Hace poco, el presidente electo Andrés Manuel López Obrador en razón de su defensa ante la publicación de la revista PROCESO, a quien acusó de amarillista y sensacionalista, exigió el derecho de réplica, señalando además: “quisieran estarnos cuestionando y que nos quedáramos callados, no, no va a ser así, tenemos que debatir de manera respetuosa…” ya fue aceptada su propuesta, sólo que el debate no se le da muy bien al tabasqueño, Ricardo Anaya lo exhibió así cuando ambos eran candidatos.
No es la primera vez que AMLO arremete en contra de una publicación que no le favorece, por ello existe una prensa “fifí”, como graciosamente les llama, que lejos de ser un chiste, mal contado desde luego, porque sólo hace reír a sus incondicionales, debería preocupar, pues es un claro intento de callar a la prensa que lo critica y eso lo convierte peligrosamente en autoritario.
Condición a la que la prensa mexicana poco está acostumbrada, pues el aludido es presidente electo, que a partir del primero de diciembre empezará su administración sexenal que los mexicanos mediante las urnas le encargaron, lo entienda o no, puede ser cuestión personal, pero, la figura presidencial es distinta a la que él percibe, por lo menos, es lo que ha aparentado hasta el momento (quizá cambie automáticamente después de tomar posesión).
Es difícil encontrar a alguien que no considere que, fueron las redes sociales su mejor activo publicitario, las usó a placer, las sigue usando, y tal vez, lo hará posteriormente. La razón es sencilla de entender, aún sin tomar en cuenta su reciente manifestación cuando dijo “benditas redes”, son las que aceleraron su aceptación ante el grueso de la sociedad, motivada por una constante aparición de su nombre y de su imagen, abonada en gran medida por el ejército de profesores dedicados a alimentar esas publicaciones, ya sea alabándolo o denostando a sus rivales.
La libertad que existe y el manejo a placer de la información que se publica en esos canales de internet, dan constancia de que las publicaciones han despegado en la atención de los ciudadanos, millones son los que se conectan y son receptores de cualquier cantidad del material que ahí se maneja. Esa condición es precisamente el atractivo, porque no es fácil controlar el contenido.
Es el problema precisamente al que se enfrenta la población, cae en información falsa, y son muchos los que no verifican su autenticidad y terminan por creer en todo, o en parte, de lo que leen, peor aún, la comparten, condición a modo para hacer circular a discreción el llamado fake news (noticias falsas) hasta convertirse en lo que puede ser aceptado como verdad y AMLO gana con la desinformación.
¿Por qué bendice AMLO a las redes sociales?
La circulación de información que no necesariamente fue comprobada, es utilizada con intereses previamente establecidos, implica la repetición de algo que puede ayudar a la imagen del interesado o perjudicar a los rivales y se vuelve tendencia, y para eso, AMLO tiene un ejército, aparte de los profesores dedicados al tema, existen muchos otros que gustosos forman parte de su ejército “informador”.
Ejemplos hay muchos y pueden ser de temas relevantes para el país, personales, en contra de algún enemigo al que López Obrador pone el dedo acusador de pertenecer a la mafia del poder, fifí, amarillista o lo que sea, o sin importancia, para la mayor parte de sus seguidores será como él lo diga, y por lógica salen en su defensa, sin detenerse un momento a pensar si le asiste o no la razón.
Sin embargo, el tiempo es apremiante, como lo es el hecho de que está a unos días de asumir todo el poder, el cual ya ejerce, pero, también empezará la cuenta regresiva para cumplir con los proyectos prometidos, como son, entre otros, la construcción de dos pistas en Santa Lucía y El Tren Maya, los cuales deben quedar, el primero en tres años y el segundo en cuatro, los tiempos son fatales y él mismo a puesto el límite.
Sobre el deseo no necesariamente va de la mano el resultado, a los encargados de las obras se les cargará la responsabilidad, tendrán que dar resultados a como dé lugar, para que el de Macuspana cumpla sus compromisos.
Ya lo dijo José María Riobóo quien además ha descalificado a MITRE, organización de prestigio internacional en investigación, estudios de aeronáutica, tecnología y seguridad, estarán terminadas las obras de las dos pistas de Santa Lucía en tres años.
Pero, lo que tal vez no sea necesario esperar más tiempo, es cumplir con la promesa que hizo de bajar el precio de la gasolina, para ello cuenta con una mayoría aplastante de su partido, MORENA, en el Congreso, bien puede apurar ese reclamo social.
