Podemos decir que la carita feliz es el ícono madre de muchos otros, o bien la punta fundamental de los emojis; inclusive parece haber estado siempre ahí.
Fue creada en 1963, en Worcester, Massachusetts, en Estados Unidos. Su creador el diseñador gráfico Harvey Ball, la diseñó para una compañía de Seguros, después de estar pensando durante diez días, finalmente en diez minutos realizó el trazo que evocaba al sol con ojos y sonrisa, la expresión más fiel de felicidad y bienestar.
La compañía de Seguros Hanover Insurance, que aún existe, organizó una campaña de amistad para suavizar el malestar que había causado entre los empleados la fusión de esta con otra compañía de seguros; el asistente de dirección llamó al diseñador gráfico para que creara un diseño pequeño que se pudiera utilizar en afiches, tarjetas y broches.
Así nació Smiley. Los ejecutivos de la Hanover Insurance quedaron satisfechos con el diseño, le pagaron $45 dólares a Harvey por su creación y mandaron hacer 100 broches para los empleados.
Harvey quedo contento con la paga, que hoy equivale a unos $380 dólares. Él tenía una pequeña empresa, Harvey Ball Advertising, con numerosos clientes que le pedían pequeños trabajos.
Ball estuvo durante 27 años en la Guardia Nacional, por la que fue mandado a Asia y el Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial, este combinaba el trabajo con su pasión por el diseño. Al regresar del frente, trabajó en una compañía de publicidad en Worcester y en 1959 fundó su propia empresa.
En 1970, la carita feliz cobró vida propia, casi de un día para otro se puso de moda; un año más tarde se convirtió en la imagen más vendida de Estados Unidos; aparecía en innumerables objetos.
Después en 1980, Smiley regresó con todo y acompañada con diversos símbolos y accesorios culturales. Llaveros, autoadhesivos, tarjetas y hasta sudaderas portaban la imagen. Ball no se benefició económicamente, pues no había registrado el diseño.
Sin embargo otros, se apresuraron a hacer el registro intelectual y se enriquecieron, los propietarios de la empresa Hallmark, Bernard y Murray Spain, registraron a su nombre el diseño, junto con el slogan "Que tengas un día feliz". Vendieron 50 millones de broches.
También el periodista francés Franklin Loufrani, se quiso adjudicar los derechos de Smiley, fundando en 1971 The Smiley Company. Esta compañía se convirtió en un gigante internacional, que hasta el día de hoy posee los derechos de la carita feliz en más de 100 países.
Fue así como le arrebataron a Harvey la creación de tan popular imagen, sin embargo Harvey pudo sacar un poco más de provecho pues en 1999 creó el día mundial de la sonrisa. Con la frase "Haz una obra de bien, ayuda a que una persona sonría", eligió el primer viernes de octubre. Dos años des después Harvey Ball murió.