Culiacán/Sinaloa
El estado de Sinaloa, alberga a uno de los carteles más poderosos del país, y el dinero que genera ha creado un estrecho vínculo entre ellos y las mujeres jóvenes, quienes a cambio de protección, dinero, mejor vida y sobre todo cirugías estéticas, prestan sus favores por determinado tiempo a sus padrinos.
Una cintura definida y pequeña, senos grandes y caderas torneadas con glúteos grandes, forman parte de la obsesión a los cuerpos transformados por la cirugía estética. Al arquetipo de estas mujeres, extremadamente torneadas y con gustos llamativos en cuanto a accesorios y diseños, se les conoce como buchonas, especialmente si tienen un amante con negocios ilícitos.
La mayoría de las mujeres que llegan a un consultorio de cirugía estética, están entre los 30 y 40 años de edad, aunque ahora es muy común ver circular en este territorio a mujeres jóvenes, inclusive menores de 18 años.
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“Existe una competencia entre ellas, de saber quién tiene la cintura más estrecha, o la mejor silueta”
Explica una doctora de reconocido nombre en Sinaloa. “Uno espera ver a las chicas llegar acompañadas de sus madres o amigas, pero la mayoría llega con hombres o solas”.
Entonces ellos piden cómo quieren moldear a su muñeca, en ocasiones le llaman para decirle que le van a mandar a una chica para que la opere, y que ella ya sabe cómo la quiere, que no le vaya a hacer caso y la deje como él espera, pues para eso paga.
Aunque este estilo de cuerpo y de apariencia llamativa con artículos costosos como accesorios, es muy común en las buchonas, muchas mujeres lo han adoptado por simple moda y gusto, sin tener vínculos con grupos poderosos. El estilo de Kim Kardashian es uno de los más solicitados.
“Hay un hombre que ha enviado a unas treinta mujeres a que las opere”, comenta la doctora de Sinaloa, y el costo de las operaciones es de aproximadamente $130,000.00, que son liquidados en efectivo, con dinero de dudosa procedencia; no es raro ya que la economía en Sinaloa depende de lo mismo.
A pesar de las exigencias del padrino de la chica a operar, la doctora siempre trata de asesorar en cuanto a lo que va a hacer con su cuerpo, finalmente la paciente decide lo que se hará en el quirófano, y su cuerpo será de ella toda la vida, y el novio no.
Entre la paciente y el novio, se nota la existencia de vínculos contractuales temporales, comenta la doctora. A un padrino le gusta presumir de una mujer bella, y compiten entre ellos; la esposa estará en la casa cuidando de los hijos, mientras las otras son trofeos. Les atrae el morbo de tener a una mujer operada.
José Luis, (nombre ficticio) ha mandado operar a más de 2 mujeres. “A veces una amistad nos comenta que su amiga se quiere operar la nariz, glúteos y senos, y está buscando un patrocinador”. Entonces, si está guapa y hay atracción, se hace un contrato en el que pagamos la operación a cambio de quedarnos con el cuerpo seis o cinco meses”, explica José Luis.
Estos contratos, no siempre son para cirugías estéticas, también son a cambio de una mejor vida, protección, dinero en efectivo, una casa, artículos de lujo, o automóvil.