El 20 de noviembre de 1989 se puso en marcha el programa Hoy No Circula en lo que era entonces el Distrito Federal, Hoy Ciudad de México, luego de la emergencia ambiental por una alta concentración de ozono. Estamos hablando de hace más de 35 años. Desde entonces ya se alertaba del gran riesgo que representaba la contaminación.
Sin embargo, para muchos especialistas, esa medida sólo generó que se incrementara el número de automotores que circulaban en la gran urbe. Para poder moverse el día que no circulaba, quienes pudieron hacerlo, se compraron otro vehículo. Pero la restricción continúa hasta la fecha.
La movilidad en la Ciudad de México es caótica. El Metrobús, las líneas del Metro adicionales, las bicicletas y el teleférico, si bien han servido a muchos, no han sido suficientes para que la gente se desplace de manera digna de un lugar a otro, sea su trabajo, casa, zonas de convivencia. En las horas pico, la CDMX se convierte en un verdadero estacionamiento. Ello, de acuerdo con los estuiosos, es la verdadera causa de la gran contaminación.
De acuerdo con el Informe de Riesgos Globales 2025 de la Universidad de las Américas Puebla, los impactos de los riesgos medioambientales han aumentado en intensidad y frecuencia desde 2006. Los riesgos ambientales representan la amenaza más inminente y devastadora para la próxima década, superando a otros riesgos globales.
Señala que los eventos climáticos extremos son ahora la principal amenaza a largo plazo, encabezando la lista de riesgos por segundo año consecutivo. Además, la pérdida de biodiversidad y el colapso de los ecosistemas ocupan el segundo lugar en la próxima década.
La contaminación es percibida como el tercer riesgo más grave hacia 2035, según los encuestados de 30 años o menos (A diferencia del sector privado, el sector público lo coloca en los 10 principales riesgos).
Según el informe, el aumento en la frecuencia e intensidad de los fenómenos meteorológicos severos debido al calentamiento global es uno de los riesgos más importantes a corto, mediano y largo plazo. En tanto que los fenómenos climáticos, como olas de calor, inundaciones, sequías, incendios forestales y tormentas intensas, afectan a diversas regiones del mundo.
En el Valle de Toluca, desde hace 20 años se ha hablado de la necesidad de implementar también el programa Hoy No Circula. Esto ha sido rechazado por varios sectores sociales porque consideran que pasaría lo mismo que en la Ciudad de México. “De lo que se trata es de evitar que circulen tantos miles de vehículos, que se ordene al transporte público, que se saquen de circulación los viejos automotores”, dijo un empresario.
Es real lo que piden los empresarios, pero también es necesario que las calles estén en óptimas condiciones para que la circulación sea más ágil, pero además que regresen los agentes de tránsito a las calles para que se respeten las reglas y evitar congestionamientos por aquellos que no lo hacen, sobre todo los transportistas, quienes cargan pasaje donde no deben, se estacionan dejando pasar hasta tres semáforos, cargan pasaje hasta en triple fila y a mitad de cuadras, generan accidentes por la alta velocidad, etc.
No se necesita ser un genio para saber qué hacer para acabar con muchos de los problemas. El tema es que los transportistas tienen sometidos a los gobiernos. Si les quitan una base les provocan movilizaciones y les cierran calles. Si los meten en un solo carril impiden como protesta el paso por las calles perpendiculares generando un caos. No sacan los autobuses ni taxis irregulares de circulación.
Así que es verdad, es urgente que todos cooperemos para tener un medio ambiente mejor. Los propios conductores de autos privados debemos tener la conciencia que si no respetamos las señales y hacemos un caos, difícilmente se podrá tener un tránsito ágil. Si no lo hay, representa todo un problema de contaminación. No se necesita el Hoy No Circula en Toluca, se necesita conciencia y que cada autoridad, federal, estatal y municipal, haga su trabajo.