Conforme pasan los días aquellas personas que albergaban una leve esperanza de que la presidente Claudia encontrara su propio estilo y que realmente se distinguiera de su antecesor van perdiendo esa idea, continuamente repite más discursos y ataca a instituciones de manera similar al anterior presidente, por ejemplo con la reforma judicial no solamente desacata la orden judicial sino que solicita denunciar a la juez que emitió una resolución, en otro ejemplo de los lamentables hechos que está viviendo Sinaloa dedicó menos de un minuto para decir que el día 29 presentarán avances del plan de seguridad.
Los políticos suelen cometer errores y para que los ciudadanos no se den cuenta utilizan un lenguaje manipulador para desvirtuar sus equívocos, a veces no investigan por dónde va la sociedad, o se aíslan rodeándose de un selecto grupo de aduladores, o de plano no tienen clara una estrategia para llegar a obtener sus resultados porque tienen ocurrencias frecuentes, hasta soberbia se denota en los actuales políticos del actual gobierno.
Construyen una narrativa condicionada por un lenguaje envolvente, una red invisible que va formando una manera de pensar de manera insidiosa, como lo podemos ver en la obra “la tiranía de las palabras” de Stuart Chase, los mensajes que emiten con el poder de sus palabras pretenden revelar su verdad y constituyen una manipulación astuta. Por mucho tiempo, alimentado por mentiras para escapar de una visión que resulta inadmisible para los que sí viven una realidad.
Las palabras esas que pronuncian no son la realidad, solo apuntan hacia ella, pero presentan una forma distorsionada e imperfecta, pero hay quien las cree como si fueran realidad. Aquí es donde comienza la tiranía; la palabra es mero símbolo. Para librarnos de ella es necesario reprogramar nuestra mente para reconocer que no existen dos cosas exactamente iguales en concepto como justicia, libertad o verdad, que cada uno las entienda diferente, porque son para algunas abstracciones vagas distantes de la realidad.
Dice el autor: las palabras no tienen significados fijos, cambian en el tiempo, dependen de algo más grande. ¿Qué significa la libertad? En una sociedad saturada de propaganda, yo agrego lo que significa justicia en un sistema controlados por el actual gobierno. Palabra que se convierte en recipiente vacío, flotan sin sustancia. ¿Podemos discutir temas cuando por un mismo concepto entendemos cosas diferentes?.
El populismo es esa fuerza activa que se viste con el manto del pueblo, ataca con el lenguaje político que utiliza y manipula, utiliza la personificación para capturar a las personas con su narrativa emocional simplista, cuya única voluntad es identificarse como el que diría el pueblo soy yo.
Chase advierte que el lenguaje que utilizan los populistas como el que hoy tenemos es una falacia y pretende simplificar la rica y compleja diversidad de pensamiento para transformarlas en símbolos fáciles de controlar, utilizando el mito de un pueblo unificado. Todas las diferencias desaparecen en el populismo y este prospera con este tipo de diversificación que no es más que una ilusión.
El verdadero rostro del horror se revela en forma de retórica y políticamente explota el lenguaje abstracto para manipular al pueblo utilizando la palabra democracia, pero disminuyen su verdadero significado.
Como sociedad y escuela de ciudadanos no tenemos otra opción que permanecer informados, retomar información de varias fuentes y cotejarlas cuantas veces sea necesario. Poner siempre en duda lo dicho por cualquier político, porque los líderes políticos, independientemente de qué partidos sean, están ahí, para cumplir una función pública, no se les aplaude, se les vigila y se les exigen resultados.