En un país, donde gozamos libertad de pensamiento, expresión y de manifestación de nuestras ideas, se vale que un patrón le diga lo que se le pegue la gana a sus empleados.
Claro, siempre y cuando, se respete el libre pensamiento de sus trabajadores, no se amenace, induzca y viole cualquier ley vigente. Por eso, viva la libertad, de hacer caso, o no.
Lo que nos diga nuestro jefe, familiar, amigo o spot de radio y tv, podemos hacerle caso, o tirarlo al cesto de la basura. Los librepensadores podemos ejercer nuestro derecho a decidir.
Germán Larrea Mota es el segundo hombre más rico del país. Se sabe que quiere entrar al mundo de la televisión, para competir contra Televisa, Azteca e Imagen.
Pues resulta que redactó una carta a sus más de 50 mil trabajadores y sus familias, miles de proveedores y accionistas (de tres páginas, rubricada en su calidad de presidente del Consejo de Administración de Grupo México, fechada el 25 mayo y en papel membretado) donde avisa que tomará medidas como el ahorro, el desendeudamiento en dólares, y la cautela para inversiones futuras.
También habla de que deben analizar las propuestas de los candidatos y entender los beneficios y consecuencias de cada uno, para poder emitir un voto libre, responsable; informado y útil. Asegura en el texto que sus concesiones no son producto ni del compadrazgo ni de corrupción, sino del trabajo, confianza de todos, y de fuertes inversiones de capital, y de una visión de generación de empleos, bienestar y crecimiento durante tres generaciones.
En fin, invita a no votar por AMLO. Insisto, está en su derecho de solicitar que voten por quien le venga en gana; como también podrán votar por quien deseen sus obreros, directivos, conocidos, dependientes y todo aquel que recibió o leyó la carta.
Dos preguntas para festejar las libertades de solicitar y decidir. ¿Por quién votará Larrea? ¿Le alcanzará a ese candidato, para derrotar a AMLO el primero de julio?
*Periodista, editor y radiodifusor
@GustavoRenteria
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