Las condiciones de quienes forman parte de la caravana de migrantes centroamericanos que mantienen en vilo a todo el mundo, y que en breve contará con unas 8,000 personas, que con la ilusión de una mejor vida, se lanzan a la aventura rumbo al sueño americano, que no mexicano, no se hagan las ilusiones ni se rasguen las vestiduras, que nada quieren quitarles a los nacionales, su objetivo es y siempre ha sido Estados Unidos.
El problema en el que se centra el gobierno mexicano, y que es normal, porque además tenía que salir a decirlo, es que no hay oposición a que ingresen al país a los que así lo decidan, sino que lo hagan de forma legal, con la autorización correspondiente y documentos en mano.
Pero esto ha sido así siempre, y miles de migrantes transitan año tras año por suelo mexicano con destino al norte, pero, su paso no ha sido de lo mejor, ya que tienen que sufrir muchas condiciones adversas, desde ser víctimas de las bandas criminales que se aprovechan de ellos en la frontera sur de México, pasando por los abusos de las que hay en este país, y de las propias autoridades que deberían garantizar su paso, y lo que falta con la policía fronteriza y aún peor, conseguir dinero para pagar a los “polleros” para pasar al otro lado.
México, no es, ni por casualidad, el lugar al que pretenden arribar para quedarse a vivir los viajeros, sólo que se encuentra en medio de su realidad y del deseo de tener algo mejor, no es poco el riesgo, y debe entenderse el grado de desesperación para poner en peligro a mujeres, ancianos y niños, así se ha dado por años y años, sólo que ahora esta caravana representa una connotación especial.
Donald Trump siempre que lo requiere ha tomado de rehén a México, lo hizo así para ganar adeptos de quienes se identifican como radicales estadounidenses, que, valga la expresión, salieron de su escondite para votar por el peli rojo, porque es el que representa sus intereses, no hay de otra, y el presidente estadounidense se dio cuenta que ese discurso es el que le da fuerza.
Por eso, cada vez que lo necesita, lo utiliza, y no baja de delincuentes a los latinos que desean alcanzar la tierra del “Tío Sam”, poniendo en contra de ellos a los ciudadanos de aquél país, en especial a los que se sienten identificados, como ya lo dije, con el radical discurso del presidente, pues con él florecen los resentimientos más escondidos.
La caravana, de la cual se habla desde el fin de semana pasado, porque es escandalosa, supuestamente atrevida y desafiante, principalmente reta a la ira de Donald Trump, es lo que hay que ver con detenimiento. Miles de centroamericanos cada año pretenden llegar Estados Unidos y lo hacen en secreto y cuidando de no llamar tanto atención, sólo por citar un ejemplo, un cálculo del 2015 de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, fueron 420 mil migrantes centroamericanos los que pasaron por México para llegar a Estados Unidos, es complicado obtener cifras de esto, entonces ¿por qué ésta en particular hace tanto ruido?.
Es simple, es por interés político que beneficia indudablemente a Donald Trump, está a nada de unas elecciones que son cruciales para él y requiere colocarse a la cabeza de las preferencias, y desafortunadamente, vuelve a colocar a México y a los latinos al centro de la discusión, pues envalentonado amenaza a sabiendas que no se le seguirá el juego, pero no es lo que le importa, arremete con el tema que ha sido su bandera, proteger a su nación de los malos extranjeros, que representamos todos los que nos encontramos del Río Bravo hacia el sur. México no ha logrado responder a la altura que merecen las ofensas del poco apreciado líder, que con una soberbia habitual en él, exige a nuestro país detenga dicha caravana, con la pena de acabar con el recién firmado tratado del norte, y así lo señalará hasta el día de las elecciones de su país, para mostrar que sólo con él, se va a terminar este problema.
Le ha vendido la idea a la clase media trabajadora de su nación de que los migrantes son criminales, además, son quienes les quitan el trabajo, cuando en conciencia de los que estamos de este lado sabemos otra realidad, aunque, al ver la cantidad de mexicanos dedicando mensajes en contra de los hermanos latinos, parece que más se parecen a las ideas del personaje señalado que a la calidad del calor del mexicano. ¿Estaremos cambiando?
- EL INE DEBE ESTAR PREOCUPADO
De acuerdo a la próxima consulta para analizar por parte del pueblo bueno con su leal saber y entender cuál es más viable y decidir sobre continuar la construcción del nuevo Aeropuerto de Texcoco o con parches el de Santa Lucía, que necesita de las operaciones del actual y el de Toluca, se pone en riesgo la credibilidad de todo el país, a capricho de ya saben quien.
Pero, las condiciones en las que se llevará a cabo la mentada consulta, que no termina por convencer a los que defienden el estado de derecho como herramienta básica para la operación de cualquier evento que representa algo tan trascendental, pues la decisión de la consulta sólo los organizadores la sabrán, pues al no haber autoridad que intervenga, tampoco la presencia de observadores, como ocurre en los comicios, tendremos que creer a ciegas, así, sólo así. Que mal estamos México, una consulta de una administración que aún no es gobierno y que obviamente ningunea al actual.
Pero, en realidad, los que deben estar preocupados son los del INE, porque con la coperacha de los legisladores de Morena para la vaquita del millón y medio de pesos que dicen costará la consulta, entonces veremos que con ese recurso se puede solucionar cualquier consulta, entonces, ¿para qué demonios gastamos tanto en el INE, en los Tribunales locales y federales? si con eso ya podemos saber un resultado tan importante, como lo es el tema del aeropuerto, mandando al diablo a las instituciones, ahora sí, en serio.
Es ilegal tal consulta, a todas luces, pero parece que así serán las cosas en adelante, entonces, no vale quejarse, esperemos el resultado del dueño del dedito para saber qué se hará.
