De paseo por los medios “fifí”, el presidente electo Andrés Manuel López Obrador estuvo en el programa “Tercer Grado”, después pasó lista con Ciro Gómez Leyva, y en la mañana del miércoles 21 de noviembre con Carmen Aristegui, para promocionar sus nuevas consultas ciudadanas a realizarse los días 24 y 25 de éste mes, sobre la aceptación, o no, de 10 proyectos ofrecidos durante su campaña, incluido entre ellos la construcción del Tren Maya.
Como consecuencia del tour, sabía AMLO que tendría que responder a diferentes cuestionamientos e inquietudes de los reporteros. Aunque en “Tercer Grado” no batalló, ¿por acuerdo?, pero con Gómez Leyva fue diferente, porque éste, directo como es, no le permitió los espacios vacíos con los que se despachó en el programa anterior. Finalmente con Carmen Aristegui, quien conociendo lo que ya había permitido el Tabasqueño en sus entrevistas anteriores, se preparó mejor para, en momentos, acorralarlo.
Uno de los temas que surgieron y que tomó gran interés por los alcances que representa, es el que resulta de sus señalamientos sobre la corrupción y la impunidad, que a decir de López Obrador “es el principal problema de México, ya que nunca se había padecido de tanta como en el periodo neoliberal”, identificándolo como una política de pillaje con el traslado de bienes de la nación a particulares, y que fue causa de la pobreza, inseguridad y violencia, razón por la cual, dijo, “ya no debe haber simulación, debemos actuar con justicia, para castigar a los responsables y tendríamos que empezar con los de arriba, desde que empezó esta política, no con chivos expiatorios”.
Por lo cual, ante la insistencia de la que no pudo escapar, puso en fila a los ex Presidentes empezando por Carlos Salinas de Gortari, después Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y el actual, Enrique Peña Nieto, sin embargo, determinó que se debe poner punto final a todo esto, como una decisión de Estado, por ser la mejor decisión para el país, para olvidar esa horrible historia y por no ser su fuerte la venganza.
Por eso mismo, señaló que cree en el perdón y piensa que es lo más conveniente la amnistía política, para ir hacia delante con cero impunidad y cero corrupción, pero, abrir expedientes, “nos llevaría a la confrontación permanente como país, si se enjuicia a los ex presidentes con ello lo llevaría a empantanarse”, aunque abrió una posibilidad al señalar; “soy demócrata voy a mandar obedeciendo, doy mi punto de vista y que sean los ciudadanos que lo decidan”, ya que, aclaró, en caso de que haya presión interna, en un sistema político democrático tiene la última palabra el pueblo.
A todo esto, y a pesar de que el originario de Macuspana presumió que en su momento ya demandó a los ex presidentes, así como al actual, por los delitos de Corrupción y Traición a la Patria, según lo dicho por él, habría que recordarle que cuando lo hizo no era presidente electo, eso parece que se le olvida constantemente, pero además, no presentó nunca una sola prueba, lo que deja tal demanda como un golpe mediático, a su conveniencia claro, para escalar en la aceptación que tanto buscaba en ese momento, sin embargo, la investidura que tendrá a partir del primero de diciembre lo obliga a medir sus palabras, no será lo mismo, y tiene que hacerse responsable de lo que dice y hace, le parezca o no, porque estará bajo la lupa de los gobernados.
Gómez Leyva le hizo la observación que el episcopado la semana pasada dijo: “queremos consulta para la interrupción del embarazo” (aborto), a lo que respondió AMLO, que en todos los casos si se cumple con el requisito legal que determina el artículo 35 Constitucional, al cual se le va a quitar los candados que tiene con una reforma, con nueva ley y con presencia del INE, además de que se va a reducir el número de firmas que se exige como requisito para que se dé la aceptación de una consulta, que actualmente es del 2% del padrón electoral, para que sea del 1% o la mitad (.5%) y será vinculatoria, se podrá hacer.
Es necesario observar entonces, que para que sea procedente el enjuiciamiento a los ex presidentes, bastará con el .5% del padrón electoral que lo solicite, para que se abra la consulta regulada por el INE, cuando la reforma Constitucional sea un hecho, aunque preocupa que de la misma manera, un tema de gran importancia, como lo es el aborto, con el mismo mecanismo pueda llevarse a consulta popular, puede abrir viejas heridas y calentar las cosas en algo tan delicado.
Ahora bien, López Obrador señaló que para el primero de diciembre, fecha en la que tomará posesión al cargo, dará a conocer el documento en el que se apoya la Cuarta Transformación, adelantó que ya lo ha venido diciendo en sus discursos, y a pregunta expresa de Ciro, de que si hablaba de una nueva Constitución, respondió el de Tabasco, “haría falta, pero no quisimos, estamos ajustando el marco legal”.
Por lo que es de esperarse que López Obrador el día de su toma de posesión anuncie, además de su Plan de Desarrollo, el contendido del documento que dice tener preparado, para saber lo que proyecta para el futuro de México, y tal vez, para saber también, para cuándo pretende presentar la Cuarta Constitución, en sustitución de las de 1824, 1857 y 1917, pero sobre todo, para conocer su contenido.