La violencia ya es algo de todos los días, en sus diferentes expresiones de maldad con todos los sectores de la población, en todos los horarios y días, los hechos violentos ya no son exclusivos de la noche, de lugares solitarios, o de grupos delictivos.
A diario nos enteramos que grupos armados mataron, hirieron, quemaron, ajustaron cuentas y mil historias más.
Se esta haciendo natural la violencia en nuestro entorno social. Hoy, no dar el paso al conducir es causa de que te puedan quitar la vida; hoy, hasta por un lugar comercial también. Una relación amorosa termina con un atropellamiento y puñaladas, porque hoy la tolerancia agoniza, el respeto por otra vida se tambalea y lo importante es hacer mucho daño, o al menos es lo que parece.
Estas historias han ocurrido en el Estado de México, no son hechos de otros países. Antes nos enterábamos pero sabíamos que eso ocurría lejos de nosotros.
Hoy la violencia nos alcanzó, y nos alcanzó de la peor manera, porque hoy nuestras niñas, niños y adolescentes viven violencia y ejercen violencia contra otros niños.
El llamado futuro de México se alecciona para ser un seres humanos violentos, ya que 7 de cada 10 niños en nuestro país que cursan la primaria y secundaria sufren violencia en la escuela, así lo revela la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.
La violencia que más sufren son la verbal, psicológica, física y en redes sociales. Estas conductas han sido aprendidas en su hogar y sólo lo replican en la escuela, y así, si estos niños no son atendidos oportunamente, el día de mañana tendremos hombres y mujeres violentos que formarán a las nuevas generaciones con los mismos patrones y nos llevará a un mundo aún más violento, donde nadie podrá escapar de esta violencia.
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