Nada está escrito. Tres momentos clave

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Nada está escrito. Tres momentos clave

Jueves, 05 Abril 2018 04:27 Escrito por 

¿Cuáles serán los criterios para decidir nuestro voto? ¿Las propuestas o el estado de ánimo? De acuerdo con las encuestas que hasta ahora se han divulgado, pareciera que las tendencias en la elección presidencial ya están definidas… pero no es así. Faltan tres momentos que podrían cambiar el rumbo: 22 de abril, 20 de mayo y 12 de junio, fechas en las cuales se realizarán los debates entre la candidata y los candidatos

El arranque formal de las campañas a la Presidencia de la República –el pasado 30 de marzo– no ha significado nada espectacular. Cada uno de los candidatos mantuvo la inercia que mostró en la etapa de precampañas y lo que se ha transmitido en los espacios informativos, apenas permite tener una idea general de los planteamientos que hacen todos los días en sus diferentes actividades. Todo superficial.

Los debates que ha definido el Instituto Nacional Electoral (INE) en la Ciudad de México, Tijuana y Mérida, serán un espacio ideal para conocer la capacidad de argumentación de Margarita Zavala, José Antonio Meade, Andrés Manuel López Obrador y Ricardo Anaya, pero no solo eso, serán oportunidad para ratificar –o incluso debilitar– la percepción que hasta este momento han creado en los electores.

La percepción –que se define como la información que se recibe por los sentidos, se procesa en el cerebro, se almacena en la memoria y nos provoca una reacción–, se compone de la siguiente manera: 55 por ciento se genera por el lenguaje corporal, 38 por ciento por el tono y la resonancia de voz, y solamente 7 por ciento por las palabras, de tal manera que la forma como se conduzcan, podrá modificar la percepción de cada uno.

Siempre se ha cuestionado la forma de hablar de Andrés Manuel López Obrador, esas pausas y el tono tabasqueño, han sido objeto de crítica y burla desde hace mucho tiempo. Los debates podrían ser oportunidad para evidenciarlo aún más y provocarle ataques, además de que sus propuestas han sido discutidas y señaladas como inviables y descabelladas. Pero tiene una ventaja holgada.

En el caso de José Antonio Meade, su tono de voz mesurado y su lenguaje corporal no necesariamente comunican determinación y energía; sin embargo, su preparación académica y experiencia en el sector público podrían darle posibilidades, además de que cuenta con información privilegiada del “sistema”. Requiere más energía, no agresividad.

Margarita Zavala seguramente aprovechará la oportunidad para mostrarse más aguerrida y con energía para tratar de posicionarse como una mujer líder, con capacidad para tomar decisiones y dirigir al país. Lleva ventaja por ser la única mujer en el escenario y si alguno de los “caballeros” la ataca, seguramente será mal evaluado, porque a pesar de los planteamientos de igualdad de género, un sector importante de la población no aprueba ataques contra una mujer. Ella cometería un error si pretende victimizarse.

Ricardo Anaya –que sí “moderó” su tono de ataque al gobierno federal y al presidente, Enrique Peña Nieto, luego de la zarandeaba mediática y legal que le propinaron con las acusaciones por presunto lavado de dinero– aprovechará su imagen joven y su tono más enérgico que el resto de los aspirantes, para tratar de preservar el segundo lugar que le acreditan las encuestas y pelear con el puntero.

Los debates, más allá de los temas, serán la oportunidad para convencer a los 14 millones de jóvenes que votarán por primera ocasión y que –de acuerdo con los especialistas– definirán la elección del próximo primero de julio. Seguramente ya están en fase de preparación.

 

PERCEPCIÓN

El modelo de comunicación en la etapa electoral es insuficiente para conocer a detalle el perfil y las motivaciones de cada candidata y candidato. La cobertura, naturalmente limitada, de los medios informativos, no alcanza para saber a profundidad qué nos depararía el futuro con cada uno de quienes aspiran a gobernar este país.

 

VOTO 2018 PERCEPCIÓN

La no visibilidad –aparentemente obligada por la llamada “veda electoral”– de las estructuras gubernamentales es perfecta oportunidad para “operar” otro tipo de acciones y con ello –con eso sí– influir en las próximas elecciones.

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Ricardo Joya

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