Diablo: Quihubo, Simplicio, ¿qué haces tan entretenido con tu tableta electrónica?
Simplicio: Pues estoy viendo en internet el primer Videojuego basado en la filosofía materialista del español Gustavo Bueno.
Diablo: Lo conozco, !vaya que era un diablillo este Gustavo Bueno! Es el inventor del Materialismo Filosófico. Allá lo tengo conmigo y no para de armar broncas con filósofos y no filósofos que ha habido en el mundo y mira que a la mayoría los tengo conmigo en el inframundo. Se la pasa discutiendo y corrigiendo a Marx y Engels, y ni los dos juntos pueden con él.
Simplicio: Sí, veo que arremete contra izquierdistas y derechistas, cristianos y musulmanes, televidentes e intelectuales, no deja títere con cabeza. Además, fue especialmente conocido por su participación en debates públicos y escribió el libro Telebasura y Democracia, no obstante su escandalosa aparición en programas de televisión como el Gran Hermano. Otros de sus libros han alcanzado notable difusión, como El mito de la izquierda o El Mito de la cultura.
Diablo: Este singular español es en efecto muy divertido y me alegra que el Papa Benedicto XVI haya desaparecido el Purgatorio en 2011 y así me cayó directamente al Infierno en 2016 el bueno de Gustavito (así le decimos de cariño para distinguirlo de otros Gustavos menos queridos, como los mexicanos Gustavo Madero, hermano incómodo de Francisco I. Madero y, por supuesto, el nefasto Gustavo Díaz Ordaz, el Ogro de Tlatelolco, al que le tengo su mazmorra especial allá abajo por planificación de maniobras súper destructivas en el campo de batalla y está esperando a LEA para compartirla).
Simplicio: Me imagino que Bueno está allá por ateo porque en su vida personal, aunque peleonero, era una persona muy recta.
Diablo: Sí, el decía que era ateo católico, como otro filósofo que tengo desde hace mucho por allá, George de Santayana (Jorgito para los infernales colegas) que era de veras un buenazo en su vida personal y ni discutía con nadie, pero insistía en que era ateo estético y de nada le sirvió ser tan bueno porque no fue directamente al cielo, por ateo.
Simplicio: Entonces, ¿cómo está en el infierno contigo?
Diablo: Pues no lo me lo enviaron al Infierno mientras había la opción del Purgatorio para estos singulares católicos, quienes conciben al catolicismo como un cúmulo de valores culturales: identidad, arte , costumbres, tradiciones, historia y política. Según éstos aquel que haya sido educado en países de tradición católica es considerado —crea o no en Dios— católico, y puede agruparse con los creyentes en los conflictos que crea oportuno (contra los comunistas o los musulmanes, por ejemplo). Cuando el Papa desapareció el Purgatorio tuvieron que decidir a quienes pasar ya al cielo y a quienes no, y a Santayana, por ateo, me lo mandaron a pesar de que le encantaba por estética el ceremonial católico.
Simplicio: Pues yo no entiendo a estos contradictorios personajes, especialmente a Bueno. Ni siquiera con el Videojuego de ¨Symploké: La Leyenda de Gustavo Bueno¨, juego que ha sido desarrollado por Juan Carlos Buzón, un madrileño que estudió filosofía y que ha querido unir sus conocimientos con su afición por el mundo de los videojuegos. Yo creí que así en videojuego sería muy simple de entender.
Diablo: Pero como le vas a entender Simplicio, si te la pasaste de flojo en tus clases de Filosofía.
Simplicio: A ver, Diablo sabihondo, explícamelo si puedes...
Diablo: Con mucho disgusto, pues creo que tu psicoanalista el Dr. Complejo podría hacerlo mejor, pero lo haré. Symplokē es la trascripción latina del término griego que significa enlazar, ligar, unir e incluso luchar.
Symplokē apunta a que no es cierto que nada esté relacionado con nada, ni que todo esté relacionado con todo. Más bien algunas cosas estás relacionadas con otras cosas. Aunque es un término común de la lengua griega lo utiliza profusamente Platón para indicar que está relacionado con la actividad del filósofo. El filósofo se adentra en la complejidad de la realidad e intenta destrenzarla o desliarla para buscar conceptos que, colocados en un cierto orden, nos permiten describir la complejidad de lo que hay. Las Ideas están relacionadas unas con otras, pero no todas con todas.
Simplicio: ¿Por eso se dice que hoy vivimos en la era de la complejidad?
Diablo: Pues sí, aunque no es nada nuevo y en realidad el término muy utilizado por Gustavo Bueno viene desde desde antes de Platón, con una idea original de Demócrito de Abdera, que luego retomaría Platón en su libro El Sofista y que hace referencia al entrelazamiento dialéctico de las cosas que constituyen una situación estable o efímera, una totalidad (un sistema) en la que se dan momentos de conexión y conflicto y de desconexión e independencia entre sus partes (formales o materiales), sus secuencias o términos, etc., comprendidos en esa symploké.
