El próximo 24 de septiembre, la gobernadora Delfina Gómez Álvarez rendirá su primer informe como titular del Poder Ejecutivo del Estado de México. La primera mujer que ocupa esa responsabilidad y a quien le ha tocado dirigir, también, la primera alternancia política de la entidad más poblada del país, cuyas necesidades y problemáticas parecen nunca terminar.
Con un estilo sobrio y sin estridencias, la gobernadora ha decidido transitar su primer año con un bajo perfil y sin entrar en confrontaciones con quienes podrían haber sido sus oponentes. De hecho, en realidad ha generado un ambiente de respeto, cordialidad y hasta inclusión con quienes tenían un “color” distinto a morena.
Un ejemplo de ello fue la reciente reelección del presidente del Instituto de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales del Estado de México y Municipios (Infoem), José Martínez Vilchis. Unos minutos antes de que se realizará la votación del pleno del organismo, las comisionadas: María del Rosario Mejía Ayala y Guadalupe Ramírez Peña -quienes también competían para presidir el instituto-, decidieron retirar su registro como candidatas, de manera que Martínez Vilchis quedó como único candidato. Su elección fue por unanimidad para el periodo 2024-2027.
Sin embargo, días antes de la elección trascendieron versiones periodísticas que aseguraban el término del periodo de Martínez Vilchis al frente del organismo y señalaban que no sería reelecto porque el partido en el poder deseaba colocar a alguien afín a sus intereses. No ocurrió así, como lo expresó el comisionado Luis Gustavo Parra Noriega -según el comunicado del propio Infoem-, quien “reconoció la madurez y apertura de las Comisionadas que declinaron en favor del Comisionado Presidente”, a pesar de que ambas son identificadas como cercanas a Morena.
En esa perspectiva, la gobernadora ha definido un estilo de gobierno sin uso de la fuerza o el abuso de poder que, en otros cambios de administración, no era de esa forma, a pesar de que los gobernadores en turno emanaban del mismo partido político: el PRI.
El mayor desafío político que ha enfrentado la gobernadora en realidad ha sido al interior del movimiento del cual emanó y dentro de su propio gabinete, donde los golpeteos “bajo la mesa” y mediáticos, no han cesado. La pelea por ocupar los principales espacios de decisión y el deseo de integrar grupos de influencia, con miras a las elecciones intermedias de 2027 y de la gubernatura en 2029, han provocado cierto desgaste al interior.
Como lo advierte Jon Elster (2003): “Una institución debe confiar en individuos con intereses propios. Las decisiones institucionales son fácilmente desviadas y distorsionadas por la conducta interesada de los agentes que deben ponerlas en práctica” (p. 155).
El proceso de integración de sub-gobiernos es hasta una situación normal que ocurre en cualquier orden de la administración pública. El gobierno estatal no ha sido la excepción. Ha habido hasta expresiones -en buena medida malintencionadas- que advierten que la gobernadora no ha podido “poner orden” en su gabinete.
Sin embargo, hace unos días la propia gobernadora declaró que hará una evaluación (seguramente ya está hecha) de quienes integran su equipo de trabajo en las diferentes dependencias estatales y anunció que se realizarán ajustes “siempre con la intención de mejorar”, con lo que envía un mensaje claro de que quien toma las decisiones es ella, aunque eso no significa que no escuche la opinión de algunos colaboradores. Por lo pronto, la mayoría de las personas responsables de las secretarías y la Oficialía Mayor del Gobierno del Estado de México deben atender los detalles para que se rinda el primer informe de la administración y, posteriormente, la Glosa que se efectuará en la Legislatura.
“Ha habido buenos logros, ha habido buenas acciones; sin embargo, consideramos que todavía nos hace falta. Consideramos que el informe no solamente es para dar buenas o cosas buenas, sino también hablar con toda la intención de ser un poco reflexivos pero comprometidos de qué nos falta por hacer”, dijo la gobernadora en entrevista con periodistas mexiquenses.
Como lo expone Daniel Cosío Villegas en su obra El estilo personal de gobernar, Delfina Gómez Álvarez, ha puesto su propio sello y todo indica que luego del primero de octubre, con el relevo en la Presidencia de la República, ejercerá con mayor plenitud su poder.
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Valoro la paciencia del equipo de DigitalMex para ofrecerme un espacio y que no siempre puedo aprovechar. Aquí seguiremos mientras haya oportunidad. Gracias, Miriam y Diana.
