Sin lugar a dudas, los demagogos de Andrés Manuel López Obrador, Claudia Sheinbaum Pardo, su Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), repleto de traidores, así como sus rémoras del PT y PVEM, reventaron el viernes en la madrugada, (como siempre en lo oscuro), nuestra incipiente democracia para darle paso a la anhelada dictadura que acabará con los derechos humanos y libertades de los más de 130 millones de mexicanos.
Sabemos de antemano que el resentimiento, el autoritarismo, la perversidad, la consuetudinaria violación a nuestra Constitución y las leyes que de ella emanan, fueron los principales factores con los que mal gobernó el tabasqueño (2018-2024), quien siempre se ha mantuvo como un fatuo “demócrata”, fueron los factores definitorios para iniciar este retorcido proceso de aplastar la democracia y pretender eternizarse en el poder.
Lo lamentable y asombroso de esta situación, son las declaraciones realizadas por la presidente Claudia Sheinbaum Pardo, el pasado 15 de octubre en la reunión del Ceo Dialogue llevada a cabo en Palacio Nacional, quien espetó: “Yo luché toda la vida por la democracia; (sic), no llegué a este cargo para destruirla”, (resic).
Entonces qué le pasó a la exjefa de gobierno, es pura demagogia lo que repite sin sentido -igual que lo hizo siempre Amlo- pues en los hechos demuestra que la democracia no le importa ni le interesa mantenerla ni acrecentarla y que inclusive, es repelente a ésta, porque lo ocurrido y aprobado el viernes anterior en el Senado de la República, que los morenistas y sus rémoras petistas y kiwis del PVEM (morenos por fuera y verdes por dentro), aprobaron sin leer su consumada “supremacía constitucional”, que aniquilará al Poder Judicial y concentrará los Tres en el Ejecutivo.
Esta caótica situación por la que estamos atravesando los mexicanos se debe al régimen corrupto encabezado por Enrique Ricardo Peña Nieto, quien le abrió las puertas de par en par y el camino al tabasqueño (con quien -se dice- acordó) que Morena se mantendría doce años en el poder (hasta 2030), para luego retornar el mexiquense no sabemos con qué autoridad o liderazgo y las riendas de nuestro cada vez más ensangrentado y vapuleado país, que a 28 días de haber iniciado un nuevo régimen con Claudia Sheinbaum, se haya ratificado que seguirá la misma estrategia de su antecesor en prácticamente todos los proyectos y programas del gobierno fallido que mal encabezó el macuspano.
No es de asombrarnos la perversa actuación de los sumisos y levanta manos de los diputados y senadores morenistas, encabezados por Ricardo Monreal Ávila, a quien le dicen el nopal, (porque cada día le encuentran más propiedades) y del amigo de la juventud del macuspano, Adán Augusto López Hernández, respectivamente, y sus succionadores petistas y verdes ecologistas (que de eso no tienen nada), quienes de hinojos le aprobaron todas y cada una de las iniciativas enviadas por el tabasqueño durante su administración y hoy ratifican su postura de servilismo totalitario ante el gobierno de Sheinbaum que ha iniciado con el pie izquierdo y en el que se ha desatado aún más la violencia y las ejecuciones.
La aprobación irracional de la Reforma, no es más que el despedazamiento absoluto del Poder Judicial, sin ningún sentido y que fue iniciada por el resentido y rencoroso López Obrador y ratificada y concluida por su consentida Claudia Sheinbaum; nos han dado una muestra exacta a todos los mexicanos (incluyendo a su pueblo sabio), que les importamos un carajo los ciudadanos, y que la supuesta democracia que tanto vociferaron es y fue letra muerta. Lo único que les interesa es permanecer gobernando a como dé lugar, dándole dádivas al pueblo sabio que está sometido y conformado con las “maiceadas” que les dan a costa de los impuestos pagados por millones de mexicanos.
