Cuatro años de procesos electorales consecutivos y ahora el Instituto Electoral del Estado de México (IEEM) comienza a cerrar sus actividades. Resguarda la paquetería y papelería electoral en físico, la parte verdadera de la historia en muchos de los municipios y distritos, los números reales.
Esto marca el final de un periodo ininterrumpido de preparación, organización y desarrollo de comicios en el Estado de México, que ha dejado un rastro de desgaste institucional y, sobre todo, un considerable gasto económico.
Este ciclo electoral en el Estado de México ha sido extenuante para los ciudadanos, pero sobre todo costoso. Con la conclusión de estos procesos, debe iniciar un análisis verdaderamente crítico sobre el uso de recursos, la eficiencia de las instituciones electorales y la capacidad de los partidos políticos de convencimiento.
Los ciudadanos merecemos procesos democráticos transparentes y justos, pero también una administración del dinero de los impuestos que no represente un gasto innecesario a la economía estatal. Que realmente valga la pena el gasto.
Pero veamos. Desde 2021, el IEEM no ha descansado. Ese año hubo elecciones de ayuntamientos y diputaciones locales. Era Alfredo Del Mazo el gobernador. Además, en Nextlalpan hubo elección extraordinaria municipal debido a que se quemaron urnas. Esto sumó una carga extra en las agendas electorales y se llevó a cabo el 14 de noviembre de 2021.
Pero 2022 tampoco fue un año de tranquilidad. Atlautla vivió una elección extraordinaria el 15 de mayo. Esto fue por la violencia política contra una de las candidatas contendientes. Este evento subrayó nuevamente los retos de mantener la paz y el orden en los comicios locales, así como los costos adicionales asociados a repetir procesos electorales. Pero también representó un hecho histórico. Ya le miden en tema de violencia contra las mujeres en esta materia.
En 2023, desde el inicio de año, los partidos políticos comenzaron a preparar el terreno para la elección de la gobernadora. Se enfrentaron Delfina Gómez contra Alejandra Del Moral el 6 de junio. La campaña fue intensa y costosa, y aunque el resultado fue claro, las consecuencias políticas fueron notorias. Alejandra Del Moral ahora parece destinada a unirse al partido de la actual gobernadora, posiblemente en el gabinete ampliado de Claudia Sheinbaum. Las volátiles dinámicas del poder político.
Llegamos a 2024, a "la elección más grande de la historia". Con la presidencia, el senado y la cámara federal bajo la organización del INE, y las diputaciones locales y ayuntamientos gestionados por el IEEM, la maquinaria electoral funcionó a todo lo que dio. Y ya cerró o en esas anda.
Con la entrega final de la papelería electoral, el IEEM avizora algo de calma, pero podría ser sólo temporal, pues dependerá del desarrollo de los acontecimientos políticos.
La próxima selección de tres consejeros electorales es un recordatorio de que, aunque la maquinaria electoral pueda descansar, la infraestructura política debe seguir funcionando. Sandra Bringas, Daniella Durán y Francisco Bello dejarán sus cargos, y se espera que el INE no demore en nombrar a sus reemplazos. Es necesario garantizar la continuidad en la gestión electoral, sobre todo en estos tiempos de zozobra con las instituciones.
Análisis de gastos, repetición de elección, revisión de actas, limpieza en el recuento, violencia política, intervención de poderes fácticos, todo conlleva un costo que, en última instancia, recae sobre los ciudadanos. La transparencia en los gastos y la eficiencia en la organización deben ser prioridades para el IEEM y el INE. Todavía quedan a deber, lo mismo que los tribunales. Eso sí, hay un gran esfuerzo.
