¿Aranceles?: Asamblea en el zócalo.

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¿Aranceles?: Asamblea en el zócalo.

Miércoles, 12 Marzo 2025 00:02 Escrito por 
Alfredo Albíter González Alfredo Albíter González Lo bueno, lo malo y lo serio

Es verdad que parece que no existe modo de encontrarle su lado flaco al presidente estadounidense Donald Trump, pero también lo es para muchos mexicanos, que su actitud pueda ser considerada como desconocida; actúa igualito al expresidente Andrés López Obrador; con la salvedad de que se trata del mandatario del país más poderoso del mundo. Esa es una gran diferencia.

Una vez que Trump tomó protesta en la Rotonda del Capitolio como el 47º presidente de los Estados Unidos el 20 de enero del año en curso, apenas habría llegado al Despacho Oval, cuando emprendió una ráfaga de órdenes ejecutivas; entre ellas, la de nombrar a algunos, no a todos, cárteles del narcotráfico mexicanos como grupos terroristas; lo que motiva, de entrada, una gran preocupación de gobiernos municipales, estatales y, principalmente, del federal en nuestro país. La acusación, no es un asunto menor o aislado; señalar al gobierno de México de mantener una relación inaceptable con esos grupos y que son éstos, los que gobiernan en el país, dejan muy mal colocada a la cuarta transformación.

La amenaza de la imposición de aranceles ha sido un arma que ha venido utilizando el republicano para obtener lo que quiere porque le ha dado dividendos; como consecuencia, se encuentra inamovible al respecto. Al igual que en su momento lo hizo López Obrador, el gringo se va de frente y no se quita, pese a las voces que le gritan de los riesgos que se corre con la aplicación unilateral de los aranceles, aunque no son pocos quienes piensan que se trata de una bravata para presionar a sus socios y lograr, con ellas, someterlos.

Lo anterior, apenas es algo de lo que ya se veía venir; la nueva administración del vecino del norte trajo a un Trump recargado, convirtiéndose en una bestia insaciable; nadie puede adivinar cuál será su próximo paso, o, qué es lo que en verdad espera o necesita que se cumpla para portarse como merece la potencia mundial que representa. 

Desde su llegada al cargo, que dejó hace cuatro años, el mundo entero tiene los ojos puestos encima del empresario-político; aunque las bolsas de valores no han dado saltos espectaculares, la atención sigue fija en los movimientos de Trump; uno de los más preocupados desde luego que es México, en quien ha centrado sus quejas y exigencias.

Entrar de lleno en una guerra comercial ante la embestida del estadounidense, por donde se le vea, representa una condición más perjudicial para la población de su frontera sur, que para los ciudadanos de la tierra del Tío Sam; aunque no deja de llamar la atención que los pobladores de aquel país también resentirán el alza de precios; el comprador final siempre será el que pague los platos rotos.

A diferencia del país Azteca, en Estados Unidos la oposición sí tiene peso y los empresarios también, lo que puede constatarse con el llamado que hicieron las automotrices y del agro, que han obligado a que la nueva administración detenga su loca carrera, para escucharlos.

En México las cosas son diferentes, incluso a las de Canadá, ya que, por más ofrendas que entrega el gobierno de Claudia Sheinbaum a su homólogo estadounidense, éste muestra indiferencia y parce que ni siquiera se inmuta, aunque de pronto felicite a la mandataria quien presume una aceptación del 85% del voluble pueblo mexicano, porque habría que ver la película completa, pues su comportamiento ante los congresistas de su país, no le mereció un mínimo de reconocimiento a Sheinbaum, todo lo presenta como logro personal. Tal vez es por eso que se apresuró una insana “necesidad y urgencia” del gobierno morenista para llevar a cabo una asamblea informativa en el zócalo, al puro estilo priista de la época de su populismo más rancio, acarreando gente que se identifica con el movimiento de la 4t, olvidando la diplomacia e insistiendo en el mensaje dogmático.

La preocupación de México se centra en las dificultades económicas que tendrá que enfrentar en un futuro inmediato; serán días, semanas, meses; años, en los que el pueblo bueno y sabio verá reducida a su mínima expresión su capacidad de adquirir los productos básicos y de supervivencia, sobre todo, los que menos tienen. Es por eso que necesita la presidente hablarles al oído, haciendo uso de la plaza pública para enarbolar identidad y orgullo, con la finalidad de ser respaldada, y señalar con el dedo flamígero al responsable, que desde luego lo será el gringo, que, tampoco está lejos de la verdad, pero la incapacidad mexicana es aplastante, no tiene manera de enfrentar lo que se vendrá, y por lo que se vio en su mitin, apeló al nacionalismo una vez más, aunque no esté de momento en peligro la soberanía del país, como tanto le gusta a la mandataria señalar.

En estos momentos es en los que debería reflexionar respecto de lo que se hizo y no se hizo en el gobierno de Andrés López Obrador, porque como consecuencia a su supuesta política de “abrazos y no balazos” es que el gobierno no tiene espacio para moverse buscando mejores opciones. Intentar echar mano a otros mercados, y apoyar al consumo nacional, suena bastante bien, pero el sexenio que recién terminó hundió al país en el desprestigio; tirando inversiones, sometiendo a los empresarios, destruyendo la Constitución y al Poder Judicial, dejando inutilizados al campo, a los pequeños y medianos empresarios, entonces: ¿cómo podrá el pueblo apoyar a su presidente?

Aunque no se quiera enfrentar, las palabras del republicano quedan flotando inquitas en el aire; nadie quiere tocar siquiera el tema, pero la acusación es seria y su peso es increíblemente inmenso; calificar al estado mexicano como facilitador de grupos considerados terroristas, revela que lo que quiere Trump, no es únicamente a los capos, quiere más, definitivamente es una bestia insaciable, y exige las cabezas de políticos. La presidente Claudia Sheinbaum muy bien que lo sabe.

La pregunta, en todo caso es: ¿será capaz la mandataria de entregarle a Trump lo que pide? O ¿continuará defendiendo lo indefendible y se mantendrá en su postura, pese que entre los pies se lleve a gran parte de la población?

Llamar a la plaza pública a simpatizantes y adoradores no es una forma diplomática de enfrentar el problema; aunque al estar en desventaja ante el poderoso, terco, necio, narcisista y popular Trump, puede presumirse que Sheinbaum busca arroparse y acariciar la cabeza de sus incondicionales, porque sabe que serán los primeros en sufrir el impacto de una recesión, que aún sin aranceles, ya se pronosticaba.

La cita en el zócalo fue para dirigir la culpa a Donald Trump, exculpar a la 4t y, sobre todo, al expresidente; verdadero culpable del señalamiento del empresario. Pero también sirvió para registrar la poca atención y respeto que le merecen a la científica sus correligionarios, que, con esa actitud imperdonable de estar paladeando moscas al arribo de su líder, su imagen se devalúa poco a poco; aunque gasten una fortuna en publicidad; la fotografía de la desfachatez en el evento, y el hecho de batear sus iniciativas: muestran su debilidad.

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Alfredo Albíter González

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