Como se esperaba, el absoluto servilismo demostrado por los cuatro consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE), le dieron al mandatario Andrés Manuel López Obrador, a Morena y a sus rémoras aliados, del PT y PVEM, por primera vez en la reciente historia electoral la mayoría calificada con 364 diputados federales y de esta forma, darle paso a la dictadura que tanto anheló el inquilino de Palacio Nacional.
Sin lugar a dudas, el sometimiento de la consejera presidente Guadalupe Taddei fue desde el primer día que tomaron posesión a sus cargos en abril de 2023 y estar prácticamente de hinojos a las órdenes e indicaciones del tabasqueño, dinamitando la democracia electoral y darle paso a que Amlo, Morena y sus aliados, despedacen nuestra Carta Magna y de igual manera, consuman la vengativa Reforma Judicial que traerá severos problemas legales y un vacío de poder.
Fueron siete consejeros de los once que conforman el Consejo General, quienes votaron a favor de darle la mayoría calificada o sobrerrepresentación parlamentaria a Morena y sus rémoras del PT y PVEM, ellos son Guadalupe Taddei, Karla Humphey, Norma de la Cruz, Uuc-Kib Espadas, Arturo Castillo, Rita López y Arturo Montaño, en quienes caerá la responsabilidad de haberles dado a estos tres partidos la votación necesaria para cumplir las órdenes, caprichos y venganzas de Andrés Manuel López Obrador, quien pasará a la historia como el precursor de la dictadura en nuestro de por sí destrozado país y que con él tuvimos el peor crecimiento económico de los últimos 90 años, cuando prometió que creceríamos al 5 por ciento anual y la realidad fue de 0.98%, ridículo y vergonzoso.
Fueron siete consejeros los sometidos por Amlo para que le dieran a Morena y sus rémoras del PT y PVEM 364 diputados, si bien es cierto que la Coalición Hacemos Historia... de Terror, obtuvo el triunfo en ganaron 219 distritos electorales, mientras que el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) ganó en 37; el Partido del Trabajo (PT) no logró triunfar en ningún distrito electoral solo; mientras que el Verde lo hizo en algunos, pero en Coalición, solo no obtuvo ningún triunfo.
Según las actas computadas Morena-PT-PVEM obtuvieron 27 millones 446 mil 14 votos, que representa el 46.49% del total de los sufragios. El PRI-PAN-PRD, lograron 17 millones 493 mil 425 votos, el 29.62%.
En la Cámara de Diputados las curules quedaron repartidas de la siguiente manera: Morena 236, PVEM 77 y PT 51, con un total de 364, siendo mayoría calificada; mientras que el PAN 72; PRI 35, MC 27, PRD 1, independiente 1, total 500 legisladores.
Es decir, Morena y sus aliados pueden desbaratar, remendar, cambiar a su antojo la Constitución e inclusive, si desean instaurar la nueva Constitución Bolivariana, lo pueden hacer para darle paso a su dictadura que traerá severos problemas sociales, económicos y políticos para nuestro vapuleado país.
Esperemos que Claudia Sheinbaum, tenga cordura, se rodee de gente talentosa, tome la situación con calma y compongan este cochinero económico, de inseguridad, de violencia social y de país que le hereda su mentor, López Obrador.
Mientras que la Cámara de Senadores quedaron repartidas las curules de la siguiente manera: Morena, 60, PVEM 14, PT 9, con un total de 83, les faltan tres asientos para ser mayoría calificada; PAN 22, PRI 16, MC 5 y PRD 2, total 128 escaños.
Es preciso mencionar que dicha sobrerrepresentación otorgada a la Coalición por los siete consejeros electorales encabezados por la morenista Guadalupe Taddei Zavala, es excedida, pasándose por alto y violando el artículo 54 de nuestra Constitución que a la letra dice: Inciso IV, ningún partido político podrá contar con más de 300 diputados por ambos principios (mayoría relativa y representación proporcional).
