I ¿Época Mediática Actual de Ángeles Vacíos?
Por Javier Ortiz de Montellano
De entrada, una aclaración: hablamos aquí de lo que el filósofo uruguayo Rafael Capurro, especializado en Ética de la Información, define como Angelética o Teoría del Mensaje, el estudio de mensajes y mensajeros naturales y particularmente humanos, que distingue de la Angelología que es el estudio de los Ángeles en sentido religioso como mensajeros divinos.
Así, el controvertido filósofo alemán Peter Sloterdijk ha señalado que vivimos en un ¨tiempo de ángeles vacíos¨ (la etimología griega de ángel es mensajero) en el que proliferan los mensajeros pero olvidamos el mensaje.
En contraste con el evangelio, que porta literalmente el buen mensaje (la buena nueva), en los tiempos actuales se vive en el disangelio que no es otra cosa sino la naturaleza vacía de los múltiples mensajes diseminados por los medios de masa, donde -como advertía McLuhan- ¨el medio es el mensaje¨.
La comunicación actual se ve amenazada por una especie de nihilismo mediático ya que los nuevos medios digitales que propicia internet, aunque multiplican la información disponible, muchas veces están vacíos de verdadero mensaje por la dificultad de garantizar que el conocimiento transmitido sea real y no fake news o noticias falsas. Por esto surgen ahora organizaciones civiles que buscan verificar lo transmitido y algunos periódicos presentan análisis de si los discursos publicados son ciertos y confiables.
Capurro nos dice también que vivimos actualmente en una Sociedad Angelética o de mensajes y especula que en una situación ideal:
1.- el emisor se dirige a un receptor enviándole un mensaje que es nuevo y relevante, siguiendo el principio de respeto, 2.- Un mensajero trae el mensaje sin distorsión al receptor, siguiendo el principio de fidelidad y, 3.- Un receptor se reserva el juicio, basado en un proceso de interpretación, acerca de si el mensaje es cierto o no, siguiendo el principio de reserva o cautela.
Por lo que está aconteciendo en forma creciente desde hace unos años con los avances en la tecnología digital proliferan los mensajeros, que celular en mano, se ocupan solamente de sus propios asuntos personales (etimología griega de idiota, no como insulto o definición médica), enviando selfies, datos inanes, noticias que por tan repetidas pierden el valor de la novedad, o de plano falsedades como vemos a diario.
En la práctica es muy fácil caer de la angelética de mensajes que se cumplen en una situación ideal, como quiere Capurro, a la idiótica como la define Sloterdijk (¨el idiota es un ángel sin mensaje¨).
Este es la primera parte del mensaje que hoy les quería transmitir. Gracias por su valiosa atención (que su Ángel de la Guarda lo proteja de los falsos ángeles sin mensaje).
II
El Desafío Ético de la Técnica Digital
Recién hemos comenzado a dar una respuesta al desafío de la técnica digital. Esta respuesta tiene un aspecto práctico en la ética de la información, es decir, en la reflexión sobre posibles formas de ser-en-el-mundo en la era digital teniendo en cuenta los condicionamientos históricos, geográficos y culturales en las que se basan diversos tipos de identidades sociales y sistemas políticos.
Las normas morales y legales están expuestas ahora al impacto de la técnica digital, y en especial de Internet y de su materialización en la así llamada Internet de las cosas y al auge cada vez mayor de la robótica en todos los ámbitos de la vida social más allá de su tradicional uso en la industria.
Es justamente en este momento histórico del surgimiento de la Internet en el que el fenómeno técnico de los mensajes y los mensajeros digitales, comenzando por el correo electrónico hasta todo tipo de actividades políticas, científicas, culturales y económicas en la red, juega un papel preponderante y por así decirlo paradigmático en la sociedad mundial del siglo 21.
Todos estos fenómenos crean nuevas posibilidades de interacción y de mejoramiento de la vida pero también de aislamiento y de mal uso, desde el acoso digital (mobbing), hasta la ciberdelincuencia y la ciberguerra.
Las grandes compañías digitales toman ahora el lugar que tenía la industria clásica en los dos útimos siglos, con nuevas formas de explotación de los sujetos que son ahora nudos mediáticos representados por sus datos digitales. Big Data es un eufemismo para decir manipulación por el Big Capital. Facebook está siendo cuestionado éticamente por su manipulación de datos.
III
¿Qué es un Mensaje? Economía Política de los Mensajes en la era digital
En la actualidad apenas se comienza a pensar en una Economía Política de la era digital.
Vilem Flusser estima que los mensajes pueden ser estudiados de acuerdo a su forma, contenido, objetivos, productores y receptores.
De acuerdo con Flusser la era de los medios de masa con su estructura de distribución de información jerárquica de uno a muchos (por ejemplo, radio, prensa y televisión) tiene la tendencia a dominar todas las formas de creación de información. Sin embargo, desde el surgimiento de internet las cosas han empezado a cambiar, para bien y para mal, al menos en lo que concierne a la posibilidad de que más receptores se conviertan en emisores de forma más fácil y más barata, incluyendo opciones tales como la distribución jerárquica de uno a uno (teléfono), uno a muchos (prensa, radio y televisión), muchos a muchos (¿internet?) y muchos a uno (publicidad y propaganda de muchos dirigida a uno mediante el uso de los datos personales que se obtienen legal e ilegalmente por medio de la red de internet).
En efecto, hay un intenso debate actualmente sobre la estructura futura de internet. La presión de los oligopolios de información establecidos, que concentran el poder en unos cuantos, difícilmente desaparecerá de la noche a la mañana pero está disminuyendo. Al mismo tiempo que lamentablemente surgen nuevas formas de dominación y exclusión, en contraposición están naciendo nuevas maneras de libertad e inclusión en la difusión de mensajes.
En esta era los mensajes digitales tienen un profundo impacto sobre las actividades culturales, políticas y económicas que llevan a lo que efectivamente puede denominarse como Sociedad de Mensajes y no sólo de información (buscamos información, pero enviamos mensajes que pueden o no ser aceptados). En otras palabras, la Angelética o estudio de los mensajes juega un papel paradigmático en la sociedad y la ciencia del siglo XXI.
Aquí justamente surge la pregunta de hasta qué punto la Internet crea un nuevo espacio angelético capaz de provocar nuevas sinergías de mensajes y mensajeros, así como de sus emisores y receptores, sin el carácter jerárquico absoluto de uno a muchos de los medios de masa, dando en cambio oportunidad al receptor de convertirse en emisor independiente.
La pregunta de ¿qué es un mensaje?, abre una nueva perspectiva no solamente en relación con los estudios sobre los medios sino también sobre el estudio de los signos y su interpretación. La Angelética es un muy interesante campo de investigación que está situada estratégicamente en la confluencia de los estudios de medios, la semiótica y la hermeneútica.
Con esto llegamos a lo que hoy llamamos una ética de la información que trata con estas nuevas formas de comunicación humana donde los parámetros para la creación y la distribución de mensajes son cada vez más dependientes de la red digital global y viceversa. Para bien y para mal. De Usted depende.
(Abril-2018)