Todo indica que la primera presidente de nuestro cada vez más vapuleado país, la morenista Claudia Sheinbaum Pardo, no dará el viraje esperado por decenas de millones de mexicanos en el manejo y rumbo de las políticas públicas de la fracasada y autollamada cuarta transformación, debido al formato presentado en los primeros días de su gobierno que nos encaminan a padecer de los mismos yerros cometidos por AMLO.
Es increíble saber que desde las millonarias y nefastas conferencias mañaneras que realizó el tabasqueño, la consentida del tabasqueño, no da muestras de enseñar un nuevo modelo y forma de gobierno que brinde confianza y certidumbre a todos los habitantes de las 32 entidades federativas y constaten que la pesadilla llamada López Obrador quedaría en el pasado. Por lo pronto, repite el mismo esquema de “gobernar” de AMLO.
El pasado martes primero de octubre, Sheinbaum Pardo dio muestras de que no se desmarcará de su jefe y superior al que sigue venerando a pesar de los errores garrafales que cometió en su sexenio, en el que lo único que hizo fue repartir centenas de miles de millones de pesos disfrazados de programas sociales que le permitieron a Morena someter permanentemente a 35 millones que recibieron las prebendas económicas, gracias a los impuestos pagados por 62 millones 942 mil 315 contribuyentes activos de acuerdo con el Plan Maestro 2024 que tiene el Servicio de Administración Tributaria (SAT); de los cuales únicamente 12 mil 867 son grandes contribuyentes.
Es preciso señalar, que el programa de fiscalización a grandes contribuyentes se centra en aquellos que facturan más de mil 800 millones de pesos anuales, que se concentran en 18 sectores económicos específicos como el acerero, el automotriz, el de la construcción, electrónicos y del sistema financiero.
Los ingresos totales de los grandes contribuyentes representan el 52% de los ingresos totales que suman un billón 113 mil 816 millones de pesos; mientras que el resto 48 por ciento de los contribuyentes se logra recaudar 109 mil 927 millones de pesos, de los cuales 29 mil 298 millones corresponden al comercio exterior.
En el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, los programas sociales tuvieron un desmedido crecimiento en lo que respecta al gasto público, debido a que pasó de 253 mil 250 millones que se entregaban en el 2019 en el primer año de su gestión a la exorbitante cifra de ¡741 mil 195 millones de pesos!, un incremento del 131 por ciento en cantidades reales sin tener ningún beneficio adicional a los ciudadanos más que el recibir dinero para que sigan sufragando por Morena.
La pensión para adultos mayores es el programa más caro, pues el dinero destinado es de 465 mil 49 millones de pesos en el año en curso; el porcentaje comparado con 2019 fue de 224.9 por ciento. Dichos programas fueron autorizados por las dos legislaturas anteriores, con mayoría morenista y de sus rémoras petistas y verdes ecologistas que estuvieron sometidos y de hinojos ante AMLO, quienes le aprobaron todas y cada una de las iniciativas enviadas sin quitarle coma alguna a ninguna de estas.
Recordemos que sin crecimiento económico el régimen se quedará sin recursos y no tendrá de dónde repartir más “dadivas” -digo- programas. Es por ello que el gobierno de Sheinbaum dé el viraje esperado para que la inversión de empresarios nacionales y extranjeros llegue a México y tengamos mayor estabilidad, aunado al programa de seguridad que tendrá que cambiar, se comprobó que la estrategia de “abrazos y no balazos” en el sexenio de AMLO fue un auténtico fracaso, pues fueron asesinados 22 mil personas a manos de crimen organizado en todas sus modalidades.
No olvidemos que fueron desaparecidos 109 fideicomisos con montos de 68 mil millones de pesos, entre ellos estaba el Fondo de Desastres Naturales (Foden) que tenía 41 millones de pesos y ahora con los huracanes y torrenciales aguaceros, decenas de municipios de varias entidades federativas están en penurias y sin recursos económicos gracias al atraco de todos dichos fondos de López Obrador, quien con desbordado cinismo aseguró al término de su gobierno fallido: “me voy con la conciencia tranquila”.