La aprobación de la maligna reforma judicial -sin leerla ni entenderla- es destructiva la llamada “supremacía constitucional” forma parte de la dictadura instaurada a partir de hoy lunes, integrada por la triada infernal integrada por legisladores de Morena-PT-PVEM.
El objetivo primordial es impedir la impugnación, adición o reforma a través de controversias, acciones de amparos o inconstitucionalidad de cualquier poder, empresa o algún ciudadano mexicano de a pie y del extranjero.
Recordemos que en este mismo espacio, desde hace tiempo he insistido en la que la instauración de la dictadura que el demagogo y mitómano “izquierdista”, López Obrador persiguió y ya logró consolidaren seis años, gracias al sometimiento desde el 2018 del Poder Legislativo (hoy muy diezmado), que no es más que una oficialía de partes del Ejecutivo, que recibe, acusa y aprueba sin revisar, sin dialogar, sin analizar y a ciegas aprueba todo lo que les envía sin quitar coma alguna, al entonces exinquilino de Palacio ¡O seguirá de huésped todavía? Y que seguirá con la mandataria de origen búlgaro-judío-sefardí.
Como es sabido, Sheinbaum Pardo, desacató la orden emitida la semana antepasada por la jueza del Juzgado Décimo Noveno de Distrito Nancy Juárez Salas, con sede en Coatzacoalcos, Veracruz, que le ordenaba a la jefa del ejecutivo quitara del Diario Oficial de la Federación la Reforma Judicial hasta nuevo aviso, acción que no realizó la jefa del Ejecutivo, cometiendo un desacato judicial.
Es preciso comentar que en aprobación de la perversa y fallida Reforma Judicial de parte de los diputados y senadores de la fatídica triada, se reformaron, adicionaron y se derogaron diversas disposiciones de 20 artículos de nuestra cada vez más parchada Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y que son: 17, 20, 76, 89, 94, 95, 96, 97, 98, 99, 100, 101, 105, 107, 110, 111, 113, 116, 122 y 123.
De esta manera, se comprueba la absoluta sumisión del Poder Legislativo con inconstitucional sobrerrepresentación de mayoría de diputados y senadores morenistas, petistas y verdes, consumada por el INE y el TEPJF que fueron elegidos por el “pueblo sabio” con 54% de la votación a nivel nacional, pero que les fue otorgada la mayoría calificada con 74% y fue con la consigna de servirle de hinojos y fielmente al Poder Ejecutivo, más no a los 130 millones de ciudadanos que nos enteraremos al final de todas y cada una de sus perversas aprobaciones.
Así pues, López Obrador, inició el despedazamiento del Poder Judicial por sus rencores y odios acendrados con los que vivirá toda su vida, seguramente está recapacitando del país que incendiado dejó en seis años y más podrida la política y su gobierno fallido, gracias a sus inacciones, a sus caprichos, a su autoritarismo, a su complicidad y a su egocentrismo.
Claudia Sheinbaum tendrá que recapacitar y echar por tierra la perversa reforma judicial que sumirá a nuestro país en una nefasta dictadura, la realidad es que en ningún momento se han acercado al pueblo (130 millones de ciudadanos) para dialogar y preguntar qué rumbo deseamos todos los habitantes, se recargan en el pueblo, pero no lo toman en cuenta más que para lo que les conviene.
La jefa del Ejecutivo, sus mermados, sometidos y faltos de criterio legisladores de la triada con regalada mayoría en ambas Cámaras, no han medido el largo retroceso al que nos enfrentaremos TODOS LOS MEXICANOS, con la perversa reforma judicial que son autoritarias y más no consensadas con nadie y son el resultado de Amlo.
Por supuesto que esta reforma acabará con la independencia de los ministros, magistrados y jueces, de igual manera con la eliminación los organismos autónomos que regulaban y hacán contrapeso a los gobiernos en turno y ni qué decir de prohibir constitucionalmente a todos los mexicanos el derecho a las impugnaciones de las reformas constitucionales es arcaica, retrógrada, de volvernos un siglo atrás.
