Edder Jaimes Garduño, en el ojo del huracán: Protestas, recortes y acusaciones
A menos de cien días de haber asumido el cargo, el presidente municipal de Luvianos, Edder Jaimes Garduño, enfrenta una creciente crisis de gobernabilidad marcada por protestas ciudadanas, decisiones impopulares y una denuncia legal en su contra.
La inconformidad social se ha manifestado con fuerza. La toma del palacio municipal por habitantes inconformes evidenció el descontento generalizado hacia la nueva administración. Ante la presión social, el gobierno estatal se vio obligado a intervenir mediante reuniones con los pobladores para intentar restablecer la paz social.
Entre las decisiones más polémicas del joven edil se encuentra el recorte de personal en el ayuntamiento. Esta medida ha sido duramente criticada por la ciudadanía, al considerar que, en lugar de mejorar los servicios públicos, estos han disminuido, afectando directamente a la población.
La situación se agrava por el antecedente familiar del actual alcalde: es el tercer integrante consecutivo de la familia Jaimes Garduño en ocupar la presidencia municipal, lo que ha sido señalado como un claro caso de nepotismo.
Además, la quinta regidora del municipio, Xóchitl Yarette Martínez Macedo, ha interpuesto una denuncia formal contra el alcalde por presunto hostigamiento, amenazas y violencia política en razón de género, hechos que también hizo públicos.
Mientras tanto, en comunidades como San Juan Acatitlán, habitantes se organizan para exigir una solución urgente ante la creciente contaminación del río Grande de Acatitlán, una problemática ambiental que, según denuncian, ha sido ignorada por la actual administración.
El panorama en Luvianos es complejo: una administración inexperta, decisiones impopulares y una ciudadanía cada vez más activa en su rechazo al gobierno local.