Por cierto, el Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios, tenía 316 mil millones de pesos en 2018 y en este año López Obrador los dejó con 49 mil millones de pesos. ¡Qué tal!
Podemos observar que los morenistas y su jefecito AMLO arrasaron con los ahorros que les dejaron los gobiernos neoliberales a los que tanto odia el tabasqueño, pero que por sus pésimas decisiones han incrementado el déficit presupuestario y por ende la deuda pública, simplemente, los requerimientos financieros serán de 5.9% del Producto Interno Bruto (PIB), en este año, cuando en 2018 era de 2.1%.
La deuda heredada por el otro gobierno corrupto de Peña Nieto en 2018, (claro está, el de AMLO ha sido el peor en corrupción), fue de 10.8 billones de pesos, pasó a 16.1 billones de pesos en este año, sufriendo un incremento del 51,8% en términos nominales.
No olvidamos al tabasqueño en sus permanentes campañas presidenciales en las que atacaba acremente a los gobiernos neoliberales y a los que despedazaba, afirmando que eran lo peor que le había pasado a México. Hoy en día corroboramos que, pese a sus fallas garrafales de los regímenes anteriores, fueron más eficientes que el de AMLO que ha sido el peor de todos, a pesar de que sus seguidores y chairos digan erróneamente que es el mejor, los nulos resultados están a la vista de todos los mexicanos.
El pasado martes, en su toma de protesta y en su discurso Claudia Sheinbaum, reivindicó la perversa Reforma Judicial de López Obrador que será un fracaso rotundo, por la forma de hacerla y que no tendrá leyes secundarias que son necesarias; erróneamente la calificó de democrática y agregó: “quien diga que es autoritarismo, miente” ¡ver para creer!
Asimismo, presentó sus 100 acciones de Gobierno, entre las que destacan las energías renovables con una participación del 45% en 2030; menor consumo de gasolinas y mayor electromovilidad en autos; un proyecto ambiental en Tula; se creará un Consejo Nacional de Empresarios para el nearshoring; la creación de la Secretaría Anticorrupción y de Buen Gobierno; Reforma Electoral, menos costo en de las elecciones, lograr la reducción de la semana laboral a 40 horas.
Le deseo la mejor de las suertes a la presidente Claudia Sheinbaum Pardo, la primera presidente de México, quien es de origen judío, no tiene raíces mexicanas, ni paternas ni maternas. Es lo más extraño, del asunto, no creo que ame profundamente a México, esperemos que conlleve cabo un gobierno diferente, con acciones en beneficio de los 130 millones de mexicanos y no de los 35 que votaron por Morena y tal vez por ella.
Su liderazgo está en duda, veremos si es capaz de hacerlo con su gabinete legal y ampliado y no bajo “la sombra del caudillo”, título del libro del gran literato chihuahuense, Martín Luís Guzmán; deberá demostrar su independencia política, desmarcarse de AMLO que le hizo un daño irreversible a México; el beneficio en sus acciones de gobierno deberá ser colectivo, para los 130 millones de ciudadanos; deberá combatir y acabar con el crimen organizado en todas sus modalidades que son el azote de la nación, que nos han robado la paz.
Deberá luchar contra corriente, López Obrador, le deja al país incendiado, endeudado, sin dinero para el siguiente año, tendrá que hacer ajustes al presupuesto del 2025 para poder maniobrar; el crecimiento económico con AMLO ha sido el peor en los últimos 36 años; deberá sacudírselo para enfrentar y afrontar los problemas heredados de índole social y económica.
En las manos de Claudia Sheinbaum está la decisión para llevar las riendas de un gobierno eficiente, eficaz, cumplidor y preocupado por el bienestar de los 130 millones de mexicanos. Ya no habrá mañana, no deberá instaurar la perversa e insana dictadura tan anhelada por el tabasqueño, tampoco debe edificar el segundo piso de la fracasada cuarta transformación, -como ella misma lo ha asegurado- no, tendrá que hacer un viraje de timón de 360 grados, de lo contrario, acabará por hundirnos. López Obrador ya tuvo su turno y fracasó, el momento es de ella.
