El pasado lunes me enviaron un WhatsApp donde el Papa Francisco, a propósito de los días santos, hace alusión al ayuno. Aún recuerdo mi infancia cuando en casa de mi abuela se cubrían todos los santos y no estaba permitido comer ningún tipo de carne los viernes previos a la cuaresma; mucho menos jueves y viernes santo. Aunado a que durante estos dos días no había oportunidad de escuchar radio o ver televisión.
Lejos han quedado esos tiempos donde se hacia la visita de las siete casas, se observaba la procesión del silencio con respeto, se llevaban palmas y pan bendito a los hogares y el sábado de gloria había gran fiesta.
Los tiempos han cambiado; y ahora los días santos son sinónimo de vacaciones, playa, comida, bebida, baile y fiesta. Quiero pensar que ante ello la Iglesia ha tomado medidas distintas a lo que se hacía en antaño y precisamente a eso me refiero cuando señalo lo establecido por el Santo Padre como ayuno.
Señala 15 sencillos “ayunos” explicados con claridad y encauzados al amor a Dios. Me agradaron tanto que me permito replicarlos en este artículo deseando les gusten, los compartan y sobre todo, los pongan en práctica:
1. Saludar (siempre y en todo lugar)
2. Dar las gracias (aunque no debas hacerlo)
3. Recordar a los demás cuánto los amas
4. Saludar con alegría a esas personas que ves a diario
5. Escuchar la historia de otros sin prejuicios, con amor
6. Detenerte para ayudar. Estar atento a quien te necesite
7. Levantar los ánimos a alguien
8. Celebrar las cualidades o éxitos de otro
9. Seleccionar lo que no usas y regalarlo a quien lo necesite
10. Ayudar cuando se necesite para que otros descansen
11. Corregir con amor, no callar por miedo
12. Tener buenos detalles con los que están cerca de ti
13. Limpiar lo que se usó en casa
14. Ayudar a los demás a superar obstáculos
15. Llamar por teléfono a tus padres, si tienen la fortuna de tenerlos.
• Ayuna de palabras hirientes y trasmite palabras bondadosas
• Ayuna de descontentos y llénate de gratitud
• Ayuna de enojos y llénate de mansedumbre y de paciencia
• Ayuna de pesimismo y llénate de esperanza y optimismo
• Ayuna de preocupaciones y llénate de confianza en Dios
• Ayuna de quejarte y llénate de las cosas sencillas de la vida
• Ayuna de presiones y llénate de oración
• Ayuna de tristeza y amargura y llénate de alegría el corazón
• Ayuna de egoísmo y llénate de compasión por los demás
• Ayuna de falta de perdón y llénate de actitudes de reconciliación
• Ayuna de palabras y llénate de silencios, escucha a los otros.
¿Y POR QUÉ NO DECIRLO?.. La obligación de cuidarnos es de todos.
¡LOS ABRAZO DE CORAZÓN!