Toluca/Estado de México
Nancy Jazmín González Bobadilla, desde hace 9 años se dedica a enfrentar el fuego; es combatiente de la Protectora de Bosques del Estado de México. Para lograr su meta tuvo que enfrentarse a la misoginia, el machismo y la discriminación por ser mujer, pues éste es un mundo en el que prevalecen los hombres y en el que no se creía que una mujer tuviera la capacidad, la habilidad o la destreza para desempeñarlo, reconoció.
Llegar a este oficio fue una casualidad, dice, pues en casa nadie se dedica a los bosques, ni están involucrados en alguna actividad similar a la del combate de incendios forestales. Sin embargo, se encontró con que la decisión de capacitarse en ello, fue lo mejor.
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La joven atlética y fuerte, es contundente al señalar que abatir un incendio es una actividad que no cambiaría, pues para tener el éxito que hoy celebra, ha pasado por varios años de trabajo arduo, constante, en el que ciertamente ha tenido que demostrar a sus compañeros, a los superiores y la gente, que ser mujer no es un impedimento.
Relató que ella ingresó por necesidad a la célula, y el reto más grande es la misoginia, de modo que a los hombres consideró que sin intención, así los que se ha ganado con su desempeño, además, ahora les agradece lo que ha logrado, pues parte del éxito es la presión a la que se mantuvo sometida en varios momentos de su carrera.
"Quizá no tenemos la misma fuerza, pero sí la misma ilusión y queremos salir adelante, ha sido un reto por este tema del machismo, una mujer creen que no cuenta con la capacitación, ni cualidades físicas, pero las mujeres sí lo logramos".
Nancy recibió capacitación en otros estados y su sueño es que aumente cada vez más el número de mujeres combatientes, pues actualmente hay dos en la zona de Naucalpan, una en el sur, y dos más en el equipo de prevención de incendios.
Es una orgullosa mamá soltera de dos niños de 13 y 11 años, que sí se angustian por el riesgo que implica su trabajo, pero les ha explicado que para ello son las capacitaciones permanentes, pues no siempre el enemigo es el fuego, sino el humo, el viento considerado como el peor peligro, los animales.
Admitió que cuando decidió unirse a los combatientes fue por necesidad porque necesitaba un trabajo, pero 15 días después de llegar al departamento de Incendios Forestales de la Protectora de Bosques (Probosque) la enviaron a una capacitación y la conquistó la topografía, el tiempo atmosférico, como realizar el trabajo preventivo, como combatir el incendio.
"Caí con puros hombre pero les agradezco que rompimos los estigmas y paradigmas porque se piensa que somos débiles, pero hemos demostrado que no es así, todo depende de querer".
La orgullosa combatiente dijo que ha trabajado mucho por alcanzar sus metas, cada día más altas y es así que de una lista de 137 participantes mujeres fue la única seleccionada a nivel nacional para acudir a una capacitación en Virginia, para compartir experiencias, aunque se tuvo que cancelar por la pandemia.
Aseguró que en un principio, fue difícil abrirse paso en este mundo porque es más pequeña en tamaño, pero quedó claro que no solo con la fuerza sino con el adiestramiento, que se cumple la meta en el combate a los siniestros.
"Se cree que no tenemos las mismas capacidades para dar todo como lo entrega un hombre, pero fue esta parte de tanta novatada, estar entre tanto hombre que dije que nosotras también podemos y gracias a todos los cursos y conocimientos hay más compañeras".
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Nancy quien es firme en su conducta, destacó que si bien en un principio fue complejo integrarse al equipo de trabajo, la realidad es que ahora está segura de que querer, poder y trabajar, permite lograr las metas.
"Podrá sonar egocéntrico, pero he tenido oportunidad de capacitarme en diferentes puntos en el tema del manejo del fuego. Estoy agradecida porque lo que soy es gracias al apoyo de los compañeros brigadistas porque nadie llegó a apapacharme, no me dieron el trabajo más sencillo, todos somos iguales y debemos hacer lo mismo".
Detalló que el equipo es pesado, pero todos los combatientes deben tener buena condición física para enfrentar las caminatas y cuando llega la temporada de estiaje se enfocan en el adiestramiento físico, para llegar al 100% y ello permita dar el mejor rendimiento, pues a veces en capacitaciones debemos cargar mochilas de 20 kilos y una de las pruebas es concluir una caminata de 4.8 kilómetros en menos de 45 minutos, en pendiente, el bosque o una ruta.
Contó que uno de los momentos que más la ha impactado fue un incendio en la zona limítrofe con Guerrero, dónde caminaron más de cinco horas para llegar a la conflagración, pese al desgaste físico entró al combate y el reto es mayúsculo. Mientras que en otra ocasión en el Cerro de los Tres Reyes, debido a las ráfagas de viento se hacían muchos remolinos de fuego y las rutas de escape fue literal: "echarse a correr".
