Usados como ariete para los intereses del mayor postor, los panistas Ricardo Anaya y Rafael Moreno Valle, han caído en las trampas que el gobierno federal y Morena les han armado para debilitarlos en su búsqueda por la candidatura de ese partido a la presidencia de la república.
Según muchos, casi al unísono, ambos personajes fueron exhibidos, uno como abusador del poder, simulador, ambicioso y corrupto, y el otro, el ex gobernador de Puebla, como si fuera un espía que para su beneficio andaba escuchando las conversaciones de todos los políticos mexicanos.
De manera paralela, este débil gobierno federal, ha hecho todo lo posible por pulverizar a las izquierdas de Morena y PRD, tratando de vincular, desde Andres Manuel Lopez Obrador, hasta alcaldes del PRD, con el narcotráfico y el crimen organizado.
Hasta hoy sus perversas jugadas han salido favorables para ellos, en momentos en los que la credibilidad del gobierno ante una sociedad hastiada de tanto abuso e impunidad, ha caído a los niveles más bajos que se tengan memoria.
Así también, con el caso del futbolista Rafael Márquez y sus presuntos nexos con delincuentes, quisieron recientemente lesionar la imagen y fuerza que adquirió y conserva Margarita Zavala de Calderón.
Han sido jugadas bien planeadas, orquestadas y ejecutadas para fortalecer al tricolor y a sus aspirantes. Pero la perversidad con la que juegan siempre queda de manifiesto y provoca mayor encono en la sociedad.
Parece que todos los actores políticos, de todos los partidos, no se dan cuenta que dividiendo y sembrando odios, no unirán a un México que requiere orden, estabilidad y progreso, que sólo se logrará cuando podamos sentirnos integrantes del mismo país, al que todos, por acción o por omisión, hemos causado daño y llevado a una oscura, terrible y peligrosa época que puede desembocar en mayores confrontaciones y quiérase o no, levantamientos armados como el que parece se gesta desde hace tiempo en Guerrero, entidad en la que las guardias comunitarias van creciendo día con día.
No falta mucho para ver y saber que pasará en un país plagado de abusos, excesos e impunidad de un gobierno débil, plagado de contradicciones.
