Después de lo ocurrido en aquel día fatídico para el PRI, dos de julio del año 2000, en el que Vicente Fox Quesada del PAN, que fue en alianza con el Partido Verde Ecologista de México, en lo que se llamó “Alianza por el Cambio”, le ganó la partida con el 42.52% que representó 15’989,636 de los votos obtenidos en la elección, en contra del 36.11%, que representó 13’579,718 de sufragios del candidato del PRI, Francisco Labastida Ochoa, de forma contundente arrebató el poder al partido que llevaba hegemonía en el gobierno.
Para muchos, esto significaba el inicio del fin del PRI, situación más de deseo que de realidad, porque después del sexenio de Fox y de quien lo sustituyó, Felipe Calderón, regresó el PRI a Los Pinos, aparentemente renovado, con más vigor, tratando de recobrar las simpatías perdidas, y pidiendo perdón como el esposo arrepentido con su amada, la que tantas veces lo perdonó, pero, las cosas no cambiaron mucho, el regreso del PRI al gobierno federal representó a un instituto de jóvenes ambiciosos de poder y de dinero, son tantos los escándalos que parece no tener fin.
A todo esto, durante ese tiempo, se fue forjando casi de la nada, un movimiento, con un personaje que parece haber sido arrancado de una tira cómica, pero que iba con todo en contra del sistema, de las instituciones, del gobierno y de cómo se han venido manejado las cosas, sobre todo, en el tema de la corrupción, por todos aquellos angelitos que con descaro se han embolsado el dinero del pueblo a manos llenas, ¿quién y cómo puede defender eso? Cuando, en su momento se debió tomar la determinación de volcar a las instituciones que procuran justicia en contra de esos malos elementos, canallas y bandidos que despojaron al pueblo de sus recursos, pero, ¿por qué no se hizo de esta manera? los intereses son muchos y la lógica obedece a una circunstancia tan obvia que parece abofetear a la inteligencia.
De esa camada de jóvenes políticos, promesas para el PRI, son pocos los que pueden presumirse, pero, por ejemplo, respecto del clínico de Javi Du, ni hablar, la representación de todo lo peor de un gobernante, aunque el personaje sea siniestro, y con acciones realmente detestables, no puede echársele toda la culpa a quien lo promovió, pero sí debe cargar con parte de lo que le toca, y es así, porque los partidos políticos eligen a los candidatos, y los ciudadanos tenemos que soportar que las posibilidades se reducen a los que imponen para elegir, resulta muy complicado para cualquier otro que no cuente con padrinazgo, poder llegar a la posibilidad de poder ser candidato, porque los partidos políticos tienen copados esos puestos y de los independientes, ni hablar, se las ven muy negras para cumplir con tanto requisito, aunque también habrá que ver, porque muchos de ellos militaron en algún partido político, con sus honrosas excepciones.
En el Estado de México, al igual que en el resto del país, las cosas no fueron favorables, ese catastrófico año 2000 para el PRI, hizo que le diera un fuerte dolor de cabeza a muchos, entonces y después de la cruda, por la lección que impuso el electorado que dio una muestra de su poder, buscó a quien encargarle la tarea de resucitar en la entidad mexiquense a un alicaído partido, y fue cuando llegó Isidro Pastor Medrano a sacudir con nuevos bríos para levantar al muerto, la mancuerna Arturo Montiel e Isidro Pastor le dieron una nueva dinámica al trabajo partidista, con arriesgado proyecto, impactó una gran campaña pragmática bien pensada y desarrollada cuidadosamente que volvería a poner en la batalla a este instituto.
Con Pastor Medrano al frente de la presidencia estatal del PRI, se recuperaron muchos de los municipios que habían quedado en el bando azul y contuvo la creciente fortaleza que empezaba a tener el PRD, llamó la atención la agresiva campaña incluso internacionalmente, y los resultados fueron palpables, se empezó a cocinar una alianza con el Partido Verde Ecologista, al comprobar que en las elecciones del descalabro habían sido determinantes para el triunfo de Fox, entonces el PRI con sus habilidosos políticos limpiaron el terreno para una eventual alianza con el Verde, que a la fecha les ha funcionado.
Pero, vino de nuevo la soberbia, la condición autoritaria y de un solo hombre, sea el Presidente de la Republica o como en este caso, el que mas se acercara a esa figura, porque lo que caracteriza al otrora poderoso partido de la bandera tricolor es su alineación por encima de todo, y así se ha mantenido, sin embargo, parece ser que la formula ya no resulta convincente para una sociedad quebrada y molesta por tanta corrupción, tanta inseguridad, tanto descaro.
Bueno, pues las condiciones se prestaban para que el responsable del resurgimiento del Revolucionario Institucional en el Estado de México, de forma hasta por demás natural, pudiera ser el candidato al gobierno del estado, pero, las cosas no podían acomodarse en ese sentido, el grupo en el poder, no podía permitirlo, y menos, cuando ya se venia tejiendo la candidatura de Enrique Peña, de no haber gobernado la entidad mexiquense, tal vez ahora mismo estaríamos hablando de resultados muy distintos a los que se cuentan en este momento.
Pero, ¿será el fin para el PRI en estas elecciones de 2018?, siento decirles a los soñadores de esta tragedia para este instituto, que no será así, porque el partido se sostiene por una gran cantidad de personas que trabajan todos los días para hacerlo crecer, con convicción, y si mientras los dirigentes se den cuenta de la mina de oro que representa su base, y empiezan por darle oportunidad a aquellos que se la pasan trabajando sin descanso, tal vez encontrarían nuevos cuadros, formarlos y darles la oportunidad, porque de los mismos apellidos, de los mismos políticos la gente esta cansada.
Ahora nos encontramos ante la disyuntiva de un probable triunfo del personaje cómico del que hablaba, que intenta cambiar de tajo todo el sistema político social y económico del país, y el resultado de que pueda hacerlo, está a unos días de saberlo todo el mundo, y en gran medida es gracias principalmente al PRI, que se confío, que dejo de hacer, que no entendió el mensaje a tiempo, no hay otro culpable para su desgracia, que él mismo. Ahora bien, José Antonio Meade Kuribreña es el mejor candidato que hay en este momento, pero con la marca más desprestigiada, y Ricardo Anaya busca tiempo para defenderse y para hacer campaña, terminará muy desgastado, pero también es culpable de muchas de las cosas que le vienen sucediendo.
De no cambiar la estrategia, por una mas agresiva, y no me refiero a la guerra sucia en contra de López Obrador que es el puntero en las preferencias, ¿qué no se dan cuenta que con eso terminan por fortalecerlo?, es más bien, exponer sus propuestas, su plataforma política, cómo habrán de darle solución a los muchos problemas que tiene México, para que la ciudadanía decida a quien darle su voto, no hay que perder de vista que Meade sigue en tercer lugar, tal vez no le alcance para remontar, falta muy poco y puede perder.
Así que ¿qué hará el PRI en caso de perder?