Fracción V. En ningún caso, un partido político podrá contar con un número de diputados por ambos principios que representen un porcentaje del total de la Cámara que exceda en ocho puntos a su porcentaje de votación nacional emitida. Esta base no se aplicará al partido político que por sus triunfos en distritos uninominales, obtenga un porcentaje de curules del total de la Cámara, superior a la suma del porcentaje de su votación nacional emitida más el ocho por ciento y: VI. En los términos de lo establecido en las fracciones III, IV y V anteriores, las diputaciones de representación proporcional que resten después de asignar las que correspondan al partido político que se halle en los supuestos de las fracciones IV y V, se adjudicarán a los demás partidos políticos con derecho a ello en cada una de las circunscripciones plurinominales, en proporción directa con las respectivas votaciones nacionales efectivas de estos últimos. La ley desarrollará las reglas y fórmulas para sus efectos.
Por su parte, muy “sobradita” la consejera presidente Guadalupe Taddei, quien, de manera prepotente, petulante y arrogante, defendió de igual manera que se aplicó la fórmula desde hace 28 años. Sin dar nombres, recriminó a quienes buscaron que el organismo electoral modificara el mecanismo, debido a que llegaron al Instituto 69 solicitudes para frenar la mayoría calificada de la 4t.
Expuso que “es inaceptable colocar al INE en una falsa disyuntiva. La Constitución es contundente y precisa, no hay dilema. Las reglas constitucionales (sic), (¿?), pedirle al INE hoy que aplique otra esa fórmula de otra manera impensable (resic). Por lo visto, Guadalupe Taddei, no tiene idea para qué sirve ni qué es nuestra Carta Magna, que no es interpretativa, como ella misma lo expresa.
Vaya que es increíble el sometimiento que tuvieron los siete consejeros hacia Amlo, encabezados por Guadalupe Taddei, quien ya demostró que al igual que a López Obrador, le quedó enorme la silla en la que se sientan para ocupar y desempeñar sus funciones y encargos, debido a que por primera vez desde su creación el hoy INE antes IFE, es un Consejo General de incondicionales al jefe del Ejecutivo Andrés Manuel López Obrador que también hizo añicos los Tres Poderes de la Unión, de los que se componía nuestra hoy endeble nación.
Lamentable Guadalupe Taddei Zavala, nacida en Cananea, Sonora, el 26 de junio de 1963 no ha estado, ni estará a la altura de José Wondelberg Karakowsky, quien presidió extraordinariamente, el primer Consejo General del Instituto Federal Electoral (IFE), constitucional autónomo (1996-2003), que ya no dependió de la Secretaría de Gobernación y que sucedió en el cargo al entonces secretario Emilio Chuayffet Chemor y que se disolvió en 2014 para darle entrada al hoy Instituto Nacional Electoral (INE).
Recordemos que el INE era un órgano fundado en 1990, su existencia estaba contemplada en nuestra Carta Magna, pero fue después cuando lo volvieron autónomo. El IFE sustituyó a la Comisión Federal Electoral que estaba bajo las órdenes de la secretaría de Gobernación (que hoy en día López Obrador, lo quiere retornar a dicha dependencia), derivado del fraude electoral de 1988 y que provocaron reformas a la Constitución el 4 de abril de 1990 para expedir una nueva legislación reglamentaria en materia electoral, dándole vida al Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (COFIPE), el 15 de agosto de 1990. Dicho primer Consejo General fue encabezado por el entonces secretario de Gobernación, Fernando Gutiérrez Barrios.
Lo que si nos queda muy claro a decenas de millones de mexicanos, es que estamos frente al más opaco y sometido Consejo General del INE (desde su creación), ante un presidente de la república (al que veneran pese a encabeza el peor gobierno fallido, democráticamente instalado de la historia de nuestra nación).
PERVERSA REFORMA JUDICIAL
La controvertida Reforma Judicial del perverso “Plan C” de López Obrador, sigue levantando ámpula y posiciones en contra entre decenas de millones de mexicanos, que pese a que digan los morenistas y el propio Amlo que va a beneficiarnos, sabemos que no será de esa manera y lo único que tendremos es a un Poder Judicial enconado con nuevos integrantes en las distintas áreas que no cuentan con la experiencia ni el perfil idóneo para desarrollar labores técnicas y que nos hará retroceder décadas en este importante rubro.
