Toluca/Estado de México
Magdalena Jacinta Juárez no ha podido recuperar la tranquilidad, necesita ayuda económica para enfrentar las secuelas en la salud que le dejó la explosión del negocio de birria en el que trabajaba por 250 pesos diarios; un local ubicado en la calle Felipe Villanueva y Constituyentes, en el municipio de Toluca. Pese a que alertó al dueño del establecimiento sobre el olor a gas, este ignoró sus palabras y la obligó a encender la estufa, provocando el estallido del lugar.
#ÚltimaHora: Explota polvorín en Zinacantepec; dos menores entre los heridos
Magdalena continúa en atención médica, se le observan las manos y pies quemados, descarapelados, la cara roja, lastimada y los ojos llorosos por el dolor y el miedo a no lograr recuperarse nunca. Lo que más le pesa, dijo, es que su bebé necesita una mascarilla y unos guantes para completar su tratamiento, es probable que el pulmón del niño haya quedado comprometido y no saben cómo harán para enfrentar la rehabilitación, el tratamiento físico y lo demás que falta para ambos. Ella perdió el empleo, no solo eso, también la calma, porque quien fue su jefe no le responde el teléfono, el último mensaje fue: “yo hasta aquí te apoyé”.
Tras salir de consulta médica, platicó que ella llegó a su lugar de trabajo antes de las ocho, percibió el olor a gas, avisó a su jefe y este dijo que no pasaba nada, que era falso, le pidió poner jabón en la estufa y afirmó: “tú que eres muy lista ¿ya viste que no, no huele a gas?” Al encender la estufa por órdenes de su jefe, el lugar estalló.
Eran cerca de las 09:00 de la mañana cuando Magda quedó sorda por el estruendo, lo único que pensaba era en salir de las llamas que la abrazaban para regresarla al centro del fuego, pues necesitaba ver a su hijo. Joshua estaba sentado en la entrada del lugar, esperando a su mamá.
“Yo lo llevaba porque no tengo donde dejarlo. En el trabajo no tenía prestaciones y estaba desde las 8 hasta la noche, hacía todo ahí, la comida, la limpieza, por 250 pesos al día. Vivía al día”, comentó.
Ella presentó quemaduras de segundo grado en todo el cuerpo, mientras que su bebé de 4 años las tenía en el 20% de su cuerpo, incluidos pulmones y manos, si bien fue dado de alta, necesita más medicamentos, pomadas, atención médica, sobre todo la mascarilla y guantes con costo de 18 mil pesos, que no tienen.
Por su parte, José Carlos González Domínguez, esposo de Magda, también perdió su empleo. El día del accidente salió de la mina de Toluca, la que fue clausurada hace más de un año por las irregularidades en el sitio, pues no contaban con permisos para su explotación.
Él había invertido mil pesos para trabajar ahí, no tiene seguro, ni dinero ahorrado y el día que salió a buscar a su esposa e hijo, lo despidieron, le quitaron su material y le cerraron las puertas.
“Ese día solo recuerdo que no sabía qué hacer, a quién ver, no sabía si ir con ella o por Joshua, ella me pedía que viera al niño, fue muy desesperante”, señaló.
Lo que más les preocupa es que no tienen trabajo, ni forma de enfrentar la vida, por lo que solicitan ayuda económica, alimentos, ropa, todo lo que puedan recibir pues no tienen cómo afrontar los gastos y la terapia para su hijo.
#Video: Explosión de mina en #Michoacán deja militares heridos; podrían perder una extremidad
