Una matrícula de más de 96 mil estudiantes, con presencia en todas las regiones de la entidad, con un presupuesto superior a seis mil millones de pesos anuales y con la posibilidad de colaborar con los tres órdenes de gobierno (municipal, estatal y federal) hacen de la Universidad Autónoma del Estado de México un espacio atractivo para muchos grupos políticos, y -naturalmente- el proceso de sucesión de la Rectoría es oportunidad para su intromisión.
Las cinco mujeres que recibieron su constancia formal como aspirantes a ocupar la Presidencia del Consejo Universitario y el cargo de Rectora: María José Bernáldez Aguilar, María Dolores Durán García, Eréndira Fierro Moreno, Maricruz Moreno Zagal y Martha Patricia Zarza Delgado, cuentan con los apoyos de universitarias y universitarios que han ocupado responsabilidades en diferentes momentos dentro de la institución, pero también tienen en sus equipos -no oficiales- a personas que no se formaron en la UAEMéx ni han desempeñado tareas académicas o administrativas.
Estos últimos -los equipos externos- les han sugerido realizar actividades -incluyendo campañas negras- que no son acordes a los principios y valores universitarios, y que han alterado el manejo institucional que ha caracterizado el proceso de sucesión en la universidad. Desde ataques en las redes socio digitales y en medios de comunicación, así como pintas de bardas y movilizaciones con gente externa a la institución, han generado tensión en algunos espacios.
Hasta este momento, luego de 11 días efectivos de actividades para atender las comparecencias institucionales en los diferentes organismos académicos y administrativos de la UAEMéx, las presentaciones se han efectuado con “normalidad”, aunque eso no significa que todas las aspirantes hayan logrado conectar de la misma manera con las comunidades.
Las diferencias de edades y de perfiles profesionales de las aspirantes se han hecho evidentes en los contenidos que divulgan en las redes socio digitales, y cada uno de sus equipos han generado información (textos, fotografías, videos e infografías, entre otros) para divulgar los respectivos planes de trabajo, además de que han atendido las solicitudes de entrevistas de diferentes medios de comunicación.
Sin embargo, no todas las aspirantes han mostrado el mismo desempeño y es notorio que algunas de ellas han procurado prepararse para la interacción con periodistas y con la propia comunidad.
En el caso del estudiantado, y el personal docente y administrativo, en algunos espacios ha sido claro que sus preferencias -hasta ahora- están inclinadas hacia uno u otro lado, aunque ello no significa que tengan ganada la elección del próximo 14 de mayo, y aunque no se emitirá un voto de toda la comunidad universitaria, el lunes 12 de mayo se prevé la realización de la llamada “auscultación cuantitativa” que consiste en recabar la opinión en cada espacio con respecto a las aspirantes, a fin de que las consejeras y consejeros universitarios definan el sentido de su voto en la sesión que se realizará dos días después.
Así que, hasta este momento, ninguna de las aspirantes puede afirmar que tiene asegurado el triunfo, por lo que es evidente cómo han ajustado su desempeño ante las comunidades y mejorado las presentaciones que emplean para exponer su visión de los problemas que aquejan a la universidad y de las políticas, planes, programas, estrategias y acciones que emprenderán para resolverlos, en caso de llegar a la máxima responsabilidad universitaria.
Ojalá que las cinco aspirantes logren contener los ímpetus de quienes les apoyan de manera directa e indirecta, porque alterar el ambiente universitario podría provocar una crisis, cuyas repercusiones son impredecibles, ya que cada espacio tiene sus propias dinámicas y prácticas de interacción.
Ojalá que la comunidad también asuma su responsabilidad y no se deje engañar por intereses ajenos a la institución.
Ojalá que las comunidades participen activamente en exponer sus principales inquietudes y necesidades, a fin de que cada una de las aspirantes establezca compromisos claros, en caso de llegar a la Rectoría de la UAEMéx. Si bien a ellas les corresponde asumir el liderazgo de sus proyectos, es tarea de toda la comunidad aprovechar este momento histórico para fortalecer a la institución y crear una plataforma de despegue que lleve a la máxima casa de estudios mexiquense a mejores condiciones de desarrollo. Por el bien de toda la sociedad.
