En el Estado de México, durante diciembre, las y los alcaldes rinden un informe sobre el estado que guarda la administración pública municipal. Este año, además, algunos rendirán protesta al cargo que inicia el uno de enero próximo. ¿En qué contexto llegan estas personas servidoras públicas a este momento? Si uno busca su aprobación entre sus gobernados puede encontrar de todo. Cito dos ejemplos, uno que presenta la encuestadora Demoscopia que ubica a Fernando Flores de Metepec en primer lugar con un 68.6% de aprobación; le siguen Romina Contreras de Huixquilucan con un 67.9% y Michel Núñez de Valle de Bravo con un 60.9%.
Pero existen otras mediciones. Revisemos a la encuestadora CE research, que ubica en primer lugar a Pedro Rodríguez de Atizapán con un 67.8% y a Angélica Moya en segundo lugar con un 66.1%. Y, de forma curiosa y por demás errada, informa que Luis Daniel Serrano de Cuautitlán Izcalli está en tercer lugar con 60.9% y Ricardo Moreno (a quien identifica como priista) de Toluca con un 56.9%. Desde luego estos dos últimos muestran una falta de cuidado dado que aún no asumen el cargo y en el caso de Toluca hasta de partido se equivocan.
Las publicaciones de aprobación de alcaldes y alcaldesas resultan por demás propaganda engañosa. Es indudable que, para exigir más, los ciudadanos necesitamos más información sobre nuestra autoridad local. Debemos hacer preguntas concretas que nos lleven a revisar su trabajo. Importa su capacidad para resolver nuestros problemas, no qué tan simpático resulta. Lo más atinado para realizar este análisis sería considerar dos aspectos: comparar el lugar donde vivimos con otras ciudades y hacer nuestra propia evaluación del alcalde. Y cuando estamos a un escaso mes de inicio de nuevas administraciones, estos elementos también nos servirán para exigir un trabajo eficiente a las nuevas autoridades.
El Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO) generó el Índice de competitividad urbana 2024 en el que se puede consultar cómo están las ciudades más importantes del país. Pongo a su consideración, amables lectoras y lectores, algunos de los elementos que considera esta investigación:
- Ciudades más seguras.
- Ciudades más dinámicas e innovadoras.
- Mejores ciudades para trabajar.
A partir de esos tres elementos de análisis, hay que plantear preguntas fundamentales. Aquí algunas que nos pueden orientar en nuestra evaluación:
Seguridad: ¿Tienes confianza en tus policías?, ¿Sales de noche?, ¿Hay luz en la calle?, ¿Te sientes cómodo de que tus hijas e hijos salgan a la calle?, ¿Conoces al policía de tu cuadra?, ¿Sabes cómo localizar a tu policía y, en su caso, cómo presentar una denuncia?
Educación: ¿existe un espacio de reunión entre la asociación de padres de familia (de la escuela de tus hijos) y el gobierno municipal?, ¿hay alguna ventanilla en el ayuntamiento para solicitar recursos para infraestructura escolar?
Medio ambiente: ¿en tu ciudad se promueve la separación de la basura?, ¿tu gobierno municipal te informa de la contaminación del aire?
Salud: ¿tu municipio ha invertido en espacios públicos que fomenten la actividad física?, ¿en tu municipio hay módulos para la detección temprana de enfermedades crónicas?
Corrupción y participación ciudadana: ¿has tenido que dar dinero a algún funcionario a cambio de acelerar un servicio?, ¿algún representante del gobierno te ha pedido dinero bajo la amenaza de clausurar tu negocio?, ¿sabes dónde encontrar información sobre las obras que se realizan en tu comunidad?, ¿conoces a los integrantes de tu alcaldía, síndicos y regidores?
Por lo general, muchos gobiernos no consideran a los ciudadanos en el centro de las decisiones de gobierno. Eso trae como consecuencia deficiencias en servicios, peor aún, muchas veces los ciudadanos no conocemos qué orden de gobierno nos debe resolver el problema que tenemos, por ende, los ediles electos enfrentan un desmoronamiento de la aceptación pública, o crisis de legitimidad donde cada persona se cuestiona sobre la eficiencia y rapidez en las soluciones que urgen a cada vecino. No sé si valga la pena invitarles a escuchar los informes de sus alcaldesas y alcaldes, pero estoy seguro de que es fundamental involucrarnos en el funcionamiento de nuestro municipio. Tenemos que convertirnos en vigilantes del trabajo gubernamental. Inundemos las oficinas gubernamentales con exigencias de buen gobierno y organicemos a nuestros vecinos para estar bien informados sobre qué hace la alcaldía con nuestro dinero.
*El autor es Maestro en Administración Pública y Política Pública por ITESM y Máster en Comunicación y Marketing Político por la UNIR.