El destino nacional en un aeropuerto (ajá)

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El destino nacional en un aeropuerto (ajá)

Domingo, 28 Octubre 2018 09:20 Escrito por 
El destino nacional en un aeropuerto (ajá) Los Sonámbulos

Debe ser frustrante que luego de 18 años de engaños, despojos y saqueos al erario público, los “inversionistas” interesados en la edificación del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAIM) en la zona del ex Lago de Texcoco, vean que el “esfuerzo” se puede venir por tierra por eso que Alexis de Tocqueville denominó como la “tiranía de las mayorías”, quizás un pretexto nada más para otro tipo de decisiones.

Como es “normal”, especuladores y timadores de la economía-ficción han reaccionado y, de entrada, “culparon” a la depreciación del peso a la “consulta” sobre la continuación o cancelación del NAIM, como ayer lo hicieron con las negociaciones del Telecé, luego con el anuncio de que Pemex se enfocará más a la refinación que a la exportación de crudo y, total, que es posible invocar fantasmas del pasado para convertirlos en los “chivos expiatorios” del momento.

El meollo es, como siempre, no tocar los negocios de los “inversores” neoliberales, muchos de ellos realizados con recursos públicos y, en el caso que nos ocupa, incluso con fondos de pensiones de trabajadores (las Afores, con Carlos Slim como principal “inversor” del dinero ajeno en uno de sus proyectos particulares).

Aquí hay que decir que hay otros “inversores”, además de la firma Inbursa de Slim: PensionISSSTE, Profuturo GNP y XXI-Banorte, quienes administran un total de 25.1 millones de cuentas de trabajadores que ahorran para su pensión. Estos entes acaparan el 41 por ciento de las cuentas y en marzo pasado ya tenían listos 13 mil 500 millones de pesos para “invertir·” en el NAIM, quizás sin que los administrados tengan conocimiento de ello.

Nadie sabe en qué más invierten, pero esas firmas canalizan 16 mil 477 millones de pesos a “otras inversiones”, realizadas mediante las sociedades de inversión especializadas en fondos para el retiro (siefores), quizás también sin el conocimiento de sus “administrados”, los cuales cambian a “socios” en casos de pérdidas, provocadas generalmente por motivos especulativos.

El caso es que justo desde Suiza, país que vio nacer y consolidó “la industria de la evasión fiscal” y las grandes fortunas prestas para “invertir” en burbujas especulativas y generar los clásicos estallidos, una firma bancaria especializada en “gestión de riquezas” (ocultar grandes fortunas en paraísos fiscales) como la UBS (Banco privado y de inversión con sede en las ciudades de Zurich y Basilea), lanzó las profecías (amagos), del sector ya no tan anónimo, según la ficción financiera helvética, advirtiendo de plagas y calamidades si los planes neoliberales se frustran:

 

Si la obra en Texcoco es cancelada, lo menos es que el próximo gobierno “enfrentará demandas de constructoras y tenedores de los bonos que se han emitido para financiarla”. Se tendrían que pagar compensaciones estimadas en 6 mil 100 millones de dólares, es decir, casi la mitad del costo del NAIM, calculado en 13 mil 300 millones de dólares.

Además, claro, “pondría en riesgo a todas las inversiones futuras en general”, según el banco suizo.
Y como si se tratara de un acuerdo no cumplido, la citada firma recordó que “UBS planteó, contrario al consenso, que si (Andrés Manuel) López Obrador salía victorioso el mercado se comportaría bien hasta el momento que tomara posesión el primero de diciembre”.

Por supuesto los mercados han actuado conforme a su interés, si con esto se entiende un “buen comportamiento” especular a sus anchas, a favor y en contra del peso, adquirir bonos gubernamentales o sacar dólares cuando la FED de Estados Unidos incrementa su tasa de interés; desde luego, lo bien portados incluye seguir engordando paraísos fiscales, tal vez no en la banca helvética, sino en sucursales que ésta tiene en Hong Kong, Singapur, Jersey, Luxemburgo y Bahamas.

La cancelación sería un pretexto más porque es sabido que una debacle financiera en el país (como sucedió en 1987, en 1994 y, más recientemente, en el 2008 por efectos del crac en Estados Unidos) tiene sus más poderosos fundamentos neoliberales en la irracionalidad, el fraude y el engaño.

En Francia, Emmanuel Macron puso fin a medio siglo de disputa sobre el proyecto de construcción del aeropuerto de Notre-Dame des Landes en el lejano Oeste de París.

Él mandatario francés estaba a favor y 55 por ciento de votantes expresó estar de acuerdo en la edificación. Pero al final se impuso la sensatez antes que el deseo, la “mayoría tiránica" y la promesa de campaña: Macron ignoró todo eso, menos a expertos que exploraron otras alternativas y “sugirieron remodelar el aeropuerto de Nantes y por abandonar el proyecto del nuevo aeropuerto de forma definitiva, así como devolver las tierras expropiadas a los agricultores”, según reportes de prensa.

Con ello y según cálculos, los franceses perdieron cerca de 726 millones de dólares, mínimo, comparado con lo que se perdería en Texcoco, principalmente entre los tenedores de bonos, supuesta fuente de financiamiento.

Pero el destino de Francia no se jugó en ese proyecto, como se pretende hacer creer en nuestro caso.

No obstante, más allá de consultas, por muy democráticas que sean, al final asuntos como el NAIM deben ser abordados por expertos, totalmente imparciales, y atendidas sus recomendaciones.

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Jesús Delgado

Los sonámbulos