Tras cumplir dos años de gobierno, la maestra Delfina Gómez Álvarez ha logrado consolidar una transformación sin precedentes en materia de seguridad pública en el Estado de México, la entidad más poblada del país, con una proyección superior a los 18 millones de habitantes para finales de 2025.
La diferencia hoy es palpable: los indicadores muestran una caída sostenida en la incidencia delictiva y una recuperación gradual del territorio en los puntos más conflictivos, gracias a la implementación de la Estrategia Operativa Oriente y al respaldo político y operativo del Gobierno Federal.
Estrategia Operativa Oriente
La Estrategia Operativa Oriente no es solo un plan de acción: es el nuevo modelo de coordinación. Diseñada por la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo e implementada junto con el gobierno estatal, la SEDENA, la Guardia Nacional, la Fiscalía General de Justicia del Estado de México, la Secretaría de Seguridad y los gobiernos municipales, ha permitido que la cooperación entre niveles de gobierno deje de ser discurso y se convierta en práctica.
Bajo el Mando Coordinador se desplegaron operativos tácticos en once municipios clave —Chalco, Chicoloapan, Chimalhuacán, Ecatepec de Morelos, Ixtapaluca, La Paz, Naucalpan de Juárez, Nezahualcóyotl, Texcoco, Tlalnepantla de Baz y Valle de Chalco Solidaridad—, y tras los resultados obtenidos, la estrategia se extendió a cuatro más: Coacalco, Cuautitlán, Cuautitlán Izcalli y Tultitlán.
Los resultados hablan
De enero a agosto de 2025, el Estado de México redujo 22 por ciento los delitos de alto impacto respecto al mismo periodo del año anterior, al pasar de 51,861 a 40,687 eventos. Los doce delitos que mide el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública registraron descensos, con reducciones destacadas en: secuestro, 46 por ciento; robo de vehículo sin violencia, 32 por ciento; homicidio doloso, 30 por ciento; y extorsión, 26 por ciento.
En el balance nacional, el Estado de México se ubicó como la entidad con la mayor reducción total en delitos de alto impacto.
Menos homicidios, dato histórico
Hace apenas dos años, el Estado de México figuraba entre los primeros lugares en homicidio doloso. Hoy ocupa el quinto sitio a nivel nacional y, de mantenerse la tendencia, cerrará octubre con la cifra más baja en al menos 110 meses: un promedio de 3.8 homicidios diarios, una reducción de 42 por ciento respecto a la administración anterior.
Un dato que, en un país donde la violencia suele crecer, no parece ser circunstancial.
La coordinación ha sido clave
El éxito no está en la suerte, sino en la coordinación interinstitucional. El Mando Coordinador ha enfocado sus esfuerzos en inteligencia, despliegue táctico, investigación ministerial, operativos conjuntos y proximidad territorial. En apenas cinco meses, los municipios intervenidos reportaron reducciones de entre 10 y 38 por ciento en delitos de alto impacto.
Además, se realizaron más detenciones, aumentaron 12 por ciento los cateos y se duplicó la participación de policías municipales en el cumplimiento de órdenes judiciales.
¿Fin de la puerta giratoria?
Por primera vez en mucho tiempo, hay sincronía entre la Federación, el Estado, los municipios y el Poder Judicial. La coordinación entre la Fiscalía, la Policía Estatal y los jueces locales ha permitido que las órdenes de aprehensión y los cateos se traduzcan en resultados reales, sin que los detenidos regresen a las calles al día siguiente. La temida “puerta giratoria”, símbolo de impunidad, comienza a cerrarse. O eso parece.
La gobernadora Delfina Gómez día con día ha estado presente. Su presencia en las Mesas de Paz —ahora con nueva denominación por la Ley General de Coordinación en Seguridad— ha reforzado el seguimiento directo y la evaluación continua de resultados. Incluso el Poder Judicial se ha incorporado a estas reuniones, un hecho inédito en la coordinación de seguridad.
Un modelo que podría replicarse a nivel nacional
La sinergia política y operativa con la Presidenta Claudia Sheinbaum busca devolver la gobernabilidad y la seguridad al territorio mexiquense, y se avanza en ello. Ha mostrado que el modelo de mando coordinado puede funcionar a escala nacional.
El Estado de México ha buscado pasar de ser sinónimo de violencia a convertirse en referente de disciplina operativa, conducción política y resultados medibles. Seguramente es lo que dirán los secretarios generales de Gobierno y de Seguridad en las comparecencias por la Glosa del Informe que mañana comienzan.
Evitar ir para atrás
Las cifras ahí están y podemos decir que todo va bien. El reto, ahora, será sostener los resultados sin perder la coordinación, mantener la transparencia en los datos y que la gente lo perciba, que se sienta segura. Eso es lo más importante. Los primeros pasos están dados.
La seguridad —como la confianza— se construye todos los días. Eso deben entenderlo los tres niveles. No soltar ni un momento para evitar ir para atrás, sobre todo en los municipios.