Ya veremos qué futuro nos depara con una mujer sentada en la llamada silla embrujada.
GERARDO FERNÁNDEZ NOROÑA, AUTÉNTICO BARBAJÁN
Es increíble corroborar el perfil tan bajo y ruin que tiene Morena para seleccionar a sus supuestos líderes en todas sus áreas y cargos, para muestra un botón: la primera es María Luisa Alcalde, quien fue diputada federal (2012-2015), posteriormente se sacó la lotería sin comprar billete, pues al inicio de la fracasada cuarta transformación en diciembre de 2018 fue nombrada por su mesías AMLO, secretaria del Trabajo hasta junio de 2023, pese al mediocre papel desempeñado, la envían a la secretaría de Gobernación hasta septiembre del mes pasado, en donde hizo el ridículo completo, pues sin tener el perfil ni la experiencia idónea, el macuspano le brindó toda la confianza para que consumara su tatemada, debido a que en ese año hizo declaraciones desafortunadas, incómodas y tendenciosas como encargada de la política interior de nuestro vapuleado país, demostrando que no importa el perfil, sino la amistad y sometimiento que debió tener con el exquilino de Palacio Nacional y que sigue en el ánimo de él, pues dio la orden para que la nombraran presidenta de Morena, lugar en el que cumplirá todas y cada una de las órdenes que le envíe López Obrador… Otras más son las tres ministras de la Suprema Corte de la Nación (SCJN), quienes han demostrado absoluta incompetencia e ignorancia total en el desempeño de sus cargos, como Loretta Ortiz Ahlf, quien presume ser fundadora de Morena, pero lo único que ha demostrado es sometimiento y obediencia a todas las instrucciones de AMLO, al igual que Jasmín Esquivel Mossa, a quien le demostraron que plagió sus tesis de licenciatura y del doctorado que presume, pero que no lo es… Y la tercera Lenia Batres Guadarrama, quien da pena que el propio López la haya nominado ministra, pues ha sido puesto en evidencia su supina ignorancia por personal de la misma corte y por también de la ciudadanía en los foros que abrieron para la perversa reforma judicial de AMLO… Una vez más, quedó demostrada la ineptitud y bajo perfil que las tres mujeres ministras amloistas poseen… Un ejemplo más, y que es un el más burdo, Gerardo Fernández Noroña, un auténtico barbaján, es senador, ahora ya como miembro de Morena, misógino, plebe, es un sujeto que no tiene un ápice de educación que lo ha demostrado desde hace varias décadas públicamente, lo suyo es la ofensa, la agresión, el insulto, hacia cualquier ciudadano, diputado (a), senador (a), a los que insulta, se pitorrea y les mienta la madre (hay videos que lo constatan) y claro, el sometimiento absoluto hacia sus superiores como AMLO y hoy en día, hacia la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo… Es vergonzoso e indignante que Fernández Noroña sea representante popular, El PT siempre le dio cobijo y lo hizo diputado federal en varias ocasiones y en las componendas acostumbradas les dio la espalda y se fue con los guindas que tienen a cada fichita en sus filas como Fernández Noroña… Por supuesto que Morena igualmente tiene a presidentes municipales, regidores, diputados locales, federales y senadores, que les gana la ignorancia y que realmente es increíble que sean representantes populares sin cubrir el perfil deseado por la ciudadanía o por el “pueblo sabio” en el que tanto se recargan los morenistas y al que no toman en cuenta para lo que les conviene… Así es el partido en el poder que utiliza al pueblo para sus fines de poder… Claro está, que el pueblo no son los 35 millones que sufragaron el pasado 2 de junio por Claudia Sheinbaum en una elección fraudulenta y representan más que el 35% de los votos totales, pues el padrón electoral está conformado por más de 100 millones de ciudadanos y el nuestro país por más de 130 millones de ciudadanos a los que deberá apoyar y a los que deberá voltear a ver le guste o no la exjefa de gobierno de la Ciudad de México, quien no tiene ascendencia mexicana, sino judía-búlgara-sefardie.
