Basta de folclorizar a los pueblos indígenas: exigimos poder, no solo presencia
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Basta de folclorizar a los pueblos indígenas: exigimos poder, no solo presencia

Martes, 26 Agosto 2025 00:15 Escrito por 
Voz De Mujer Voz De Mujer Lupita Escobar

¿Qué clase de país somos que hace que sus raíces se vivan con vergüenza? Durante el Foro Parlamentario Juvenil con Perspectiva Indígena en el Estado de México, organizado por la diputada local Nelly Rivera Sánchez, jóvenes indígenas alzaron la voz y reconocieron que existen jóvenes a quienes les da pena hablar su lengua y vestir su ropa tradicional por miedo al bullying, al rechazo o al racismo.

No fue un foro de lamento. Fue un foro de fuego. De dignidad. De resistencia. Ahí, las y los jóvenes exigieron respeto, representación y justicia. Reclamaron algo que aún no se les da: participación real.

Ya no quieren ser parte del programa cultural con trajes típicos. Ya no quieren que los llamen para abrir eventos con una ceremonia “étnica” y luego los sienten al fondo del salón. Ya no quieren ser vistos como decoración exótica del México profundo. Quieren estar en la toma de decisiones.

Y tienen razón. Porque la inclusión simbólica no es inclusión: es simulación.

Las mujeres indígenas lo saben mejor que nadie: a ellas no solo se les ha negado la voz, también el espacio. Han sido borradas de la historia oficial, invisibilizadas por el sistema político y folclorizadas hasta el cansancio.

Pero eso está cambiando. Hoy, cada vez más mujeres indígenas están rompiendo barreras impuestas por el racismo, el patriarcado y el clasismo estructural. Lo hacen desde sus comunidades, desde las aulas, desde los parlamentos, desde la tierra que defienden con su cuerpo.

Y lo están haciendo sin pedir permiso.

Estas juventudes indígenas no quieren ser “rescatadas”, no necesitan que nadie hable por ellas. Lo que exigen es que se les escuche, que se respete su lengua, su historia, sus saberes, su alma indígena. Que se les deje ocupar el lugar que por derecho les pertenece: en la política, en la educación, en los medios, en el poder.

La representación indígena no puede seguir siendo simbólica. No se trata de agregar una danza al programa; se trata de entregar el micrófono. No se trata de aplaudir su ropa, sino de defender sus derechos. No se trata de exponer su cultura, sino de transformar el sistema con ella.

La juventud indígena está despierta, organizada y decidida. Y no va a detenerse hasta que México deje de verlos como un recuerdo del pasado y empiece a reconocerlos como el corazón del futuro.

Aplaudieron que tienen una aliada en el Congreso Mexiquense: la diputada Nelly Rivera, que, después de 200 años de vida municipal en Temoaya y con una cultura machista, objeto de violencia política de género y campañas negras, fue la primera presidenta municipal y que, además, ganó una reelección.

Honremos las raíces, la historia, las costumbres, los rituales, la lengua, los saberes y el alma indígena de nuestro pueblo.

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