Se violentan y violan los consagrados derechos humanos que inclusive están signados internacionalmente con organismos de relevancia, que nos puedan proteger.
La perversa iniciativa presentada por Adán Augusto López y su obsequiada mayoría calificada, en la que ningún artículo constitucional pueda ni deba ser impugnado por algún tribunal a pesar de violar los derechos individuales, no es más que un sometimiento al Poder Ejecutivo.
Por supuesto que esta reforma acaba de tajo con la democracia que tanto pregona Claudia Sheinbaum Pardo y asegura por la que siempre ha luchado, pero esta reforma no respeta los derechos humanos ni las libertades, sin tribunales constitucionales que puedan defender a todas y todos los ciudadanos.
La inquilina de Palacio Nacional deberá recapacitar y echar para atrás esta reforma si realmente se dice demócrata, que nos cae como un balde de agua helada a los más de 130 millones de mexicanos.
Su régimen se enfrenta a un país ensangrentado, con nulos resultados de su antecesor, sin rumbo, porque de seguir con esa misma “estrategia” en todos aspectos, será una nación en peligro de ser manejada totalmente por el crimen organizado en todas sus modalidades, sin crecimiento económico, sin inversiones millonarias que se requieren de parte de empresarios nacionales y extranjeros.
El régimen de Claudia Sheinbaum Pardo, no puede sostenerse en el poder a base de “programas sociales” que son auténticas dádivas para tener sometidos y controlados a 30 millones de ciudadanos que sufragaron por ella.
Le recordamos que el padrón electoral está conformado por 100 millones 313 mil 309 ciudadanos y la lista nominal del electorado por 98 millones 601 mil 30 ciudadanos y la población total es de 132 millones 275 mil mexicanos.
Sheinbaum Pardo deberá voltear a ver a todos y cada uno de los mexicanos, no solamente a los 36 millones que votaron por ella y Morena, deberá gobernar para México, no al 36 por ciento del padrón electoral que lo hizo por ello. Es el momento de la unidad, de la solidaridad, de la unión de todos los mexicanos, de no hacerlo, Sheinbaum estará mal gobernando y no podrá hacer lo mismo que su jefe, López Obrador, quien iba a cambiar a México y acabó hundiéndolo, dividiéndolo y ensangrentándolo, el peor régimen en la historia de nuestro país.
La jefa del Ejecutivo debe construir su propio liderazgo inmediatamente que no tiene, dejar atrás a su mentor político para aprender de políticas públicas y gobierno, es el momento indicado, porque después, será demasiado tarde.
LA SCJN TIENE UN MES PARA REVERTIR LA REFORMA JUDICIAL: JACOBO DAYÁN
El director del Centro Cultural Tlatelolco de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Jacobo Dayán, señaló que la Suprema Corte de Justicia de la Nación, (SCJN), tiene un mes para revertir las Reformas Judicial y de la Guardia Nacional.
Citó que numerosos juristas nacionales e internacionales han presentado un “amicus curiae”, (amigo de la corte, -expresión latina-, amici curiae en plural), que permite la intervención de terceras personas ajenas a un proceso para que emitan una opinión sobre los casos sometidos a conocimiento judicial en virtud de su interés en la resolución final; resaltando cómo la Corte tiene el derecho y el deber de revisar las reformas constitucionales que modifiquen la estructura del estado y el equilibrio de poderes.
Explicó que la Corte puede y debe revisar, la reforma judicial porque por forma y fondo pueden y deben revisarles por tribunales constitucionales, reformas en dos sentidos, en la forma y en el fondo, que el procedimiento haya sido el adecuado y en fondo sobre todo en materias que cambien la estructura del Estado.
“Esto ha ocurrido en países que tienen -incluso- cláusulas irreformables en su Constitución y en países que no las tienen, en naciones que dan explícitamente permiso y facultades a las Cortes Constitucionales para hacer esa revisión y en el caso que no es explícita como es el caso mexicano que donde está esa discusión de sí se puede o no revisar una reforma constitucional”.