Dicha Reforma Judicial, seguramente traerá resultados desastrosos con la aprobación de los inconstitucionalmente sobrerrepresentados de Morena-PT y PVEM con 364 diputados de la próxima LXVI Legislatura que le aprobarán a su jefe y superior todo lo que le venga en gana a un mes de que concluya su mandato fallido.
Amlo pretende aniquilar al Poder Judicial por el simple hecho que la ministra presidente Norma Piña Hernández, le ganó a su incondicional, la ministra plagiaria Jasmín Esquivel Mossa, quien no pudo reunir siete votos de sus pares para poder aspirar a ser la número uno de la SCJN, en la elección de hace año ocho meses. Vergonzoso e indignante.
López Obrador, está dispuesto a despedazar al tercer Poder de la Unión e instalar como ministra a otra Lenia Batres Guadarrama, quien no ha hecho más que el ridículo en sus funciones, pues no ha estado ni estará a la altura del resto de las y los ministros del Poder Judicial, con excepción de Jasmín Esquivel. Amlo desea que “El tuercas”, “El chicarcas”, “La Manita”, sean los nuevos jueces y ministros, para acabar de vulnerar y violentar nuestra Constitución y las leyes que de ella emanan. Es el México vulgar y corriente que pretende instaurar el tabasqueño. ¡Ver para creer!
Por cierto, entre las órdenes y pendientes de Amlo a la nueva LXVI Legislatura que entra en funciones el primero de septiembre, es acatar y cumplir con el perverso “Plan C” con 20 iniciativas para acabar de despedazar nuestra Carta Magna, será que los diputados de mayoría calificada gracias a la ineptidud de siete consejeros del INE electos a partir del primero y hasta el 30 de septiembre que podrán cumplirle a su mesías todos sus caprichos.
Recordemos que a ninguna iniciativa se han atrevido a quitarle ni una coma los legisladores de Morena y sus rémoras del PT y PVEM, a sus perversas iniciativas que ha enviado a tres distintas legislaturas y ésta no será la excepción, ahora entre ellas, está la desaparición de ocho organismos autónomos como el Instituto Nacional Electoral (INE), el INAI, IFETEL.
La más interesante es la referente al Banco de México que tiene en sus arcas las grandiosa suma de 230 mil millones de dólares, que nadie puede tocar, pero qué tal si López Obrador, les ordena quitarle autonomía a dicho Banco para que pueda “financiar” al gobierno en turno al extenso artículo 28 de nuestra Constitución que dice a la letra: el Estado tendrá un banco central que será autónomo en el ejercicio de sus funciones y en su administración. Su objetivo prioritario será procurar la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda nacional, fortaleciendo con ello la rectoría del desarrollo nacional que corresponde al Estado.
Y aquí viene lo importante del asunto, que López Obrador, les dará instrucciones a sus vasallos para que cambien el renglón de dicho artículo 28 y poder asirse de los 230 mil millones de dólares que tiene en sus arcas el Banco de México, porque Claudia Sheinbaum no tendrá recursos disponibles para operar el 2025 dada la deuda contraída por Amlo: “Ninguna autoridad podrá ordenar al banco conceder financiamiento. El Estado contará con un fideicomiso público denominado Fondo Mexicano del Petróleo para la estabilización y el Desarrollo, cuya Institución Fiduciaria será el banco central y tendrá por objeto, en los términos que establezca la ley, recibir, administrar y distribuir los ingresos derivados de las asignaciones y contratos a que se refiere el párrafo séptimo del artículo 27 de esta Constitución con excepción de los impuestos.
Así pues, López Obrador, podrá culminar su película de terror que duró seis años, saqueando las arcas del Banco de México con la modificación al párrafo arriba descrito para seguirle demostrando a las decenas de millones de ciudadanos pensantes que su autoritarismo siempre estuvo por encima de nuestra Carta Magna y que la uso, violó y utilizó a su arbitrio, las veces que le vino en gana.
