Diciembre va muy rápido; antes de despedirlo demos un repaso. ¿Cómo nos fue? ¿Qué sentimos y qué aprendimos? Lo que sumamos y tal vez lo que restamos. Habrá personas que ya no están; que les vaya bien y llenen de energía y luz el espacio o dimensión que ahora ocupan; que su ausencia sea grata en nosotros con la permanencia de lo bueno, vivido y compartido.
Habrá quienes este año iniciaron un nuevo ciclo: Entraron a la Universidad, iniciaron un posgrado, cambiaron de trabajo, tuvieron un ascenso o emprendieron un negocio. Quizá una persona nueva entró en nuestro entorno afectivo, irrumpió súbitamente y ahora está con nosotros y estamos muy contentos con su presencia. ¡Enhorabuena!
En contraste, habrá quienes están desempleados o no les ha ido bien en el negocio; habrá quienes recién sufrieron un accidente, están enfermos, o recibieron una mala noticia que les nubla la vista y les encoge el corazón al no saber cómo asimilar, o revertir. Quienes tuvieron este año que suspender estudios, proyectos o sueños por cumplir. A quienes sientan que es el peor año, que no hay salida, que el aire les falta y no encuentran ánimo para seguir.
Tener calma es primordial. Lo verdaderamente importante es el paso siguiente; el que se da hoy. Como sea, amaneció y aquí estamos. Aprender de lo vivido y salir fortalecido es ser resiliente; asimilar y comprender para no repetir errores y descuidos cometidos; aceptar lo irremediable y nuestras vulnerabilidades conocidas o las recién adquiridas es fundamental para salir adelante. Toda crisis tiene fin, siempre.
Reconocer nuestras capacidades y amenazas son el insumo básico del día de hoy. Hacer equipo, ser amable, paciente y autorregularse a cada momento son reglas de comportamiento básicas para salvaguardar nuestra vida. Hoy más que nunca, el buen trato y la empatía rinden los mejores frutos en cualquier ámbito. En nuestra materia, la prevención de riesgos y la protección civil, la resiliencia es el fruto esperado, la consecuencia anhelada detrás de los esfuerzos realizados durante todo el año.
La evidencia que nos muestra que lo implementado está funcionando, es decir, los cambios generados dentro de nuestra ciudad, en la comunidad, organización, empresa, oficina, escuela o negocio; las acciones tangibles, la participación de cada vez más personas en actividades preventivas; cada vez más voluntarios; la asignación de recursos para el cuidado y salvaguarda de la gente; entre muchas otras formas de percibir que estamos cambiando mentes, actitudes y comportamientos.
¿Qué es resiliencia? Para quién está detrás de estas teclas, es el paso adelante; la lección aprendida; el resultado de las buenas prácticas y de la experiencia adquirida al trascender y superar múltiples dificultades; la corrección de los errores cometidos. Técnicamente hay muchas definiciones, una que me gusta, en términos profesionales, es la que establece la Ley de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil de la Ciudad de México, cuyo Artículo 2, Fracción LI, la define como “La capacidad de un individuo, familia, comunidad, sociedad y/o sistema potencialmente expuestos a un peligro o riesgo para resistir, asimilar, adaptarse y recuperarse del impacto y efectos de un fenómeno perturbador en un corto plazo de manera eficiente, a través de la preservación y restauración de sus estructuras básicas y funcionales, logrando una mejor protección futura, mejorando las medidas de reducción de riesgos y saliendo fortalecidos del evento”.
Resiliencia es también emprender, poner a prueba las capacidades adquiridas y empujar nuevos proyectos de mejora; abiertos y accesibles al cambio. Pensar en las cosas que se quieren hacer y que motivan; deshacerse de lastres y vicios cotidianos; intentar nuevas formas diferentes a las de siempre, sin dejar lo que ya tiene asimilado y ganado. Aprovechar cada oportunidad es la esencia de estar vivo. Si hay crisis aproveche y cambie; si hay bonanza y éxito aproveche y disfrute. No hay más. En tanto, no se olvide que el espacio más seguro lo hace uno mismo. ¡Que su semana sea de éxito!
Hugo Antonio Espinosa
Funcionario, Académico y Asesor en Gestión de Riesgos de Desastre
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