Añadió: “en México, el Poder Reformador, (el Congreso de la Unión) no puede reemplazar dos cosas: ni derechos humanos, ni la estructura general básica del Estado. Y lo que dice es que hay una práctica constitucional creciente apoyada en tribunales de todo el mundo, es un documento de 24 cuartillas en el que se argumenta que el Consejo de la Judicatura debe impedir el uso abusivo del poder temporal de las reformas, porque hoy en día, hay esa mayoría en el Congreso, en tres años no se sabe qué acomodo político habrá, hoy es un poder reformador temporal, pero no puede cambiar las reglas del juego”.
Lo que se debe buscar, es evitar afectar valores constitucionales básicos, como la separación de poderes, el estado de Derecho o los derechos individuales básicos. “Cuando la reforma sea promovida por el gobierno en turno con el objeto de reforzar su propio poder, dificultad que la oposición la reemplace o socavar el sistema de controles sobre el gobierno, la norma debe presumirse inválida”.
Continuó y señaló: “en nuestro tiempo una cantidad cada vez mayor de tribunales está siendo capturada en el mundo, amenazada, su composición alterada y sus poderes limitados por gobiernos que buscan socavar el orden constitucional democrático, como en Turquía, Hungría, El Salvador, Nicaragua”.
En su misiva los 50 juristas internacionales, sugieren: “no hay duda que la aprobación reciente de la reforma al Poder Judicial cuyos contenidos afectan directamente a las condiciones de independencia, capacidad y legitimidad del Poder Judicial, una de las ramas del poder público cuya posición y función es crucial para la vida democrática.
AMLO PRESENTÓ UNA ACCIÓN INCONSTITUCIONAL EN 2016
El abogado José Mario de la Garza, revivió y posteó el documento en redes sociales cuando en 2016 el propio Andrés Manuel López Obrador, autor del despedazamiento del Poder Judicial y de la dictadura en nuestro país, presentó acción contra el decreto de reforma en donde se transformó el Distrito Federal en Ciudad de México.
Fue en 2016 cuando era López Obrador siendo presidente de Morena y apeló a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), dicho proyecto fue turnado a la entonces ministra Norma Lucía Piña Hernández hoy presidente de la SCJN, en su reclamo, Amlo argumentó que la Suprema Corte sí podía ser competente para reconocer una acción de inconstitucionalidad en contra de una reforma a nuestra Carta Magna.
Además, explicó que el Máximo Tribunal debía ejercer control constitucional y convencionalidad en las normas que violentan los Derechos Humanos enfocados en contenido político. Este mismo argumento fue el que pretendía eliminar en el artículo 1° de la Constitución, pero que Morena decidió cambiar para evitar la Violación de Derechos Humanos.
López Obrador defendió que las causales de Improcedencia de la Ley Reglamentaria del artículo 105 de la Constitución y los criterios asilados de la Suprema Corte, que impedían la admisión de su acción habían sido derogados debido a la reforma constitucional enfocada en derechos humanos (2011) por lo que “se debía inaplicar en el caso concreto”.
Asimismo, en el tercer argumento, sostiene que el poder constituyente sí podía violar derechos humanos, en este caso, la reforma constitucional transgredía al principio de paridad de género durante el registro y el acceso a cargos de diputadas y diputados constituyente del aquel entonces, Distrito Federal.
Añadió en ese momento el tabasqueño que su acción de inconstitucionalidad sea admitida porque dependía la prevalencia del principio de legalidad que se conecta con el artículo 74 y 135 de la Constitución.
A fin de cuentas, la acción de inconstitucionalidad de Amlo fue desechada por la Suprema Corte, a través del ministro Javier Laynez Potisek que declaró improcedente la impugnación.
¿Qué tal apreciable lector? Vaya sorpresa que nos llevamos. Como siempre Andrés Manuel López Obrador, sí debe existir la SCJN, pero cuando tuvo el poder, la aniquiló. Así son los morenistas, convenencieros.