Cuautitlán Izcalli/Estado de México
En los últimos tres años en el Estado de México se ha dado a conocer la existencia de cuatro llamados monstruos, por la forma en que asesinaron, sobre todo a un gran número de mujeres, considerados también como asesinos seriales, y se trata de: el monstruo de Villas Santín, en Toluca, el de Ecatepec, uno de Atizapán y otro más en Cuautitlán Izcalli.
Detienen a dos de tres asesinos del periodista #KikeGarcía
El último que se dio a conocer fue el feminicida serial Andrés Filomeno Mendoza, conocido como El Chivo, un hombre que fue descubierto luego de asesinar a Reyna González, una mujer de 34 años, con quién habría hecho amistad, pues ella le tenía lastima al ser una persona de la tercera edad sola, con quien se acompañaba para vender celulares y aditamentos para móviles.
De acuerdo con la Fiscalía General de Justicia mexiquense (FGJEM), el hombre de 74 años vivía en la colonia Lomas de San Miguel, municipio de Atizapán de Zaragoza, donde, de acuerdo con los hallazgos, en la vecindad en la que rentaba cuartos había 4 mil 300 restos óseos de al parecer 19 cuerpos encontrados hasta el momento. En sus relatos, el hombre habría confesado la forma en que manipulaba los cuerpos, mismos que incluso habría comido.
Entre sus pertenencias había bolsas, maquillaje, credenciales, tarjetas bancarias, ropa, medias, cabello y otras pertenencias como celulares de sus víctimas.
Asimismo, se dio a conocer que llevaba una bitácora con los nombres de las mujeres, hora de muerte y el peso de cada una de sus extremidades.
Este hombre permanece recluido en el penal de Tenango del Valle, es de origen oaxaqueño y de acuerdo con sus vecinos, nunca fue agresivo, molesto con las mujeres, por el contrario, era amable y atento con quien tenía contacto.
Algunas de sus víctimas fueron mujeres que trabajaban como meseras en algunos antros y bares de la región del Valle de México, aunque la Fiscal Central de Atención de Delitos Vinculados a la Violencia de Género, Dylcia García Espinosa, aseguró que la lista de víctimas podría llegar a 29 y lo calificó como el más cruento de los feminicidas seriales aprehendidos en territorio mexiquense, hasta el momento.
En Ecatepec, Juan Carlos Hernández y Patricia Martínez fueron la primera pareja de asesinos seriales de mujeres, multifeminicidas, quienes fueron localizados al abandonar los restos de sus víctimas en un terreno baldío transportados en una carriola y botes.
El 1° de octubre de 2019 cada uno recibió una primera condena de 327 años de prisión por el delito de ocultamiento de restos humanos, pero aún quedan pendientes más condenas y se espera que supere los 400 años.
De acuerdo con las declaraciones de este hombre, asesinó al menos a 20 mujeres, atraídas con un anuncio para solicitar empleada doméstica y, en algunos casos, mediante la compraventa de alimentos u objetos a través de su pareja sentimental.
Por lo menos 10 mujeres fueron atraídas con un solo fin: tener sexo con ellas, consensuado o por la fuerza, a quienes posteriormente degolló, las partió a la mitad, las fileteó y se las comió, para limpiar de mal al mundo, según sus palabras.
Entre los relatos del feminicida, se supo que de una víctima sacaron un kilo de bistecs, que después hicieron carne asada.
Además, en Toluca fue identificado Óscar García Guzmán, de 30 años, aficionado a las artes marciales israelíes, quien asesinó a cuatro mujeres y dos hombres, uno de ellos su propio padre.
Era estudiante de psicología, vivía en Toluca, en la colonia Villas Santín, sus vecinos refirieron que casi no hablaba con nadie ni tampoco se le solía ver con amigos.
Durante una llamada telefónica con su mamá, el asesino confesó que, a los 16 años, mató a su papá.
“Sí es neta, para qué te miento, para qué te echo choro. Sí, yo maté a papá", dijo.
El 30 de octubre de 2019 la familia de Jessica Guadalupe, una de sus víctimas, consiguió, tras varios intentos fallidos, que personal de la fiscalía aprobara una orden de allanamiento. Los cuatro días anteriores los pasaron afuera de la casa del asesino, en Villas Santín, después de que Jessica había desaparecido y todas las sospechas apuntaban a García Guzmán. En ese período, él los amedrentó y los amenazó, pero la familia no desistió hasta conseguir la orden de cateo.
Cuando finalmente irrumpieron en el domicilio, las autoridades hallaron el cuerpo de Jessica en el baño y los de Adriana González Hernández (27) y Martha Patricia (25) enterrados en el patio trasero.