Demócrito de Abdera habló de la symploké o entretejimiento (urdimbre) entre los componentes indivisibles de la realidad, que para él eran los átomos (las partes materiales de la realidad). Platón, por su parte, en su obra El sofista, según Gustavo Bueno, definiría una idea de symploké que situarían a Platón como el iniciador del método crítico filosófico, estableciendo la symploké como el entretejimiento, enfrentamiento y/o oposición de las ideas, las cuales son los elementos propios de análisis de la filosofía.
La idea de symploké se opondría tanto al monismo ("todo está conectado con todo") como al pluralismo radical ("nada está conectado con nada"), afirmando que "no todo está conectado con todo", pues "unas cosas están conectadas con unas cosas, y otras cosas no están conectadas con otras cosas".
Simplicio: Me dejaste más confundido...¿tiene algún efecto práctico todo este complejo embrollo?
Diablo: Claro, por ejemplo, ¿recuerdas un Secretario de Hacienda de México a quien le preguntaron por qué el país estaba en la bancarrota, súper devaluado y con una inflación galopante?
Simplicio. Ah, sí, uno que le decían el Negro/
Diablo: !No digas nombres, Simply, no sea que sus discípulos te hagan una inspección fiscal! En fin, el llamado Diamante Negro contestó que ¨no hay una única causa, todo está en todo¨...y con eso se zafó del problema de tener que explicar puntualmente los errores, horrores y omisiones que habían hecho con el país provocando una tremenda crisis, subió enormemente los impuestos, por lo que se quemó con la opinión pública y después de eso le decían el Cabrón Carbón...
Simplicio: Ah, ¿supongo que lo tienes bien carbonizado allá abajo contigo?
Diablo: Por supuesto, tengo un pabellón especial para el malvado personal de todos los tiempos de Hacienda, de Ministros a inspectores, todos juntos.
Simplicio: ¿Y qué otros distinguidos personajes de la categoría de Bueno tienes en tu Infierno?
Diablo: Tengo a Saramago, que se decía Comunista Hormonal, y también llegó directo al inframundo sin tener que pasar por el Purgatorio, que ya no existe. En fin, toda la vieja izquierda o izquierda vieja, pues ya todos están chocheando y estoy ampliando las instalaciones allá abajo para poder acomodarlos a la hora que el de Arriba decida ¨descentralizarlos¨...
Simplicio: !Qué bueno que todavía estoy joven, y que no pasé por el siniestro infierno del sendero de la Izquierda. Aún hay Esperanza y como decía el buen Gustavo: ¨La Juventud es lo único que hace cambiar la realidad¨.
Diablo: Pues ya se los llevó la fregada con el Gabinete que están nominado para el próximo sexenio, porque antes de que acabe estarán varios conmigo allá abajo. Si no es por la joven y bella Secretaria del Trabajo, se diría que ha regresado la Gerontocracia, que creían haber eliminado desde tiempos de De la Madrid.
Simplicio: !Cállate, Satanás! No toda la Izquierda es de viejos, ni todos los viejos son de Izquierda.
Diablo: Bien, mi querido Simplicio, creo que puedo ayudarte a que se te quite lo Pen...Simple, y darte un pase para que visites temporalmente a Gustavito allá abajo en su celda del inframundo, que está adaptada como aula para dar cátedra todo el tiempo, como castigo por escribir esas cosas del materialismo filosófico que no le gustan a ya sabes quién allá arriba, pero también tengo en el asador muchos otros profesores y pseudointelectuales de Derecha que han cometido sus muchos pecadillos y de cuyas experiencias puedes aprender conversando con ellos y ellas sobre su elitista vida con la mafia del poder.
Simplicio: No, gracias, corro peligro de que el Divino Innombrable se enoje allá arriba o tus colegas del inframundo ya no me dejen regresar. Creo que mejor le sigo con mi Videojuego, a ver si así le entiendo algo a la Symploké y además, está menos aburrido que tus pedantes explicaciones, Diablo Mamón.
Diablo: Ya vuelves a tus simples insultos, Simplicio, mejor me voy, no se puede dialogar con quien no sabe razonar.
Simplicio: !Vete al Demonio!
Diablo: Con mucho gusto. Tú sabes lo qué haces, mi Simply, pero te recomiendo leas ¨Más Platón y menos Prozac¨ de Lou Marinoff, porque se me hace que te estás pasando de dosis de tu calmante preferido Amlodipilo (equivalente mexicano de la droga Prozac), todo lo crees bien simple, color de rosa, y no puedes ver la complejidad de la realidad...el muro al que te vas a enfrentar en los años que vienen.
Simplicio: !Vete a La Ching...!
Diablo: Allá te espero, a más tardar acabando el sexenio...
(Agosto 2018)