En repetidas ocasiones se ha escuchado decir al candidato presidencial por la coalición Juntos Haremos Historia, conformada por los partidos Morena, PT y Encuentro Social, Andrés Manuel López Obrador, que el presidente es el Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas, pero la forma de decirlo da la impresión que está esperando impacientemente tomar el control de las mismas, aunque debería parecer lo más normal.
Bueno, las fuerzas armadas deben obediencia y lealtad al Presidente de la República Mexicana, condición básica que corresponde al cargo, Andrés Manuel ha dicho también que no utilizará al ejército en contra del pueblo, aunque sí es interesante saber a qué se refiere, es decir, ¿regresará al ejército a los cuarteles? ¿Ya no harán labor de seguridad?, que de hecho corresponde a otras instancias, que por corruptas es que se vio la necesidad de sacar al ejército a la calle para combatir a la delincuencia, sobre todo, la organizada, que superó por mucho a aquellas, o se refiere a la libertad de manifestarse, o ¿a qué?
El que regresen las fuerzas armadas a sus cuarteles, es un tema que ha estado en discusión por mucho tiempo, desde la determinación del ex presidente Felipe Calderón, de enfrentar a la delincuencia, pero, es un tema viejo, no por ello carece de importancia desde luego, es de los más delicados que deberá analizar el próximo mandatario del país.
Aunque las fuerzas armadas de facto son incondicionales al ejecutivo, no es la única fuerza con la que contará, esto en el caso de continuar con la tendencia a su favor en las preferencias del voto, de que las elecciones del primero de julio del presente año le den la razón, que la tercera fue la vencida, y de que Anaya y Meade no logren darle alcance.
López Obrador ha hecho de todo para configurar y contar con diferentes fuerzas que bajo su mando, prácticamente podrá manejar todo a su antojo, y esta condición no puede ser nueva, ni ocurrente, seguramente la ha venido tejiendo de a poco y puede resultarle en su mejor movimiento para emprender muy a su estilo, su mandato, al que le da por llamar el “cambio verdadero”.
Pero vayamos por partes, y con la siguiente pregunta para entrar al tema ¿A qué se debe que pretende López Obrador darle un sueldo o apoyo a los llamados “ninis”?, bajo el pretexto de que con eso evitará la tentación de este sector de la población, que caiga en manos de la delincuencia, ¿quiénes serán los beneficiados entonces? Porque hay un número determinado para otorgar dicho apoyo, ¿serán acaso los que se afilien a su partido? Suena lógico, y con ello sabe que las bondades de su generosidad le redituarán en una lealtad incondicional.
También ha prometido aumentar el apoyo que reciben los adultos mayores, con ello pretende cubrir las necesidades de este segmento de la población tan vulnerable, con el conocimiento de que muchos de ellos, son abandonados o ignorados por sus familiares, y que al recibir un aumento en su asistencia social, no tendrán problema en apoyar, en todo o que puedan, al que aparentemente les está ayudando.
Por otro lado, se encuentran los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), que se caracterizan por ser los más violentos, lo mismo cierran carreteras, que incendian vehículos y destruyen inmuebles, además de cortar el cabello a los maestros que deciden presentar el examen de la SEP, atentando contra su dignidad, y que son los mismos con los que se ha apoyado en redes sociales.
Pero, aún falta la cereza en el pastel, la delincuencia organizada, a la que ha dicho que ofrecerá amnistía, con el pretexto de encontrar una paz social que el pueblo de México reclama hace años, sin embargo, el resultado de que se pueda o no otorgar aún es reservado, pero lo que sí es fácil advertir, es que contará con un apoyo impensable para cualquier otro mandatario.
Todo esto sin tomar en cuenta a los miles de estudiantes a los que les ha ofrecido ingreso, para todos ellos, en las distintas Universidades Públicas, aunque con ello sacrifique la calidad académica, eso parece ser lo de menor importancia, así como el ofrecimiento de la nada despreciable cantidad de trece mil pesos por familia, entre muchos otros, que ha venido prometiendo durante su campaña, pero de temas trascendentales como son progreso, inversión, apoyo a la economía, cultura, deporte, ha hablado muy poco.
Todo lo anterior, le dará la garantía de contar con la aprobación del “pueblo”, pues al principio, en apariencia, todo caminará según lo prometió, y entonces encuentra sentido ese plebiscito que pretende llevar a cabo cada dos años, para que digan los gobernados por medio de un voto si desean que continúe su gobierno, pero, ¿quién irá a votar? Todo lo tendrá controlado y en apariencia será el pueblo que lo puso y será el pueblo que puede quitarle el poder, hasta que llegado el momento se dé una reforma constitucional que permita la reelección, o en su defecto, alguno de sus hijos herede el poder, pero, será el pueblo que así lo decida, o más bien, sus incondicionales.
Mientras tanto ¿qué hay de los que no votaron por él, o que se atrevan a alzar la voz para marcar algún defecto o error de su gobierno? Pues para eso empleará a las diferentes fuerzas con las que se ha venido armando, y que puede ocuparlas para cada momento en particular, y contra el segmento de la sociedad que sea, lo importante es contar con la razón, de una o de otra forma, pues su intolerancia no cambiará, e irá contra quien no lo deje hacer las cosas como él dice, y sólo como él las decide, ya sea algún opositor político, algún periodista, algún empresario, porque con eso de que aumentará el salario mínimo, no dudo que en su mente esté maquinando llevar a cabo la temida expropiación de todo lo que se le ocurra.
La falta de talento, será sustituida por diferentes mecanismos, todos ellos con cero tolerancia, los marcados como enemigos de su gobierno, que además son anti democráticos según su apreciación, continuarán siendo sus rivales, los medios de comunicación irán perdiendo peso, de a poco serán sometidos, hasta que llegue el día en el que recordemos que en algún momento, México transitó por una democracia maltrecha, mal oliente, desfigurada, abollada por la corrupción y el abuso del poder, pero, democracia al fin.
La Fiscalía General de Justicia se apodera de la calle Jaime Nunó
En diferentes épocas, con diferentes Procuradores, ahora Fiscal, se ha pretendido hacer exclusivo el tránsito de la calle Jaime Nuno, en cuya esquina con la Avenida Morelos, de la Colonia San Sebastián de la ciudad de Toluca, se erige el edificio de la Fiscalía General de Justicia estatal, mientras que la calle Hidalgo que se encuentra en la parte posterior del edificio, se hace un nudo el tráfico, lo que al parecer carece de importancia para el Fiscal General Alejandro Jaime Gómez Sánchez, ya anteriormente se ha pretendido limitar el tránsito de esa calle para servicio exclusivo de los funcionarios de la fiscalía, hasta que el mandatario en turno daba un manotazo en el escritorio para ordenar la liberación del tránsito en dicha calle, pues es sufrir de los muchos automovilistas que tienen que circular sobre la Avenida Hidalgo, sin ningún alivio de la carga vehicular hasta llegar a la avenida Isidro Favela, sabrá el gobernador Alfredo del Mazo Maza que su Fiscal, haciendo alarde de prepotencia, cerró la calle para uso exclusivo de él y de sus funcionarios, ¿los demás? Pues somos los demás.