Muchos sucesos contrarios a los ideales de la democracia sindical se siguen dando en nuestro país, en el contexto de la nueva justicia laboral y la defensa decidida desde el gobierno por la auténtica representación de los trabajadores y el respeto irrestricto al principio de Libertad Sindical, afirmación que por supuesto es un sarcasmo. Tanto la Libertad Sindical como la auténtica representación de los trabajadores está muy lejos de ser una realidad, de hecho, muchos de los impedimentos los genera el mismo Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral, que lejos de priorizar el principio de realidad, se ha convertido en un adicto de la extrema formalidad.
Este extremo formalismo por el que ha optado la autoridad registral, nos está llevando a sucesos en el mundo del trabajo muy interesantes, particularmente en el sindical, que desde luego no abonan a la tutela de los principios que las reformas a la Ley Federal del Trabajo de 2012 y 2019 dicen promover.
Si la última de las reformas referidas dice buscar la auténtica representación de los trabajadores y la democratización de estas organizaciones, no se puede entender como seguimos frente a problemas como la eternalización de dirigentes sindicales como hasta antes de las modificaciones a la ley Federal del Trabajo, más en contextos de organizaciones con plantillas de agremiados amplias e importantes, es cómo si la misma persona fuera la única que puede dirigir los destinos de la organización. ¿Será que son un mal necesario para el propio sistema y gobierno en turno?
Relacionado con la eternalización de dirigentes sindicales, leía como en el caso de uno de los sindicatos más importantes de nuestro país, la disidencia se quejaba que el dirigente en turno era el causante de la mutilación de su Contrato Colectivo de Trabajo, algo que es parcialmente correcto, pero también erróneo. Somos muy dados a ponerle nombre y apellido a circunstancias que se están viviendo a nivel mundial, que nos dicen que los trabajadores van en franco retroceso en la defensa y promoción de sus intereses, un poco al margen de quienes encabecen los destinos de sus organizaciones.
Bajo las condiciones que el mundo del trabajo vive con temas como la informática, la inteligencia artificial, las contracciones de la economía, realmente el papel de los dirigentes sindicales es un catalizador o una contención frente a los reclamos del sistema económico para la reducción de los costos, ahora centrados fundamentalmente en el pago de mano de obra, lo que lleva necesariamente a esa mutilación en las condiciones contenidas en los contratos de trabajo.
Creo que todo en esta realidad es como un cuchillo, igual se puede utilizar como herramienta para crear una obra de arte culinaria, que como instrumento para privar de la vida a una persona y en la realidad la reforma laboral, particularmente la de 2019, provee de condiciones que le permitirían alcanzar avances importantes a los trabajadores en materia de democracia sindical, en la defensa y promoción de sus derechos e intereses, claro en otra realidad, una dónde los trabajadores estén informados y preocupados realmente por entender el contexto en el que se desarrolla su materia de trabajo.
Así pareciera que muchos de los cambios que se han implementado en la ley en materia de democracia sindical, fueron diseñados, propuestos y lanzados por alguien que sabía que la libertad dirigida a sujetos completamente despolitizados puede ser desastrosa, tanto como darle la libertad a un niño de 10 de definir, sin el límite de un adulto, el hacer todos los días lo que considere mejor para su vida; creo que no hay que ser adivinos para saber cuál sería el resultado, de hecho en alguna medida lo estamos viviendo ya, al hacer de los dispositivos móviles nuestras modernas niñeras.
No son los dirigentes sindicales los que están mutilando los Contratos Colectivos de Trabajo, son los trabajadores los responsables, que esperan excelentes resultados de sus dirigentes, sin cuando menos tener por un lado claro qué les parecería satisfactorio a sus intereses y por el otro, sin estar dispuestos en alguna medida a involucrarse en la toma de decisiones; es como una especie de trauma infantil, donde soportarán las condiciones laborales que se les impongan por malas que sean, con tal de tener la oportunidad de culpar a alguien de ello, un culpable que jamás serán ellos mismos.
ADDENDA
1. De la mano de la perdida inevitable de derechos en los Contratos Colectivos en Trabajo, hay sectores en todos los países que están muy optimistas frente a la implementación inevitable de una renta mínima. Parece que pronto esta será una realidad que nos alcanzará con la inteligencia artificial y la robótica. Llegará un momento donde más que ser innecesario trabajar, será imposible encontrar un trabajo. El problema es como siempre, que no se visualizan los efectos secundarios de este tipo de medidas. Nuevamente serán muy pocos los dueños de la propiedad privada y a los demás, no nos quedará más que sobrevivir con esa renta mínima, arrendando prácticamente todo aquello que necesitaremos para vivir, pues con ese dinero que se nos asigne, no alcanzará para amasar tan anhelada propiedad.
2. No todo es malo. En DigitalMex estamos de fiesta; 7 años de un trabajo arduo, comprometido y difícil labor, un logro que nos obliga a seguir adelante, cada uno contribuyendo un poco desde su trinchera. De mi parte, felicidades y gracias por permitirme ser parte de esta familia.
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