isidro Fabela y el cruce con Lerdo, y le habían robado el celular.
Los criminales no entienden el daño que le causan a quienes roban, ni el sacrificio que les representa comprar algo. Y quizá para la autoridad sólo se trate de un dato más para alimentar una base de información o justificar con porcentajes la disminución de delitos, pero no por eficacia. De hecho, por ejemplo, a nivel municipal, de cada 10 delitos que se cometen en la calle o en el transporte público, ninguno es previsto por los gendarmes y obviamente, ninguno tampoco de esos 10 delitos, son denunciados,
Así, el trabajo de la Policía municipal es casi de acompañante a para levantar una denuncia ante el Ministerio Público y ya que ellos investiguen. Que no lo harán tampoco. Los delitos de la calle, conocidos como delitos menores, se siguen poco o nada. Bajo la percepción de la gente, la policía preventiva es ineficiente y corrupta, y se paga por un servicio que no sirve.
Miren, de acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública 2023, realizada por el INEGI, en el estado de México se cometen 28 mil 700 delitos por cada 100 mil habitantes; es decir, casi el uno por ciento de 17 millones de habitantes mexiquenses son víctimas de delitos, parece poco ¿no?
Pero cheque esto, se tiene una cifra negra, que se calcula entre los delitos no denunciados, más los delitos denunciados sin carpeta de investigación, porque el ministerio público no tipificó el ilícito. De estos, pensados a partir de datos de organismos públicos y privados, más del 92 por ciento, es decir 9 de cada 10 delitos, no se denuncian, lo que se confirma con la percepción de la gente sobre las policías municipales, estatales y de investigación, incluidos los a veces nefastos agentes de tránsito y vialidad, de los que 8 de cada 10 ciudadanos los consideran corruptos.
Ahora bien, en el caso de Toluca, los datos más recientes de la incidencia delictiva se presentaron en la administración del damnificado ex alcalde Raymundo Martínez, dentro de la Mesa de Coordinación para la Construcción de la Paz. Ahí, en marzo del 2022, se dijo que por trimestre se cometen casi 3 mil delitos, de todo tipo. Pero no registran incidencia en cuanto a robo a transeúnte o en transporte público, y no porque lo hayan disminuido, sino porque no se tienen denuncias, y menos confianza en los casi 2 mil gendarmes que deberían proteger a casi un millón de tolucos.
Alguien me refería, que ni modo que se tenga un policía por calle o en cada unidad de transporte, o cuidando a cada ciudadano para evitar que se cometan delitos, y yo creo que aunque los tuvieran, no harían nada, porque no se trata de fuerza bruta o de echar montón, sino de inteligencia para realizar operativos, diseñar estrategias en las que se actúe y no sólo vayan a tomar café en una mesota elegante, y me parece que eso ocurriría cuando los funcionarios se ensucien los zapatos en los camiones y en la calle, cuando salgan a conocer más allá del centro de la ciudad. Mi X @raulmandujano