Toluca/Estado de México
La perforación de un ducto de PEMEX que atraviesa por la comunidad de San Cayetano Morelos, al norte de Toluca, derramó combustible en cerca 400 metros, lo que implicó la evacuación de al menos 150 familias.
Al lugar arribaron personal de PEMEX, la SEDENA, policía estatal y municipal, además de la PGR; sin embargo, los vecinos de la zona comenzaron a extraer con botes y cubetas el líquido que corría por los pequeños riachuelos que forma el pasto y lodo.
Aproximadamente a las 02:00 de la mañana los vecinos percibieron el olor a combustible, aunque previamente, durante la madrugada escucharon una balacera con la que resultó dañada una luminaria, justo en la esquina donde los huachicoleros realizaron la perforación del ducto, en las calles de Miguel Hidalgo y Costilla con Héroes de la Independencia.
Los afectados relataron que es frecuente la extracción de combustible en esta región; sin embargo, desconocen si son bandas que provienen de otros puntos de la ciudad o de entidades vecinas.
“Lo que podemos decirles es que hay un peligro constante en esta zona y a nosotros qué nos importa si sacan todo el combustible, que se hagan millonarios con eso, pero estamos de por medio muchas familias”, dijo uno de los vecinos.
En las inmediaciones de esta comunidad prevalece la pobreza, las viviendas son muy pequeñas y en la mayoría habitan dos o tres familias, por lo que debieron retirar de ellas a todas las familias, algunas de esas casas a tan solo 80 metros de distancia de la fuga.
Los elementos de Protección Civil municipal se negaron a dar datos sobre los daños provocados por el combustible, aunque algunos de los trabajadores de PEMEX dijeron que se trata de diésel y pidieron a las familias que no regresen a sus viviendas, también que eviten encender cerillos, la estufa o el boíler porque podría ser muy riesgoso.
Cerca de las 11:30 de la mañana, los operadores de PEMEX intentaron retirarse del lugar para ir a comer, pero todavía no terminaban con la limpieza del lugar, por lo que las familias les exigieron permanecer hasta asegurarles que podrían regresar a su casa sin correr peligro.
“Dígale a su jefe que no los vamos a dejar salir hasta que nos aseguren que podemos entrar. Usted dice que tiene hambre, nosotros también y los niños que están en las camionetas y autos más, pero no podemos hacer nada”, repeló una de las afectadas.
Más tarde, cerca del medio día, acudió el ministerio público de la PGR, acordonaron el área por algunas zonas consideradas acceso al punto de la perforación y comenzaron a rociar el pasto con agua.
Aun así la gente permanece inconforme por estas condiciones, toda vez que alegan la incertidumbre que genera el grave olor a gasolina en las viviendas y las inmediaciones.
