¿Cuánto tiempo más tendremos que ver con asombro las acciones sin límite de la delincuencia organizada en nuestro país?
Poblaciones atacadas en las que se asesinan ciudadanos; se queman casas y comercios, y se aterroriza a quienes viven pacíficamente. Ataques a escuelas en donde se secuestra y se maltrata a jóvenes y niños; homicidios de quienes deciden representar a sus conciudadanos desde las trincheras políticas.
¿Será que, verdaderamente, la delincuencia en México ha rebasado a la sociedad?, ¿o las instituciones de seguridad y procuración de justicia están vencidas y arcaicas?
¿En dónde quedo la investigación de los delitos y que pasó con las acciones de inteligencia que conducían al éxito en el ataque a la delincuencia?
Aunque estas acciones fueron satanizadas por muchos, en una época de nuestra historia, no debemos dejarlas a un lado, ya que producen efectos positivos en la lucha contra el delito.
Es cierto que por el mal comportamiento de quienes estaban dedicados a la investigación, la inteligencia se volvió un mito con visos de espionaje y métodos oscuros para la obtención de datos; sin embargo, no debemos olvidar que la inteligencia no es más que la obtención, análisis y clasificación de la información, para la implementación de acciones con certidumbre que produzcan resultados positivos en combate a los delitos.
Estas acciones de obtención de información tienen muchos métodos que van desde una simple vigilancia hasta el uso de la tecnología de punta; y también recordamos que por muchos años la tecnología se ha utilizado de manera ilegal (intervenciones telefónicas), pero nuestras leyes se han modernizado para permitir su uso dentro de los parámetros de la ley.
Lo importante es que no debemos satanizar el uso de la inteligencia por los cuerpos de seguridad, al contrario, es una herramienta muy valiosa para el Estado en contra de la delincuencia organizada siempre y cuando sea bien utilizada.
Al momento, sigue fallando la investigación, las áreas de inteligencia se han quedado cortas y, sobre todo, la inteligencia financiera no ha logrado su objetivo para cortar la obtención de capitales a la misma delincuencia organizada; no es el ciudadano común que gasta más de lo que declara el objetivo, deben ser los grandes flujos de capital que sin lógica se mueven en nuestro país.
Creo que ahí estaría el éxito en contra de la delincuencia organizada, no permitirle obtener ni circular dinero y como consecuencia dejarla sin recursos para la compra de armas y voluntades; recordemos las estrategias de guerra en la época medieval, cercar las ciudades amuralladas para limitar el paso de víveres y así agotar sus recursos sin que estos pudiesen recuperarse.
¿Qué opinan, amigos? ¿Ha fallado la investigación criminal o hace falta renovar los métodos de inteligencia y a quienes la practican o es falta de voluntad y conocimiento de la autoridad para lograr acabar verdaderamente con el crimen organizado?
Por cierto; ¡Feliz día de las madres a quienes nos hacen el honor de seguirnos y son pilar de nuestra sociedad!