Actualmente escucho con frecuencia que el día de las madres es más un ardid de la mercadotecnia y del consumismo. Que es un invento de la industria y del comercio para la compra-venta de diversas mercancías, todos desean adquirir algún regalo por mínimo que sea para este ser tan especial.
Con este pensamiento se ha ocasionado restarle valor a un día tan importante que por tradición se celebra desde la segunda década del siglo pasado, derivado del movimiento que llevara a cabo, la estadounidense, Ana Jarvis, quien se dio a la tarea de lanzar una campaña para lograr establecer un día de festejo para las madres, campaña que no se logró de manera fácil y rápida; el empeño que Ana tuvo, resonó tan fuerte que tuvo eco y a ella se unieron familiares, amigos y vecinos a fin de realizar la publicidad pertinente mediante el periódico, folletos y todo aquello que pudiese propagar su idea.
Un año después tuvo lugar la primera conmemoración pese a que no fue considerada como oficial y si bien asistieron a la iglesia metodista donde tuvo lugar, unas cuatrocientas personas, Jarvis se encargó de entregar un clavel a cada una de ellas y no logró convencer a la Cámara de Senadores para que dicho día se estableciera como conmemorativo.
Ana no cesó en su esfuerzo y, acercándose a la sociedad civil y al sector religioso, ante diversas autoridades y hasta con los medios de comunicación quienes realmente lograron convencer al Senado, no fue sino hasta 1914, durante la administración del presidente Wilson, cuando se publicó el reconocimiento del día de las madres. Así, el fruto de Jarvis se logró ver y se propagó a diferentes partes del mundo.
En México, de acuerdo a datos del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, fue en el año 1922 que comenzó a celebrarse y, por ello, se considera como el primer país en Latinoamérica que adquirió esta bella costumbre. Eclesiásticamente, se dice que es en el bello mes de mayo cuando se celebra a las madres, pues es el mes dedicado a la virgen, el mes de ofrecerle flores y rezar el rosario.
El sector educativo, es el que le ha otorgado la mayor relevancia, pues en la mayoría de los colegios se llevan a cabo festivales de alegría, poesía, baile y canto dedicado a todas y cada una de las madres. Sin duda, un día especial para estar en familia honrando al ser que albergó en su vientre la vida de un ser humano.
Durante mucho tiempo los regalos más esperados por la madre era sin duda un electrodoméstico, que durante el año fue el más vendido y que iba acompañado de un gran ramo de flores; sin embargo, con el pasar del tiempo, el regalo ha ido cambiando, pero lo que no cambia ni cambiará, en mi opinión, mientras exista la humanidad, es el afecto que se demuestra mediante un abrazo y un te amo.
Así que, mi querido lector, si la economía no da para un regalo material, otorgue uno de su corazón al ser que modificó su cuerpo por concebirle; al ser cuyas ojeras se comenzaron a establecer por tantas noches de desvelo; al ser que sufre en silencio la angustia de una fiebre que no cesa; al ser que se derrumba de nervios por que el dinero no alcanzaba; al ser que pese al tiempo y la edad, seguirá viendo en cada uno de sus hijos “a su bebé, a su niñito, a su princesa, a su súper héroe”; a ese ser dele un regalo de su corazón, aun cuando usted piense que en muchas ocasiones se ha equivocado argumentando que lo hace por su bien. Dé algo de su corazón a esa mujer que con una sola palabra cambia nuestro mundo.
¿Y por qué no decirlo?… la obligación de cuidarnos, es de todos.
¡Los abrazo de corazón!
En especial, hoy, a Mi Madre.