Estados Unidos
La estatua de la Libertad es hasta ahora el ícono más representativo de las culturas que migraron a Estados Unidos de América. Detrás de este monumental rostro está Isabella Eugenie Boyer, viuda de Isaac Singer, creador de las famosas máquinas de coser. Aunque la hipótesis más considerada hasta ahora había sido que Bartholdi se inspiró en su madre, Charlotte Bartholdi.
La historia del mensaje que viajó en una botella
Isabella Boyer nació en Paris en 1841, y su vida fue como una emocionante novela. Su padre fue un chef pastelero africano y su madre era inglesa. La naturaleza le dio una belleza especial, y a los 20 años contrajo nupcias con el fabricante de máquinas de coser Isaac Singer quien ya tenía 50 años, por lo que al morir Isaac, se convirtió en la mujer más acaudalada del país.
Después de quedar viuda, Boyer comenzó a viajar por todo el mundo en busca de emocionantes desafíos y nuevos conocimientos, pues aún era muy joven para esconderse detrás del luto. Se volvió a casar con una celebridad, Victor Robstett, un violinista holandés, y le dan el título de duquesa. Isabella era invitada a todos los eventos mundiales, se convirtió en la estrella de las salas de exposición en América y Europa.
El escultor francés Frédéric Auguste Bartholdi, acababa de llegar a Estados Unidos con la finalidad de crear una estatua que simbolizara la independencia de los Estados Unidos, propuesta que ya había aceptado pues se suponía que la escultura sería un regalo de Francia en honor al centenario de la independencia del país. Bartholdi quedó muy impresionado por la belleza de Isabella y decidió usarla como modelo para la escultura.
Isabella se volvió a casar a los 50 años con un famoso coleccionista de arte Paul Sohege, murió en París en 1904 a los 62 años, y su cara sigue representando el mayor orgullo de Estados Unidos.
Demasiado frío y calor, desastres naturales, algo insólito está ocurriendo en la tierra