¿Reconciliación, el legado de Sheinbaum?
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) define el discurso de odio como “cualquier forma de comunicación de palabra, por escrito o a través del comportamiento, que sea un ataque o utilice lenguaje peyorativo o discriminatorio en relación con una persona o un grupo sobre la base de quiénes son” y -explica el organismo- tiene raíces en la intolerancia y el odio, o los genera y, en ciertos contextos, puede ser degradante y divisivo”.
Esa fue la característica del Discurso que sostuvo el expresidente, Andrés Manuel López Obrador, de principio a fin de su gobierno, al alentar una narrativa en la que descalificaba a sus opositores o a quienes se atrevían a pensar diferente a él o señalar los yerros de su gestión (que no fueron pocos y quedaron documentados tanto por medios periodísticos como por académicos y analistas especializados).
En las mil 438 mañaneras que ofreció durante su mandato, el ex presidente siempre procuró, alentó y enfatizó las descalificaciones y la colocación de etiquetas a quienes llamaba “neoliberales”, “conservadores”, “prensa vendida” o “fifís”, y que eran personas que cuestionaban su gobierno. Además, evadió los señalamientos a su gestión con la frase: “yo tengo otros datos”.
El discurso de odio que le caracterizó -para afianzar su papel de héroe-, hacía necesario crear a sus enemigos, de manera que él pudiera “acreditar” que siempre hizo lo necesario para beneficiar al “pueblo bueno”. Naturalmente, esa narrativa la sostuvo con una política social asistencialista que consistió en entregar apoyos directos a diferentes sectores de la sociedad.
Sin embargo, ya concluida esa etapa, ayer empezó el gobierno de la primera mujer que encabezará la Presidencia de la República: Claudia Sheinbaum Pardo.
“Soy madre, abuela, científica y mujer de fe. Y a partir de hoy, por voluntad del pueblo de México, la presidenta constitucional de los Estados Unidos Mexicanos”, afirmó Sheinbaum en su mensaje luego de rendir protesta ante el Congreso de la Unión y aseguró: “No llego sola, llegamos todas”.
“Llegan ellas, las que soñaron con la posibilidad de que algún día no importaría si naciéramos siendo mujeres u hombres. Podemos realizar sueños y deseos, sin que nuestro sexo determine nuestro destino. Llegan ellas, todas ellas, que nos pensaron libres y felices”, expresó la presidenta, junto a una de las mujeres que lucharon durante décadas por la democracia y la libertad en este país y que se ha constituido en una figura histórica de la izquierda mexicana: Ifigenia Martínez, en su calidad de presidenta de la Cámara de Diputados.
En ese contexto, la llegada de Sheinbaum genera altas expectativas. De acuerdo con una encuesta elaborada por el diario El Financiero, la primera presidenta del país inicia con un 67 % de aprobación y cuatro prioridades definidas por las personas encuestadas: Combatir la inseguridad, crear empleos y oportunidades económicas, combatir la corrupción y reducir la pobreza. Incluso, se identificó que 62 % de quienes respondieron la encuesta considera que la economía va a mejorar.
Esa perspectiva de la sociedad, tendría soporte viable, porque -de acuerdo con ONU Mujeres- “las mujeres demuestran liderazgo político al trabajar por encima de las divisiones partidarias en grupos parlamentarios de mujeres -incluso en escenarios políticos más agresivos- y al defender asuntos de igualdad de género como la eliminación de la violencia de género, licencias parentales y cuidado infantil, pensiones, leyes de igualdad de género y reforma electoral”.
Por ello, uno de los principales desafíos de Sheinbaum Pardo es eliminar las divisiones que provocó su antecesor e impulsor político. En su mensaje de ayer ante el Congreso de la Unión, afirmó que gobernará para todos y para todas, e incluso hubo un detalle que fue destacado en las redes socio digitales y los medios de comunicación: el saludo de mano y beso que ella sí tuvo con la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Piña, lo que ha sido interpretado como una buena señal.
Además, este miércoles la presidenta realizará un primer recorrido por las zonas afectadas en Guerrero por el huracán John, y acudirá acompañada por su gabinete, a fin de supervisar las acciones de apoyo y evaluar la recuperación de las áreas siniestradas por el fenómeno natural. Otro hecho que también marcará una diferencia con AMLO. Habrá que ver cómo se organiza la visita y cómo se conduce ella con la gente, si es que hace un recorrido para observar los daños.
Así que nuestro país ha iniciado una nueva etapa política y si bien se anunció que ahora se realizará el segundo piso de la llamada “Cuarta transformación”, la presidenta tiene toda la intención de edificar su legado y de una manera emotiva despidió al ex mandatario. Como ella lo afirmó: “es tiempo de mujeres” y seguramente hará lo necesario para construir su propia historia. ¿Será la reconciliación parte esencial de ese legado? El tiempo lo dirá.
#TodoComunica
Si algo ha distinguido a Alejandra del Moral, ex dirigente y ex candidata priista la gubernatura del Estado de México, es el pragmatismo. Sus fotografías con personajes de la 4T en la rendición de protesta de Claudia Sheinbaum, empezando por el hijo del ex presidente López Obrador, lo acreditan.
