Con el gusto de saludarlos de nuevo, regreso a este espacio tras algunas semanas de reflexión personal, y me permito compartirles un poco acerca de la democracia.
Encuentra su raíz en el griego antiguo y se forma de dos vocablos: “demos” que significa pueblo y “kratos”, que quiere decir poder y gobierno. Atendiendo a este origen, hay quien establece que la democracia es una forma de gobierno, yo considero que la democracia es un elemento integrante de la forma de un gobierno. El artículo 40 de nuestra Constitución establece que es voluntad del pueblo constituirse en una República Representativa, Democrática, Laica y Federal… La propia Carta Magna señala a la democracia como una parte fundamental de nuestro gobierno actual.
Platón y Aristóteles establecieron una clasificación de gobierno, señalando, pues, que la monarquía es el gobierno que se concentra en una sola persona, el Rey, la democracia es el gobierno de muchos, según Platón o de una mayoría, según Aristóteles. Así pues, tenemos que el gobierno es ejercido por muchos y representado por unos cuantos. En la democracia, el poder no radica en una sola persona sino en todos los ciudadanos: ¿y si yo como ciudadano soy parte del poder y tengo derecho a gobernar no estoy considerada como Presidente o diputado? No, eso no es posible, por la simple razón de que nuestro gobierno también es representativo y por consiguiente el pueblo en ejercicio del sufragio (voto) emitido, está ejerciendo su democracia, esto es, está brindando su confianza a quien lo ha de representar y ha de decidir.
De esta manera, Platón y Aristóteles, al referirse a un gobierno de muchos o de la multitud, se refieren a que son parte de un gobierno democrático pues son precisamente quienes mediante el voto determinan quien los ha de representar.
Esto es en estricto la democracia: mediante el voto emitido otorgo poder de representación y de toma de decisiones a unos cuantos. Así surge la elección del Ejecutivo y del Legislativo. Existe una clasificación de la democracia: se conoce como democracia pura cuando el pueblo de manera directa toma decisiones (quien lo va a representar) y la democracia representativa el pueblo a través de sus representantes toma decisiones (Cámara de Diputados y Cámara de Senadores); también existe la democracia participativa, misma que permite a los ciudadanos ejercer participación directa sobre la decisión publica (plebiscito).
Lo ideal en un país que cuenta con democracia como elemento de su gobierno, para que ésta sea real se necesita que exista soberanía popular, igualdad y libertad. La libertad, elemento indispensable para expresarnos mediante el sufragio sin coacción, represión o amenaza y cuyo derecho en la mayoría de la veces pasamos por alto, permitiendo que los pocos que lo ejercen tomen decisiones por uno para elegir a la persona que me ha de representar, para quejarme posteriormente por el personaje electo aún cuando tuve el tiempo suficiente para meditar mi inclinación y el momento oportuno para ejercer mi derecho de voto y contribuir a vivir en un Estado democrático. Todos somos iguales ante la ley y todos de acuerdo a lo establecido en la norma tenemos derecho a votar.
¿Y por qué no decirlo? La obligación de cuidarnos, es de todos.
¡Los abrazo de corazón!